In My Dreams With You: el deseo
“In My Dreams With You” de Steve Vai no habla de un deseo físico solamente, sino de ese impulso de vida que raya en la oscuridad, en la obsesión y en la lujuria. Todos podemos morir en ese deseo.
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“In My Dreams With You” de Steve Vai no habla de un deseo físico solamente, sino de ese impulso de vida que raya en la oscuridad, en la obsesión y en la lujuria. Todos podemos morir en ese deseo.
Desde varios ritmos, “Genesis” de Raye a un reflejo de la desesperación moderna, pero también nos deja con algo invaluable: la esperanza de que, incluso en los momentos más oscuros, la luz sigue siendo posible. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
“Rewind”, de Stereophonics, habla sobre esas decisiones que no tomamos y aquellas que quizá podamos tomar aún… Si pudieras regresar el tiempo, ¿cambiarías tu vida?
En “I Can See the Change”, la cantante Celeste pinta la imagen de alguien agotado por el peso de la vida, sin fuerzas para seguir adelante. Sin embargo, introduce una promesa. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
David Bowie nunca fue obvio, nunca fue lineal, nunca fue convencional. Sus discos conceptuales, como Ziggy, tampoco lo fueron. Un análisis de Francisco Beristain.
Y antes de la caída. El poco orgullo: “On the street, I’m a king-size killer, I can make your kingdom come”. Así comienza “Broken Man” de St. Vincent. Esos espacios peligrosos. Nosotros. Lo extraño es incluso para mí.
“PRIDE.”, Kendrick Lamar, no es sólo una canción, es un retrato íntimo de nuestras contradicciones, una confesión que desarma con cada verso. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
“The Bucket” de Kings of Lion es un recuerdo de aquellos días, de los presentes días y, seguramente, de los días que vendrán. Las tempestades no ceden… “Then I’ll be in the lobby drinking for two”.
La canción no busca redención, sino aceptación. Se trata de “Ocean Drive” de Duke Dumont: no está mal visitar el infierno, siempre y cuando estés con el diablo correcto. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
David Bowie siempre se sintió profundamente orgulloso de “I Can’t Read” de Tin Machine. Él mismo la describió como una de las mejores canciones que había escrito. Su importancia radica en que le ayudó a recuperar su confianza como artista.