Guilty: el sonido de esa culpa
Querer a alguien que no debías o seguir queriéndolo cuando todo el mundo te dice que ya no. Eso es lo que canta Surahn en “Guilty”. No hay lamentos exagerados… sólo reales. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
Autor
Querer a alguien que no debías o seguir queriéndolo cuando todo el mundo te dice que ya no. Eso es lo que canta Surahn en “Guilty”. No hay lamentos exagerados… sólo reales. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
“Lovestruck” de Starvue es para los que alguna vez dieron demasiado. Para los que se quedaron esperando. Para los que sabían que dolía… pero igual se quedaron. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
“Tears Dry On Their Own” de Amy Winehouse no es una canción de derrota. Es una canción de dignidad. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
No es una advertencia. Es un hecho. Lo que hace tan poderosa a “The Killing Moon” de Echo & the Bunnymen no es lo que dice, sino la forma en que lo acepta. Una sonografía de Ilse Vallejo.
“God Gave Me Feet for Dancing” de Ezra Collective es una oración, aunque no mencione a ningún dios. Es una canción que no busca respuestas. Sólo te ofrece un lugar donde dejar de hacer preguntas. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
“Mental Health” de Father John Misty expresa que, a veces, lo más terapéutico no es una solución, sino una voz que, aunque no tenga respuestas, te dice: yo también estuve ahí. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
En “Like a Friend” de Pulp no hay defensa, no hay orgullo. Sólo una invitación amarga al desastre de siempre. No porque no se pueda evitar, sino porque ya se eligió no evitarlo. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
Escuchar ““Rose Rouge” de St Germain en la voz de Jorja es como abrir una carta que no estaba dirigida a uno. No pide explicaciones. Sólo acompaña. Una Sonografía de Ilse Vallejo.
Si no has escuchado “Could Heaven Ever Be Like This” de Idris Muhammad, este es el momento. Sube el volumen. Déjate llevar. Y cuando termine, dime: ¿podría el cielo ser así? Una Sonografía de Ilse Vallejo
En una época donde la música muchas veces parece efímera, “Heaven Bells” de Freedonia son un recordatorio de que el soul, cuando es real, permanece. Una Sonografía de Ilse Vallejo.