Born in the USA: Canto distorsionado (II)
Ser crítico del país es también estar orgullos de él… la crítica siempre superará el discurso vacío, la ignorancia institucional y la hipocresía oficial. Es “Born in the USA” de Bruce Springsteen.
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Ser crítico del país es también estar orgullos de él… la crítica siempre superará el discurso vacío, la ignorancia institucional y la hipocresía oficial. Es “Born in the USA” de Bruce Springsteen.
“Fortunate Son”, de Creedence Clearwater Revival, no fue escrita para glorificar banderas ni presidentes, sino para desnudar la injusticia de un sistema… pero a veces los himnos pueden malentenderse.
La felicidad es tan escurridiza como querer atrapar humo entre las manos. Más allá de la reflexión, a veces nos enseña que estamos vivos. Es descrita en “Shiny Happy People” de R.E.M.
“Changes”, de Black Sabbath, es la metáfora de la metamorfosis emocional. El yo anterior ya no existe, hay incluso un cambio de identidad.
Porque seguir a alguien, incluso hacia la nada, es lo único que queda. “The Bottom Line” de Depeche Mode describe la lucha existencial del deseo, el tormento del amor perdido y el reconocimiento de un camino predestinado.
El colapso no es una línea clara, es un camino anclado en momentos en el tiempo que se integran de la dependencia afectiva y la pérdida de control. “Come Undone” de Duran Duran nos habla de venirse abajo.
La incertidumbre es un fantasma que no aprisiona en sus muros… vive más adentro. Surgió “Let It Be” de The Beatles con su eterno consuelo.
La canción “Veneno para las hadas” de Steven Wilson es una reflexión sobre la pérdida de la inocencia y la transición de la juventud a la edad adulta. ¿Soy yo por momentos? Érase una vez… nosotros. Las musas también mueren.
Y al final de toda la violencia y oscuridad de The Crow, una canción que contrastaba con todo: “It Can´t Rain All The Time” de Jane Siberry. No es esperanza, es resignación, es luto, quizá anticipado.
No hay narrativa, solo presencia. Un presente absoluto, pero hueco. Un purgatorio emocional donde quien da ese paso es apenas el eco de sí mismo. No hay vida, no hay plan. “No Plan” de David Bowie.