David Bowie citó a “I Can´t Read” como la mejor composición de Tin Machine.  Efectivamente, fue una de las pocas creaciones de la banda que logró colarse al repertorio tardío del cantante. La canción pasó por múltiples experimentos, ediciones y deconstrucciones. La versión de estudio es uno de los momentos más brillantes del primer álbum de Tin Machine.
Acentuada por un melódico e insistente bajo cortesía de Tony Sales, la disonante y avasallante guitarra de Reeves Gabrels, las reservadas y magnificas contribuciones de Kevin Armstrong y por supuesto, la pieza de resistencia: la batería de Hunt Sales. Perforadora, despiadada y contundente. Esta interpretación de “I Can’t Read” permanecería como una versión única, ya que la canción nunca fue tocada igual dos veces. La versión de estudio se concibió en las fructíferas sesiones del primer álbum de la banda en 1988, las cuales generaron tanto como 30 canciones contendientes a un lugar en el disco.

Masayoshi Sukita, 1989

Sobre el tono y la atmosfera de ‘I Can’t Read’, Reeves Gabrels compartió:
“Un armonizador Ibanez HD1500 posicionado ¼ agudo a la izquierda, ¼ plano a la derecha. La distorsión proviene de un preamplificador Mesa Boogie y un amplificador estéreo Power 295. Dos gabinetes con bocinas, el de la izquierda era el gabinete abierto con una bocina Mesa Boogie Black Widow y el de la derecha era un gabinete cerrado con una bocina Electro-voice. Era luna llena”, recordó.
Reeves también revelo que la canción fue escrita durante un viaje en bote con Gary Oldman con destino a Venezuela. Sin embargo, solo lograron llegar a Granada. Bowie y Reeves hicieron una maqueta rudimentaria de la canción en una grabadora de 4 pistas mientras Gary lidiaba con los mareos causados por el mar.

Masayoshi Sukita, 1989

Kevin Armstrong identificó la canción como su favorita del álbum (al igual que Bowie) y recordó como la banda la grabó tras una intensa tormenta tropical en el estudio Compass Point en las Bahamas.
Tras el abrasivo primer coro, el puente de la canción retoma la estructura de los versos sin la voz de Bowie por un rato (la cual también tarda bastante en aparecer durante el primer verso) con una línea de guitarra emocionante, la cual anuncia que la canción aún tiene mucho por ofrecer.
La batería tiene una cualidad única. Jamás pierde el ritmo, jamás se queda atrás ni se adelanta, tampoco tiene redobles fuera de lugar. Sin embargo, no sigue un ritmo fijo, no se apega a ninguna estructura convencional o predecible. En su lugar, la batería de Hunt Sales hace sentir al escucha que la canción podría desbaratarse en cualquier momento, cada refrán cada vez más cerca del colapso. Pero el momento nunca llega. Hunt mantiene a flote la canción y la vuelve cada vez más contundente. Los coros son abrumadores en términos sonoros, Tin Machine efectivamente confronta al oyente con una muralla de sonido.
En una entrevista le pregunté a Hunt Sales por qué tocó la batería de esta forma en”I Can’t Read”,  y su respuesta fue:
“Existen dos géneros de música: el rock y el jazz. Si alguien conoce la diferencia entre el rock y el jazz, entenderá lo que estaba haciendo en la canción. Mi manera de abordar el tema fue algo más cercano a Art Blakey que al rock convencional”, expresó.

Efectivamente, las interpretaciones en vivo de “I Can’t Read” durante ambas giras de Tin Machine eran cercanas a improvisaciones libres con tintes de jazz. Para la gira de 1989, Bowie decidió volver la canción más lenta que en el disco, conservando la distorsión en las guitarras y las murallas de sonido en los coros. Estas versiones le proporcionaban una nueva teatralidad a la letra.

Para la gira It’s My Life de 1991-92, la canción recibió un nuevo arreglo: Los versos se volvieron semi-acústicos (con la guitarra de Reeves aun creando atonalidad en el fondo) pero con más énfasis en el ritmo, retomando una vez más la agresividad en los coros. La batería de Hunt Sales anunciando la llegada inminente de la distorsión con redobles cada vez más insistentes y pausas menos frecuentes. Durante estas interpretaciones, Bowie tocaba guitarra acústica y le daba vida a la letra, haciendo muecas y gestos durante los descriptivos pasajes de la canción, inclusive representando una crucifixión.

Entre 1996 y 1997 Bowie retomó la canción y la presento en diversas iteraciones: una versión acústica a dueto con Reeves Gabrels, despojándola de cualquier semblante de agresividad y regalándole melodías y armonías nuevas. Bowie tocaría este arreglo con frecuencia durante su mini-gira de presentaciones en la radio con el guitarrista y regrabaría la canción en 1997 para dos propósitos: la banda sonora del filme “The Ice Storm” y la posible inclusión de la canción en el álbum Earthling, en una de sus configuraciones tempranas que tenía considerada también la inclusión de “Baby Universal” de Tin Machine.

Masayoshi Sukita, 1989

La versión de “The Ice Storm” se caracteriza por ser profundamente etérea y ominosa. Bowie logró su cometido al contribuir el panorama perfecto para la película. En dicha versión modificó la letra bastante, eliminando algunos refranes e incorporando otros. En esta versión canta:
“Can I see the family smile?
Can I reach tomorrow?
Can I walk a missing mile?
Can I feel, can I please?”
Mientras que en la versión original Bowie personifica a un narrador derrotista y desilusionado, en la versión para “The Ice Storm” le otorga a su narrador un ápice de esperanza, un vago interés por recuperar lo perteneciente a una mejor época.
Bowie grabó otra versión para Earthling, la cual al final fue excluida para hacerle espacio a las composiciones nuevas que iban surgiendo de las sesiones. Dicha versión se incluyó en el EP “Is It Any Wonder?”, del 2020, un lanzamiento que reunió material conocido y también inédito de las sesiones del álbum.
Durante la gira Earthling, “I Can’t Read” era una anomalía. Fue interpretada tan solo seis veces en total, con un arreglo híbrido. Los versos eran acústicos y atmosféricos, mientras que la banda completa intervenía para los coros y cargar de energía a la canción de manera fugaz, para desaparecer de nuevo en cuanto Bowie cantaba la frase definitiva de la canción.
Otra versión fue grabada en el camerino del Madison Square Garden durante la celebración del cumpleaños 50 de Bowie en 1997. Tony Oursler contribuyó sus proyecciones sobre la máscara que usaba Bowie, mientras que la dirección estuvo a cargo de Tim Pope. Ambos valiosos colaboradores del artista. Esta versión respeta de manera íntegra la letra y estructura de la versión de Tin Machine, pero la traslada completa a un formato acústico. “Repetition” de Lodger también sería grabada el mismo día con el mismo equipo.
Finalmente, Bowie retomaría la canción en 1999 durante la mini-gira promocional del álbum ‘Hours’… una vez más dándole un ángulo acústico a la pieza, enfatizando sus melodías ocultas y la melancolía en la letra, la cual era muy acorde a las temáticas de ese álbum. Una versión de Storytellers en VH1 marcaría la última vez que Reeves tocaría en el mismo escenario que Bowie. Un círculo perfecto. Una de las canciones que habían escrito juntos una década atrás cuando su mancuerna creativa recién comenzaba se convertiría en una de las últimas que interpretarían juntos también.

Masayoshi Sukita, 1989

La lírica de “I Can’t Read” presenta una fascinante dualidad: es ficción, pero también es relativamente autobiográfica. Por un lado, Bowie nos presenta al narrador de la historia: un personaje desilusionado y fatigado respecto a la mundanidad del día a día en su entorno. El narrador a elegido conscientemente un analfabetismo que le permite extraerse de la sociedad y mirar los sucesos como un mero espectador, rehusándose a continuar siendo participe de cualquiera de sus eventos.
“I can’t read and I can’t write down
I don’t know a book from countdown”
El narrador ha renunciado a sus habilidades para leer y escribir. En su mente, la literatura y la televisión se han vuelto indistinguibles. Un programa de concursos o variedad suena exactamente igual que la prosa de un libro.
“I don’t know which shadow gets me
All I’ve got is someone’s face”
Desde esta perspectiva de analfabetismo auto-impuesto, el narrador pierde su identidad también. Se siente anónimo. Su rostro es el de “alguien.” Ni siquiera lo percibe como algo distintivo.
“Money goes to money heaven
Bodies go to body hell”
El capital y sus correspondientes dueños están claramente definidos. El capital es perpetuo y codiciable. La carne es temporal y eventualmente descartable.
“I just cough, catch the chase
Switch the channel watch the police car”
El narrador se encuentra mirando una persecución policial en la televisión. Le es indiferente, podría ser cualquier otra cosa y sería igual de poco trascendental. Quizás a estas alturas su mente ni siquiera procesa de manera consciente las imágenes. El espectáculo en la pantalla podría serle completamente ajeno. Escenas y diálogos sin sentido, eventualmente reducidos a ruido blanco.
“I can’t read shit anymore
I just sit back and ignore”
Todo tipo de literatura es rechazada, descartada. El narrador se rehúsa a leer la información que se le ha sido proporcionada por años. Ha alcanzado un punto en el que para él todo es basura. Los periódicos yacen esparcidos por el suelo. Puede ser nuevos, puede que sean antiguos ya. El narrador los ignora mientras su mirada está fija en el televisor.
“This is a song from a very different period, one full of remorse and agony, I expect. When you don’t need anybody, you don’t even pretend you do , and you end up in this kind of state”, explicó Bowie sobre ella.
“When you see a famous smile
No matter where you run your mile
To be right in that photograph
Andy where’s my fifteen minutes?”
“I Can’t Read” plantea la posibilidad de que Bowie está narrando a través de un personaje, peor también parece haber breves intervenciones autobiográficas. A estas alturas de su carrera estaba perfectamente familiarizado con el juego de la fama. Gente que corría para obtener una fotografía con él, quizás sin realmente apreciar su trabajo. Dicha  fama que tanto lo eludió por años, termino siendo deplorable. Los Ochenta trajeron consigo abundancia y estabilidad financiera, pero él consideraba que se había perdido a sí mismo en el camino. Si bien, Reeves Gabrels estaba decidido a hacerlo recuperar su integridad artística, esta canción nace de la profunda decepción que sentía respecto al impacto de sus últimos trabajos discográficos y el vacío artístico que sentía en su propia escritura. Es poco probable que el narrador del primer párrafo, tan ajeno a la sociedad y cultura general sintiera algún deseo por el reconocimiento que trae consigo la fama, al igual que es poco probable que citara a Andy Warhol.
Eso me hace estar convencido de que este verso es entonado por Bowie desde su propia perspectiva. No olvidemos que él conoció a Andy Warhol en persona. Lo que en un principio fue un relativamente desastroso encuentro termino convirtiéndose en una relación de mutuo respeto. Andy Warhol decía que en el futuro todos serían famosos por quince minutos. Aquí Bowie está exigiendo los suyos. Una referencia ciertamente paradójica dentro de la canción: ya había disfrutado de un periodo de intensa fama, parecía no haberle complacido del todo, pero aquí se encuentra reclamándola de vuelta.
“I can’t read shit anymore
I just sit back and ignore
I just can’t get it right, can’t get it right”
Desde la perspectiva de Bowie, el coro se convierte en la clave de la canción, en la revelación de Bowie tras algunos años de logros artísticos un tanto fallidos no desde un punto de vista comercial, pero sí en términos de los estándares que él tenía para su legado. La manera en que Bowie canta “I can’t read shit” suena (intencionalmente) como “I can’t reach it”.

Masayoshi Sukita, 1989

Bowie está hablando de su inspiración artística, de la creatividad que le había proporcionado decenas y decenas de canciones clásicas durante la década pasada. Pero ahora parecía haberlo abandonado. El Bowie que maldecía canciones nuevas que llegaban de manera casi mágica a las sesiones de grabación parecía ahora un recuerdo distante. El Bowie que escribió esta canción se sentía derrotado y desesperado. “I can’t reach it”. Las cúspides creativas que vieron nacer álbum tras álbum…ya no parecían estar a su alcance.
“I just can’t get it right, can’t get it right”. A la vez, la crítica hacía Bowie era constante. La prensa, los fans y él mismo, sobre todo, eran severos. Bowie creía que grabar Tonight a prisa después del éxito rotundo de Let’s Dance era la decisión correcta. Pensaba que la gira Glass Spider y el álbum Never Let Me Down serían su gran regreso a las listas de favoritos de críticos y seguidores, pero no había sido así. La lista de proyectos frustrantes sumaba un desacierto tras otro. Cabe destacar que Bowie grabó infinidad de temas maravillosos e inolvidables durante la década de los ochenta y yo siempre he sido un gran detractor de descalificar su trabajo posterior a Scary Monsters sin darse a la tarea de realmente apreciar las canciones que conforman este periodo de su carrera, pero estas son las palabras del propio Bowie. Él era después de todo, su mayor crítico.
Tin Machine le daría pauta para retomar el camino artístico en el que se sentía satisfecho consigo mismo. Con el tiempo su trabajo sería reevaluado y comprendido de distinta manera. Pero antes de que todo eso ocurriera, “I Can’t Read” fungía como un grito de ayuda disfrazado bajo un velo de indiferencia y letanía.
Si bien, Bowie nunca pretendió que Tin Machine haya sido un experimento perfecto, siempre se sintió profundamente orgulloso de “I Can’t Read” . Esta es una cita de una entrevista en el New Musical Express en 1995:
“Tell you what, you do me a favour, when you go back to your record player, try and find a copy of Tin Machine and listen to a tune called ‘I Can’t Read’, listen to that one, will you? I don’t ask you to listen to any of the rest, just listen to that one song because I think that song is one of the best I have ever written. I really do!”
Descubre por qué esta canción era una de las favoritas de Bowie y la importancia que tuvo en ayudarle a recuperar su confianza como artista:

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