Esta joya siempre se ha ocultado en el catálogo de David Bowie, hace honor a su esencia, tratando de pasar desapercibida. Grabada durante las sesiones del álbum David Bowie (o Space Oddity) de 1969, pero relegada al lado B de “The Prettiest Star”. Nunca fue interpretada en vivo, nunca fue mencionada por el propio Bowie. Estuvo fuera de circulación por años hasta que fue incluida como tema adicional en la edición de Ryko en 1990.

Colección Rykodisc, de Francisco Beristain

“Conversation Piece” comenzó como un demo grabado por Bowie en su habitación. Es rudimentario y de baja calidad, pero eso le da un encanto y bastante credibilidad a la letra, la cual exploraremos más adelante. El demo de Bowie puede escucharse aquí:

 

Bowie le mostró la canción a su entonces colaborador Hutch y grabaron una nueva versión juntos. La mancuerna Bowie-Hutch aspiraba a ser una especie de Simon & Garfunkel. Este demo circuló por muchos años y finalmente fue lanzado oficialmente en los Mercury Demos: una colección de canciones que Bowie y Hutch grabaron con la intención de obtener un contrato discográfico.

Bowie fotografiado por Vernon Dewhurst, 1969

La canción finalmente alcanzó su versión final en las sesiones de Space Oddity (O David Bowie 1969), tenía cohesión total con el resto del álbum en términos de sonido y melancolía. Por razones desconocidas la canción fue excluida del disco y usada para “The Prettiest Star”, grabada después del álbum, contó con una intervención de Marc Bolan en la guitarra.

Sencillo “The Prettiest Star”

“Conversation Piece” se trata de una pieza de enorme valor por diversas razones. Está permeada de una nostalgia y una tristeza palpables, tan evocativas que hacen que el escucha se imagine a la perfección todos los lugares, gente y sucesos mencionados en la letra. Sus tintes folk son perfectamente representativos de la etapa correspondiente en la carrera de Bowie, una época en la que podía desenfundar su guitarra y sentarse a cantar sus canciones originales (así como versiones de canciones de otros artistas) en cualquier lugar, en cualquier momento, siendo el catalizador o el colaborador de los “happenings” de su entorno.

David Bowie en el Beckenham Arts Lab, fotografiado por Ray Stevenson 1969

Una bella guitarra acústica guía la narrativa de la canción, aporta pasajes de suma melancolía, pero con un atisbo de esperanza, como si el punto de vista del autor no estuviera aun completamente resignado a su soledad. ¿Será un intento de Bowie por hacer la canción un poco menos lúgubre o será un reflejo personal de su resiliencia durante la etapa más difícil de su carrera?

David Bowie fotografiado en 1969. Michael Ochs archive.

La letra tiene una historia muy relacionable para cualquier escritor, pintor, músico o artista en general que haya experimentado de primera mano el fracaso o la indiferencia. Nuestro narrador se siento defraudado de lo poco que ha obtenido a cambio de su inversión mental y emocional en su arte. Durante toda la canción es reservado, frágil de espíritu, inseguro y un tanto resentido (al contemplar instancias de felicidad ajena), es un intelectual frustrado, resignado a una soledad que no disfruta, sino que más bien le pesa y lo deprime.

 “You wouldn’t think to look at me
That I’ve spent a lot of time in education”

Todo el tiempo que ha invertido en su preparación académica le resulta en vano, pues la imagen que proyecta al mundo no refleja lo orgulloso que está de su conocimiento. Parece que nadie se detendría a mirarlo una segunda vez y considerar que tal vez podría ser el conductor de una conversación interesante.

I’m a thinker, not a talker
No one to talk to, anyway”

Resignación. Resignación pura. Aún si pudiese luchar contra su naturaleza introvertida, los intentos por compartir su mundo interior serían fútiles, ante el panorama desolador que representa su entorno directo.

 “I can’t see the road
For the rain in my eyes”

Esta parte de la letra cobrará importancia más adelante.

“I live above the grocers store
Owned by an Austrian”

Esta letra siempre me ha recordado a uno de los personajes más curiosos que Bowie interpretaría en su carrera: Algeria Touchsriek. El inofensivo y solitario hombre mayor narra en su intervención en el álbum Outside los siguientes renglones:

“I’m thinking of leasing the room above my shop
To a Mr. Walloff Domburg
A reject from the world wide Internet
He’s a broken man, I’m also a broken man

It would be nice to have company
We could have great conversations”

Bowie retratando al personaje Algeria Touchsriek para las sesiones de Corsham Street, 1995. Fotografiado por John Skarisbrick.

No dudo ni por un instante que Bowie haya tenido en mente a su personaje de la tienda en “Conversation Piece” durante la creación de Algeria Touchsriek. No hay mejor ejemplo de soledad en su catálogo.

“Conversation Piece” continua:

“He often calls me down to eat
And he jokes about his broken English
Tries to be a friend to me
But for all my years of reading conversation
I stand without a word to say”

Nuestro narrador reconoce los esfuerzos de su arrendador por tener un acercamiento, quizás el también padece una profunda soledad. Pero es aquí donde la incapacidad del narrador se cuela en la historia. A pesar de la cantidad inmensurable de información que tiene almacenada en su mente, resultado de años de lectura, se encuentra a si mismo incapaz de mantener una conversación con su interlocutor. Es aquí donde se revela la gran ironía de la canción: la “conversación” a la que alude el título no es más que un anhelo inalcanzable…todos los diálogos se limitan a las conversaciones que el narrador tiene consigo mismo en su mente.

Desconocemos si su incapacidad para compartir nace de su timidez y ansiedad social o si se trata de una resignación en la que él anticipa que sus escuchas no podrían comprender su manera de expresar sus ideas. ¿Acaso son demasiado académicas? ¿Quizás todo ese conocimiento es un espejismo y ni el mismo se siente seguro de lo que cree saber?

“I can’t see the bridge
For the rain in my eye”

El narrador ahora se encuentra en un puente. La lluvia continúa.

“And the world is full of life
Full of folk who don’t know me
And they walk in twos or threes or more”

Es capaz de reconocer como su situación es un caso totalmente particular, ya que el mundo exterior se desenvuelve sin preocupaciones, sin ansiedades y sin introspección. La mayoría de las personas no se detendrían a preocuparse por qué los demás no los conocen, en ocasiones el anonimato es reconfortante. Pero en el caso del narrador, siente la necesidad de hacer hincapié en que todas esas personas afuera no tienen idea de quién es él. Esto será importante más adelante.

David Bowie fotografiado en el departamento de su representante, Kenn Pitt, 1969. Michael Ochs archive

También parece notar con celos que muchos de esos transeúntes son parejas o grupos de amigos, situaciones sociales a las que él es ajeno, situaciones que seguramente son solo fantasías en su mente. La soledad una vez más abarca todo.

“While the light that shines above the grocer’s store

Investigates my face so rudely”

Otro de sus padecimientos parece ser el insomnio. ¿Qué es lo que mantiene su mente activa durante la noche? La siguiente estrofa lo revela:

“And my essays lying scattered on the floor
Fulfill their needs just by being there”

Se ha hecho a la idea de que su obra jamás será leída. Sus ensayos bien podrían estar en el suelo, en su mente o arrugados dentro de un cesto de basura y no haría ninguna diferencia.

“I’m invisible and dumb and no one will recall me”

La frase más contundente de toda la canción.

“And I can’t see the water

Through the tears in my eyes”

David Bowie fotografiado en 1969. Michael Ochs archive

El narrador ya no puede ver el agua. ¿A qué se refiere con exactitud? ¿Las lágrimas en sus ojos empapan su visión mientras continúa caminando bajo la lluvia? ¿O acaso ha saltado del puente, poniendo fin a sus padecimientos? Sería una conclusión trágica pero razonable desde su punto de vista.

Desde la primera vez que escuché la canción me incliné más por la teoría de que el narrador comete suicidio al final. Pero la otra interpretación, la del resto de una vida sumergido en la soledad también es posible. Esto es un rasgo de una gran canción, la posibilidad de analizarla desde diferentes perspectivas.

David Bowie fotografiado en 1969. Michael Ochs archive.

Decidido a darle una segunda oportunidad a la canción, Bowie la volvió a grabar durante las sesiones del álbum Toy. La canción estaba destinada a ser un tema adicional una vez más, ya que Toy no salió a la luz en su momento, relegando “Conversation Piece” a un lado B de Heathen.

Dicha versión se puede escuchar aquí:

 

Esta reinterpretación de “Conversation Piece” es magnífica, ya que mantiene la melancolía y la tristeza de la original, pero la voz de Bowie ahora está informada por una madurez y experiencia palpables. Su tono tan grave y seco durante toda la canción emula la voz de alguien conversando, lo cual hace su interpretación sumamente ingeniosa.

Bowie fotografiado por Markus Klinko, 2002

Lo que hace a “Conversation Piece” tremendamente especial para mi es que podríamos abordarla como una canción narrada por un personaje más de Bowie, uno de los tantos que dieron voz a sus letras… o bien, podríamos abordar el tema como una especie de declaración autobiográfica, plasmando de manera permanente su perspectiva en ese año respecto a sus prospectos artísticos, su nivel de reconocimiento y su futuro. De ser así, es una de las canciones más vulnerables de Bowie en su catálogo entero. De ser autobiográfica, es una anomalía, ya que nunca volvería a exponerse de esta manera tan honesta. Al menos no en el sentido de temer por su legado.

Bowie fotografiado en Hyde Park, Londres, 1969. Archivo Pictorial Press

El Bowie de esta época se encontraba en un punto de su carrera sumamente desconcertante. Luchando por un contrato discográfico, con un primer álbum fallido bajo su brazo, sin sencillos en listas de popularidad, luchando por agendar presentaciones en vivo donde se le permitiera presentarse, agobiado por la incertidumbre financiera y la incesante duda de si lograría o no triunfar en el mundo de la música. Desde esta perspectiva bien podríamos imaginar a Bowie en cada una de las situaciones descritas.

“You wouldn’t think to look at me

That I’ve spent a lot of time in education”

Bowie no acudió a la universidad, pero esto era completamente irrelevante. Su manera de consumir información le permitió sazonar todo su trabajo con una profundidad intelectual y cultural incomparable. Pero nadie puede asegurar que no se sentía inseguro de sus decisiones.

“I’m a thinker, not a talker”

Angela Barnett, primera esposa del cantante, reveló en una ocasión que Bowie hablaba muy poco cuando pasaban el tiempo juntos. Dijo: “Él piensa mucho. Lo notarás en su rostro, que está pensando algo, pero no te lo dirá…el no habla”.

Ava Cherry, cantante y modelo estadounidense,  compartió algo similar, dijo que Bowie devoraba libros por docenas y se sumergía profundamente en sus lecturas, abstrayéndose por completo de su entorno.

“And the world is full of life

Full of folk who don’t know me”

Bowie fotografiado en Hyde Park, Londres, 1969. Archivo Pictorial Press.

Si había algo que Bowie anhelaba con ansias era el reconocimiento, el estrellato, la fama. Estuvo hambriento de ese reconocimiento por años y sin duda cada sencillo y álbum fallido le dolían profundamente. Su antiguo manager, Kenneth Pitt, estaba convencido de que había escrito la canción sobre sí mismo.

“And my essays lying scattered on the floor
Fulfill their needs just by being there”

Tal vez llegó a pensar en algún momento que sus letras de canciones aun por grabar, escritas a mano sobre papel bien podrían quedarse regadas por su habitación. ¿Quién querría escucharlas? Pero a la vez, la manera en que Bowie siempre se aferró a todos sus bocetos, letras y cuadernos de ideas revela el proceso de un artista que, si bien estaba profundamente inseguro respecto al presente y el futuro, albergaba en alguna parte de su mente la noción de que algún día sería famoso y entonces el mundo querría ver sus cuadernos, sus letras escritas a mano con correcciones y manchas de tinta y sus pensamientos fragmentados de diseños de vestuario, escenarios y portadas de discos. Todo eso ocurriría el día que fuera una estrella y una parte de él sabía que estaba destinado a serlo.

“I’m invisible and dumb and no one will recall me”

Qué fascinante es atreverse a pensar que, en algún punto de la historia, Bowie llegó a pensar que nunca sería recordado. Si, ese artista cuyo nombre inclusive se utilizó para bautizar una constelación en su honor y cuyo fallecimiento provocó un luto de escala mundial llegó a pensar que era invisible y que moriría en el anonimato. No olvidemos que, a pesar de la fama, Bowie era propenso a episodios de depresión, de acuerdo a las personas que lo conocieron de manera cercana. También era muy asiduo a la introspección y la melancolía.

Bowie fotografiado en Hyde Park, Londres, 1969. Archivo Pictorial Press

El guitarrista Eric Schermerhorn recuerda un viaje en el autobús de la gira en el que Bowie pidió que pasaran por su antiguo vecindario y su casa en Brixton. Al llegar al teatro donde se presentaría con Tin Machine, el equipo y los músicos descendieron, pero Bowie se quedó un momento contemplando la ventana y con una lágrima en la mejilla, le dijo a Eric “¿Cómo es que ocurrió todo esto? Yo podría haber sido un contador”.

Es precisamente aquí donde radica el gran valor de la canción. Esta canción demuestra que Bowie no siempre fue un genio indiscutible seguro de sí mismo, sino que pasó por un periodo de inseguridad que nos ha afectado a todos cuando hemos intentado crear algo. Esta canción demuestra por qué Bowie era un artista extraordinario. No cayó un día a la tierra desde el espacio exterior, sino que trazó su camino a través de tropiezos, rechazos y colillas de cigarrillos arrojadas a él mientras interpretaba sus canciones. De caza talentos que le decían a su representante “dile a tu muchacho que busque un trabajo de medio tiempo, jamás triunfará en este medio”.

Bowie fotografiado en Hyde Park, Londres, 1969. Archivo Pictorial Press

Es por eso que me siento profundamente irritado cuando la gente se refiere a Bowie como un alienígena. Fingir que Bowie llegó del espacio y aterrizó directo en una carrera exitosa es despojar a Bowie de la humanidad que hace su trabajo tan especial. Dejemos de describir a Bowie como un ser espacial o como una deidad y recordémoslo como lo que era: un ser humano excepcional.

Escucha la versión original de “Conversation Piece”:

 

Medio siglo después de su creación, “Conversation Piece” recibió el reconocimiento que merecía al ser la canción elegida para dar título a la caja retrospectiva de grabaciones y demos del periodo Space Oddity, lanzada en 2019. De igual manera, la canción fue incorporada al nuevo remix del álbum creado por Tony Visconti, colocada entre “The Wild Eyed Boy from Freecloud” y “God Knows I’m Good”… quizás de la manera en que siempre estuvo destinada a ser.

Box set Conversation Piece, de la colección de Francisco Beristain.

 

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