Escondida en la segunda mitad del álbum Reality, “She’ll Drive The Big Car” presenta dualidades.

Una de ellas, es una pieza complementaria a una de las canciones adicionales incluidas en la edición especial de Reality, titulada “Fly”. Dicha canción en realidad pertenece a las sesiones de Heathen y marca la última colaboración de David Bowie con Carlos Alomar en toda su carrera, pero al igual que “Your Turn To Drive” logró colarse a los extras de Reality, quizás ante una aparente escasez de material. Ambas canciones se complementan, ya que “She’ll Drive The Big Car” presenta el relato de una madre desesperada y “Fly” el de un padre frustrado. Podrían ser dos personajes coexistiendo en el catálogo de Bowie en diferentes historias, o bien, podrían conformar el mismo matrimonio.

Bowie fotografiado por Frank W Ockenfels III, 2003.

Respecto a la canción, Bowie la presentó en el concierto de los estudios Riverside en el 2003, dijo:

“This one is a tragic little story about a lady and her family. And she lives in the wrong part of town, but she wants to live in an even badder, wronger part of town. But her would-be affair, her boyfriend, doesn’t turn up. You’ve heard this story a million times, I don’t know why I have to tell you again. Anyway, you’ve seen the movie, this is the song”.

Bowie fotografiado por Frank W Ockenfels III, 2003.

El concierto presentó el álbum Reality interpretado en su totalidad, por lo que naturalmente “She’ll Drive The Big Car” formó parte del espectáculo, siendo una de las pocas instancias en las que la canción sería interpretada en vivo. A lo largo de la gira Reality Tour, entre 2003 y 2004, encontramos escasas interpretaciones de la canción, y la convierten en una de las rarezas de la gira.

Grabada en los estudios Looking Glass de Nueva York en 2003, la canción cuenta con David Bowie en guitarra, sintetizador, armónica y un saxofón casi imperceptible. Gerry Leonard y Earl Slick tocaron guitarra, Mark Plati el bajo y Sterling Campbell la batería, mientras que Gail Ann Dorsey y Catherine Russell contribuyeron coros y voces de respaldo exquisitas.

La letra de la canción muestra la perspectiva de una protagonista profundamente decepcionada por las circunstancias de su vida. Cansada y frustrada con su matrimonio, planeaba escapar de la ciudad con su amante. Tras presentarse en el punto de partida y registrar su valija para el autobús, la protagonista espera momentos que se convierten en horas bajo la luna, hasta que el autobús parte sin ella, la única persona que queda en la estación.

Es entonces cuando contempla la realidad: su amante la ha dejado plantada, efectivamente anulando su relación y cualquier idea de una vida juntos en otro sitio. La mujer regresa a su antigua vida, pero su insatisfacción la lleva a fantasear con girar el volante y descarrilarse dentro del Río Hudson para terminar con todo. La fantasía intrusiva comienza a rondar su mente mientras conduce por Riverside Drive, una avenida de Manhattan que conecta norte con sur. Distinguida por la belleza de sus paisajes, la ruta crea un inmenso contraste con la desesperación y desolación de la protagonista que la conduce.

Bowie fotografiado por Frank W Ockenfels III, 2003.

Tan solo requeriría un movimiento. Sólo tendría que sujetar el volante con ambas manos y en un instante todo terminaría. Es aquí donde las circunstancias de la narrativa se vuelven difusas. ¿La protagonista se encuentra conduciendo sola o su hija (Jessica) está en el asiento trasero? La banda sonora de la ruta de nuestra protagonista es una estación de radio que en la que ponen música soul, la favorita de la mujer: “Sad, sad soul”. Ella se siente identificada con la lírica de los temas que escucha y los canta a la par que suenan, subiendo cada vez más el volumen y a su vez, la velocidad. Cada canción potencialmente la última que escuchará, mientras se acerca vertiginosamente a perder el control. Al subir el volumen, la mujer puede silenciar y ahogar sus pensamientos en la cacofonía que envuelve el automóvil.

Bowie fotografiado por Frank W Ockenfels III, 2003.

Bowie solía tener un truco muy curioso en sus canciones, el cual consistía en crear una meta-narrativa, en la cual encontrábamos ficción dentro de la ficción. Dos casos notables son “Sons of the Silent Age” o “The Secret Life of Arabia” del álbum “Heroes”, temas en los cuales canta sobre bandas, discos y películas ficticias. En “She’ll Drive The Big Car” bien podría haber tomado la oportunidad de crear canciones ficticias para ejemplificar la banda sonora de la mujer, pero en su lugar utilizó un tema de los Isley Brothers, el cual ya había referenciado a principios de su carrera en “Louie, Louie go home” la cual apareció como el Lado B del primer sencillo de su discografía entera, “Liza Jane”. De tal forma, Bowie rompe una especie de tercera barrer y brinda más realismo a la canción. Ya no es un personaje y una historia con recursos literarios, ahora bien, podría ser una historia real con personas de carne y hueso.

Bowie fotografiado por Frank W Ockenfels III, 2003.

La lirica de Bowie en esta canción es bastante descriptiva y directa, pero no por ello carente de poesía. La desesperación de la protagonista es ilustrada con ejemplos como “love likes like a dead cloud on a shabby yellow lawn”, Mientras que otros refranes como “He promised her a dream-life, he’d take her back to street-life” revelan el anhelo de la mujer: dejar a su familia atrás para recuperar la vida que realmente le entusiasmaba, la de su juventud. Para este entonces, Bowie ya era todo un experto indiscutible en términos de retratar la nostalgia y la melancolía. Como escucha es difícil condenar a la narradora, todos podemos identificarnos con la añoranza por tiempos pasados.

 

Reality: Asian Tour Edition: Colección Francisco Beristain.

Musicalmente, “She’ll Drive The Big Car” tiene dos secciones distintas: la porción que acompaña a los versos, galopando a través de las palabras con un ritmo de batería un tanto inusual que suena notablemente procesado, interactuando con bellas intervenciones de guitarras. De pronto la tarola de la batería emite una advertencia. La segunda porción de la canción hace su aparición, modificando completamente el ritmo, cadencia y atmosfera de la canción.

Lo que sonaba melancólico y relativamente inocuo de pronto se torna amenazante y ominoso. La guitarra se torna asertiva, las vocalizaciones de Gail y Catherine condimentan todo el fondo creando una atmosfera estilo cine noir, el bajo resuena con técnica slap, remontándonos al estilo usado en “Ashes to Ashes” y Bowie salta de falsete a voz de pecho sin esfuerzo alguno, dando una demostración de la versatilidad de su voz inclusive en una etapa tan tardía de su carrera. Pero sobre todo lo descrito, hay un elemento que eleva “She’ll Drive The Big Car” a otro nivel y la convierte en algo sublime: la armónica.

Reality: Tour Edition. Autografiado y dedicado por Gail Ann Dorsey. Colección Francisco Beristain.

No se le había escuchado tocarla en alguno de sus discos desde Never Let Me Down, por lo que fue un regreso estelar. Considero que Bowie era excelente tocando la armónica y cuando la agregaba a alguna de sus canciones, las impregnaba de una melancolía inherente que proveía la banda sonora idílica para las historias descritas dentro de ellas. “She’ll Drive The Big Car” le pareció a su autor ameritar el uso de dicho instrumento y fue una decisión acertada. En lo personal, me encanta ver las grabaciones en vivo de la canción por el simple hecho de que es una de las pocas oportunidades que hay para ver a Bowie tocando armónica, una de mis combinaciones favoritas de todos los tiempos.

“She’ll Drive The Big Car” es una de muchas maravillas escondidas en Reality. Déjala envolverte en su narrativa:

 

 

 

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