“Trabajar el ganado y montar a caballo, esto es mi verdadera vida”, presumió en 2018 el entonces candidato de la alianza PRI-PVEM al Senado de la República, Raúl Bolaños Cacho Cué quien, con solo dos cargos en el sector público, ha puesto en riesgo la independencia del Poder Judicial en México al proponer la llamada “Ley Zaldívar”.
Oriundo de Oaxaca, Bolaños Cacho Cué es hijo de Raúl Bolaños Cacho Guzmán, quien fue Presidente del Tribunal Superior de Justicia de esa entidad, hoy cónsul en Sao Paulo, Brasil; nombrado por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El actual legislador de la cámara alta, alejado del PRI y ahora cercano a Morena, es nieto de Raúl Bolaños-Cacho Güenduláin, ex diputado federal. Todos son descendientes de Miguel Bolaños Cacho, Gobernador de Oaxaca entre 1902 y 1914, y cuya hermana fue madre de Gustavo Díaz Ordáz.
Fue la amistad de su padre con José Murat Casab lo que lo llevó a ser amigo de su hijo, Alejandro Murat Hinojosa, quien le dio su primer cargo público: su secretario particular de 2013 a 2015 cuando el último ocupó la Dirección del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
Cuando el sexenio de Enrique Peña Nieto terminó; Murat Hinojosa regresó a Oaxaca y le dio su segundo encargo público: Secretario de Desarrollo Social y Humano de Oaxaca, que abandonó para ser Senador de la República.
En un estado con el 70 por ciento de población en la pobreza, Bolaños Cacho Cué decidió mostrar su nivel de vida en un video de 2 minutos y 58 segundos en su campaña: un caballo pura sangre, pantalón vaquero, sombrero western, cinturón de piel veteada con hebilla plateada, cabalgando y atravesando un río.
El real Bolaños Cacho Cue se aleja del principio del spot donde carga un bebé, saluda a algunos ancianos y come “taquitos” de chicharrón, memelas y enfrijoladas.
“Trabajar el ganado y montar a caballo esto es mi verdadera vida”, dice después de arriar su ganado en compañía de otros jinetes. El comentario irritó a la comunidad oaxaqueña quien lo señaló como un hombre acostumbrado al lujo que viajaba con escoltas y formaba parte de los “Juniors” de Murat Hinojosa.
Rechazado por el voto, perdió la elección pero llegó al Senado por la vía plurinominal. Jugó a lo seguro y llegó a la Cámara Alta, a la que no le puso mucho interés pues, según sus compañeros legisladores, rara vez asistía a las sesiones a distancia.
Este jueves sí. Propuso la adición de un artículo transitorio a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación para ampliar dos años, del 2022 al 2024, el periodo de Arturo Zaldívar como Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ampliar de cinco a siete años el periodo de los consejeros de la Judicatura Federal.
Bolaños Cacho Cue enfrentó las mismas acusaciones de hace tres años en Oaxaca: un mensajero, un títere de alguien más e incapaz de presentar una propuesta de tal envergadura. El jinete jamás pudo explicar razonablemente el fondo de sus argumentos. La modificación a la ley fue aprobada por 80 votos a favor, 25 en contra y 4 abstenciones.
Lo cierto es que la llamada “Ley Zaldívar”, más allá de la extensión de los mandatos, es inconstitucional y lleva un claro mensaje de control del Gobierno Federal del Poder Judicial, jueces y magistrados y, por ende, sus resoluciones. Es un mensaje en extremo peligroso para la vida de México.
Con su propuesta, el joven de 32 años, quien tiene estudios de posgrado en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, mostró que, más que jinete, es seguidor del “charrismo”, ese concepto que habla de líderes que en lugar del beneficio común, obedecen intereses de autoridades gubernamentales.