El pasado 19 de julio, a las 21:00 horas aproximadamente, la plataforma petrolera Sandunga en Campeche vivió momentos de tensión cuando fue abordada por ocho hombres armados que dispararon al aire.
De la plataforma, administrada por la empresa mexicana Goimar, que opera y mantiene equipos de perforación marino y terrestre y presta servicios a Petróleos Mexicanos (Pemex), se llevaron equipo de respiración autónoma, de comunicación y de buceo valuado en 250 mil pesos.
La situación no es nueva.
“Este año 2021 van más o menos 7 a 8 casos en la Sonda de Campeche; en el 2020 fueron 20 casos que tenemos registrados. Se habían calmado los atracos, pero nuevamente vuelven.
“Estos delincuentes esperan a que la autoridad marítima, en este caso la Semar (Secretaría de Marina), salga de las aguas y vuelven a atacar”, dijo a un medio local Enrique Lozano Díaz, inspector de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte.
Los delincuentes aprovechan la soledad del mar y la nula presencia de elementos de la Semar para los asaltos. Según el New York Times, en 2019 hubo 180 ataques. Desde 2015 se han registrado 268
Los asaltos ya merecieron una mención de la Universidad Marítima Mundial quien realizó el estudio “Repercusiones de una gobernanza oceánica débil y una inexistente política de seguridad marítima: el resurgimiento de la piratería y robo en el Golfo de México”.
El estudio asegura que la Secretaría de Marina no está realizando las investigaciones correspondientes, no son informados a las autoridades internacionales y que los ataques aumentaron “significativamente” durante el periodo de la pandemia.
“Se necesitan dos horas o más para las autoridades de la Secretaría de Marina para llegar al lugar del ataque, para proporcionar ayuda, pero luego, los piratas han abandonado el barco.
“(…) La Autoridad Marítima del Gobierno de México no está cumpliendo con sus deberes y obligaciones ante la comunidad internacional sobre los informes oficiales de incidentes relacionados con actos de piratería y robo a mano armada contra barcos”, explica el estudio realizado por Adriana Avila-Zúñiga Nordfjeld Dimitrios Dalaklis.
La amenaza que representan los piratas ha escalado al punto que Panamá y Estados Unidos han enviado advertencias a las embarcaciones para que refuercen las condiciones de seguridad al navegar en el Golfo de México o que eviten la zona en la medida de lo posible.
Según el portal Insigth Crime aún después de años de ataques, es poco lo que se sabe de los piratas, incluidas sus identidades y su grado de organización. No se han encontrado nexos con grupos criminales más grandes.
Sin embargo, lo robado es lo mismo dispositivos de comunicaciones, instrumentos de navegación, motores, reflectores potentes, equipos de perforación y maquinaria de bombeo.