Back to Black es una de esas placas a las que uno se aferra para no morir de tristeza. Es más: es un disco que enseña a cantar el dolor con gusto. A ponerle ritmo al abismo. Por eso y porque hay canciones que nunca dejan de doler bonito volvemos hoy a una joya que Amy Winehouse nos dejó para sufrir con ritmo: “Tears Dry On Their Own.”

Amy no componía para sanar. Componía para decir lo que no podía callar. Y esta canción es un ejemplo perfecto: no hay consuelo, no hay súplica, no hay perdón. Lo que hay es la radiografía exacta del momento en que se rompe algo por dentro y, en vez de derrumbarse, una mujer se endereza y sigue.

“He walks away, the sun goes down / He takes the day but I’m grown / And in your way, in this blue shade / My tears dry on their own”

(“Él se va, el sol se oculta / Se lleva el día, pero yo he crecido / Y en tu camino, en esta sombra azul / Mis lágrimas se secan solas”)

Qué poderosa esa imagen: el sol se va con él, como si también le perteneciera la luz. Amy se queda en la sombra azul triste, sí, pero también en pie. El llanto no se acaba por falta de dolor, sino por cansancio. Porque llorar también agota.

La canción nació sobre la base melódica de “Ain’t No Mountain High Enough”, el clásico de Marvin Gaye y Tammi Terrell. Pero donde aquella hablaba de amor, que todo lo puede, Amy se plantó a decirnos que no, que a veces no hay montaña suficiente para detener a alguien que ya decidió irse. Y eso también es verdad. Aunque duela más.

La historia detrás es conocida: otra ruptura con Blake Fielder-Civil, su adicción favorita, su ruina más querida. No fue una relación sana. Pero fue la suya. Y Amy no la escondió ni la disfrazó. La escribió, la grabó, la cantó hasta sangrar.

“I don’t understand, why do I stress the man / When there’s so many bigger things at hand?”
(“No entiendo, ¿por qué me angustia este hombre / cuando hay tantas cosas más grandes en juego?”)

Esa línea es un espejo donde muchos se han visto. Porque sí, a veces nos obsesiona quien no lo merece. Y aunque sepamos que hay cosas más importantes, el corazón va por su cuenta.

Lo que parte el alma es saber que las lágrimas se secaron, pero también el recuerdo. Esta canción convierte el sufrimiento en arte sin disfrazarlo. No se compuso desde el ego, nació desde el derrumbe.

Y, sin embargo, “Tears Dry On Their Own” no es una canción de derrota. Es una canción de dignidad. De esas que uno canta con los ojos hinchados, pero la espalda recta. Amy entendió que el amor no siempre salva. Que a veces se va. Que duele. Pero que uno sobrevive. Aunque sea apenas.

Porque sí: con el tiempo, aunque no lo busquemos, aunque no lo notemos… las lágrimas, tarde o temprano, se secan solas.

 

Comentarios

Comentarios