No ha llegado, los fantasmas tienen rato que no aparecen.

Nos convertimos en frases de las páginas que se olvidan. La búsqueda de más vida conduce, inexorablemente, al fin; toda vida conduce a la muerte, como todo sueño, vuelto una mujer, camina hacia la muerte, hacia su propio fantasma.

Los daños están hechos, los cristales están rotos, lo hemos causado, lo han causado, ¿no es una pena?

Con estas letras, con estos fantasmas personales, muero en mi espacio atemporal de recuerdos y experiencias.

Algunos son realmente afortunados de haber encontrado a esa única persona, ese único espíritu en la tierra que hace que exista un balance perfecto entre amor, pasión y compromiso.

Para otros, los desafortunados, el espíritu se convierte en una corriente de aire que se integra de muchos rostros que se confunden los unos con los otros, una brisa que es escurridiza y no tiene mayor importancia al momento en que los vientos soplen.

Es la diferencia entre el sueño que nunca fue realidad y el espíritu que hace que todo encaje.

(…)

El amor destroza y los estragos se pueden observar en cada uno de nuestros actos. Nunca sabemos cuándo será la última vez que veremos a alguien: tenemos la oportunidad de inmortalizar el deseo… O volvernos extraños; sin embargo, el amor contiene tanta devoción que se puede volver magia.

Es el Veneno para las Hadas, el fin de la fantasía.

La canción “Veneno para las hadas” de Steven Wilson es una reflexión sobre la pérdida de la inocencia y la transición de la juventud a la edad adulta.

La canción está inspirada en la película mexicana de 1984, “Veneno para las hadas”, dirigida por Carlos Enrique Taboada. Wilson grabó la canción mientras trabajaba en su álbum debut como solista, “Insurgentes”, en México.

El músico utiliza la metáfora de un veneno para las hadas para explorar temas de crecimiento, pérdida y la inevitable transición de la inocencia a la experiencia.

 

“When you’re young, you’re sleeping
With the love you’re feeling
Waking up to evening
Check the pulse and breathe in (and breathe in…)

Nothing left, just ember
Only we remember
A bottle not for sharing
Poison for a fairy”

“Cuando eres joven, estás durmiendo
con el amor que sientes,
despertando al anochecer,
revisas el pulso y respiras (y respiras…)
No queda nada, solo brasas,
solo nosotros recordamos.
Una botella que no se comparte,
veneno para un hada.”

¿Soy yo por momentos? Érase una vez… nosotros. Las musas también mueren.

 

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