Es una mezcla de tecnología, diversión y ¿duentes?… es “Atlas”, una canción de la banda de rock experimental Battles.
El grupo, fundado en Nueva York, es considerada una de las bandas más emblemáticas de rock matemático, ese estilo que se caracteriza por estructuras complejas y atípicas por sus contrapuntos, compases impares y acordes extendidos y disonantes.
La agrupación ya había sacado dos EPs antes de firmar con Warp Records y lanzar su disco debut “Mirrored” con su sencillo “Atlas”, que los llevó a la estratósfera de la fama.
“Si un ejército de esos espeluznantes gnomos de jardín se levantara de debajo de sus hongos decorativos y desatase un ataque contra sus opresores pulgares verdes, fácilmente podrían elegir el himno de su revolución del debut completo del grupo de rock experimental Battles.
“(…) El redoble de tambores de Stanier se une rápidamente a un crujido de guitarra tambaleante y murmullos vocales guturales, y ahí es cuando los gnomos invaden. La voz de Braxton se eleva digitalmente al lenguaje de los munchkin. Este canto convierte a ‘Atlas’ en una de las canciones más extrañas y contagiosas de la década de 2000”, la define Spectrum Culture.
Y es que, desde el redoble de las percusiones, “Atlas” comienza a divertir al grado de comenzar a mover la cabeza… y luego llega uno de los gnomos cantando la letra que reta al escucha desde la primera estrofa.
“Las personas no serán personas cuando escuchen este sonido que ha estado brillando en la oscuridad en las afueras de la ciudad. Las personas no serán personas”, exclama el vocalista Tyondai Braxton, que abandonaría el grupo posteriormente.
La ironía de la letra es que es un ciclo sobre cómo las personas no serán personas… pero el cantante es al mismo tiempo un ladrón. Parece que los gnomos se volvieron un poco ¿personas?
A su vez el video evoca el arte del disco… todo se calcula fríamente cuando se trata de innovar un poco.
“Atlas” no se quedó en los gustos experimentales: la pista fue utilizada por un videojuego, para un comercial de automóviles y como parte de la banda sonora de la película juvenil “Crepúsculo”.
La canción es una buena introducción al álbum que debe escucharse con disposición de sonidos muy rápidos, arrullos de pronto y extraños tarereos; todo envuelto en ritmos industriales, tribales y, por supuesto, libres.
Con “Atlas” sabemos que la música sigue siendo terreno fértil…y que las personas a veces dejan de ser personas.