“Be Thankful for What You Got” de William DeVaughn no es solo una canción, es un recordatorio suave y melódico de lo que realmente importa. Publicada en 1974, esta obra maestra del soul lleva décadas enseñándonos que la verdadera riqueza no se mide por lo que se posee, sino por la gratitud que se siente. Es un himno que, con cada palabra, inspira a valorar la vida en su estado más puro.

La letra, sencilla, pero profundamente significativa, resuena como un mantra:

“Though you may not drive a great big Cadillac / Gangsta whitewalls, TV antennas in the back…”

(Aunque quizá no conduzcas un gran Cadillac / con llantas blancas de lujo y antenas de televisión en la parte trasera…)

Desde el primer verso, DeVaughn deja claro que no importa si no se tienen los lujos del mundo. Lo esencial no está en el tamaño del auto ni en los adornos materiales, sino en la paz interior y el amor propio. En lugar de aspirar a lo que no se tiene, invita a caminar con orgullo, disfrutar del trayecto y valorar lo que ya está presente.

Más adelante, con frases como “Diamond in the back, sunroof top, diggin’ the scene with a gangsta lean” (Diamante en la parte trasera, techo solar arriba, disfrutando la escena con estilo callejero), evoca imágenes de personas que, sin importar su situación, encuentran maneras de disfrutar la vida. Estas líneas son un tributo a la dignidad y la creatividad de quienes saben transformar lo poco en algo inmenso. La gratitud, sugiere DeVaughn, no es solo una emoción, es una forma de arte.

Musicalmente, la canción fluye con un groove cálido y envolvente. Las guitarras suaves, el ritmo pausado y los coros angelicales crean un ambiente que invita a relajarse y reflexionar. La voz de DeVaughn no busca deslumbrar con virtuosismo, sino conectar con el alma de quien escucha. Cada palabra es un abrazo, un recordatorio de que lo importante ya está al alcance de las manos.

“Be Thankful for What You Got” es una lección atemporal, perfecta para arrancar el año con la actitud correcta. Es una invitación a agradecer, no solo por lo que tenemos, sino también por lo que somos y, quizá más importante, por aquello que no fue. Porque en cada puerta que no se abrió hay sabiduría, y en cada pérdida, la oportunidad de crecer.

Así, al dejar que esta canción nos guíe, se revela su enseñanza esencial: uno debe agradecer lo que tiene, lo que es y también lo que no fue. En la gratitud se encuentra el poder de transformar cualquier momento en algo extraordinario.

 

Bonus: Artistas que reimaginaron “Be Thankful for What You Got”

La magia de la canción ha inspirado a generaciones de músicos. Massive Attack, en su álbum Blue Lines (1991), llevó la canción al terreno del trip-hop, añadiendo sintetizadores oscuros y líneas de bajo profundas que la convirtieron en un himno melancólico. Por otro lado, FKJ (French Kiwi Juice) ofreció una versión moderna y llena de groove, combinando beats electrónicos con instrumentación cálida, creando un ambiente perfecto para la pista de baile. Es la que más me gusta, porque siempre es viernes en mi corasound.

 

Ambas reinterpretaciones conservan la esencia de gratitud del tema original y muestran su capacidad de trascender estilos y épocas. Así, “Be Thankful for What You Got” sigue siendo un recordatorio universal: uno debe agradecer lo que tiene, lo que es y lo que no fue.

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