Two music nerds obsessing
(Dos nerds de la música obsesionados)
Compartir música es uno de los gestos más puros para decirle a alguien: “te veo, te siento”.
Hay canciones que contienen mensajes secretos, mensajes que solo el destinatario sabe interpretar. “Blissing Me” de Björk es una de esas piezas, una confesión disfrazada de melodía, un hilo invisible que une a dos almas a través de la música.
Esta canción, incluida en el álbum Utopia (2017), cuenta la historia de dos personas conectadas por su amor a la música. Björk canta sobre lo que significa construir puentes emocionales con canciones, pequeñas ofrendas que hablan por nosotros cuando las palabras no son suficientes.
En su versión especial, junto a Serpentwithfeet, la pieza adquiere una dimensión aún más íntima, como un susurro compartido entre dos corazones.
Un universo sonoro y visual
“Blissing Me” no solo pertenece al ámbito sonoro de Utopia, sino también al visual. Este álbum marcó un renacimiento para Björk, tanto en lo musical como en lo estético. Colaboró con artistas como Jesse Kanda, quien diseñó la icónica portada del álbum. La cantante creó una experiencia multisensorial que invita a sumergirse en un paraíso único.
La portada muestra a Björk como una criatura híbrida, fusionando lo humano, lo vegetal y lo artificial, con detalles que reflejan la atmósfera del disco. Su rostro, adornado con perlas y un maquillaje surrealista, parece sacado de un sueño.
Este arte visual no es una mera decoración: encapsula la esencia de Utopia, un espacio donde la naturaleza y la tecnología coexisten en armonía, tal como lo hacen las capas sonoras de “Blissing Me”.
La canción se caracteriza por su minimalismo instrumental: un arpa delicada y susurros electrónicos sirven de base para una voz de Björk que parece flotar, mientras que la armonía de Serpentwithfeet aporta una sensación celestial e íntima. La reinterpretación de Arca deconstruye los elementos originales, agregando texturas distorsionadas que reflejan los complejos rincones de la emoción humana.
La letra que canta lo que no siempre se puede decir
“Blissing Me” comienza con una imagen tan íntima como poderosa:
“All of my mouth was kissing him
Now, into the air, I am missing him”
(“Toda mi boca lo besaba,
y ahora, en el aire, lo extraño”).
Aquí, Björk no solo describe un acto físico, sino un sentimiento que se extiende más allá del instante. El amor se convierte en algo intangible, como un suspiro que queda flotando en el aire. La sencillez y honestidad de esta imagen resultan conmovedoras. Quien haya compartido canciones con alguien especial sabe que esos intercambios pueden ser tan íntimos como un abrazo.
Mandar canciones aumenta nuestra conexión, canta Björk en otro momento, y en esa frase se condensa todo. Compartir música no es solo ofrecer lo que nos gusta; es una forma de revelarnos, de mostrar nuestra vulnerabilidad y permitir que el otro entre en ese espacio tan privado.
La nostalgia que acompaña al amor
“Blissing Me” también toca una fibra más profunda: la nostalgia de lo que fue. La canción se convierte en un espejo para quienes han amado y, con el paso del tiempo, han perdido ese amor. Escucharla puede evocar recuerdos de momentos perfectos, cuando mandar una canción era suficiente para llenar el vacío de las palabras. Pero también trae esa dulce amargura de lo que pudo haber sido, de lo que ya no volverá.
Porque la pena que acompaña la ausencia de alguien es el precio que hay que pagar por haberlo tenido. Esa frase refleja lo que la canción nos dice entre líneas: el amor deja huellas imborrables, incluso cuando ya no está presente.
La canción como refugio y despedida
En Utopia, Björk creó un paraíso sonoro donde la música se convierte en refugio y renacimiento. Tras el doloroso Vulnicura (2015), este álbum celebra la posibilidad de amar nuevamente, de encontrar belleza en los pequeños momentos. Sin embargo, “Blissing Me” tiene una característica especial: no solo celebra el comienzo del amor, también reconoce el vacío que queda cuando las canciones compartidas dejan de ser mensajes y se transforman en recuerdos.
Es imposible no sentir algo al escucharla, especialmente si alguna vez dedicaste esta canción a alguien que fue tu mundo. Las palabras de Björk resuenan cargadas de una verdad que atraviesa el tiempo:
“He reminds me of the love in me
I’m celebrating on a vibrancy”
(Él me recuerda el amor en mí,
y celebro con una vibración)
Y tal vez eso es lo que queda cuando el amor se transforma en memoria: la certeza de que fue real, de que, en algún momento, esa vibración existió y nos cambió para siempre.
Con la voz de Björk y Serpentwithfeet entrelazándose como dos hilos, y la visión experimental de Arca, “Blissing Me” no es sólo una canción. Es un refugio para quienes saben lo que significa amar, compartir y también dejar ir.