“I’ve been all over the world. I’ve left from every place”
Recientemente leí un comentario en el que alguien preguntaba sobre el interés de Bowie por visitar un mural en México en 1997. La respuesta es que Bowie devoraba cultura. Contrario a muchos artistas que a veces suelen encerrarse en sus habitaciones de hotel, él siempre estaba ansioso por absorber todo lo que fuera posible de los lugares que visitaba. Eso incluía arquitectura, arte, comida, sitios históricos, costumbres y por supuesto, conversaciones con la gente. Nada entusiasmaba más a Bowie que aprender algo nuevo.
Las personas que lo conocieron a fondo se han referido a él como una esponja. Edward Bell, autor del maravilloso libro “Unmade Up”, narra una ocasión en la que le explicó a Bowie el concepto detrás de las estatuas Kouros en un boceto de lo que se convertiría en la portada de Tin Machine II. Unos momentos después un miembro de la banda llegó y preguntó sobre las estatuas. Edward describió como Bowie, quien apenas había escuchado la información hace unos instantes, la recitó de manera perfecta. En su entrevista con Russell Harty en 1973 Bowie dijo “I’m a collector…I collect.” Vaya que era verdad, una de las muchas cosas que coleccionaba era conocimiento.
En este artículo me gustaría hacer un repaso por algunos lugares interesantes por los que Bowie pasó y se empapó de cultura y experiencias. No se trata de una lista completa, sino de algunos de sus paseos más destacados desde mi perspectiva.
Japón
Bowie conoció Japón en 1973 gracias a la gira para promocionar “Aladdin Sane”. En 1977 regresaría para la sesión de fotos de “Heroes” y después en 1978 con la gira ISOLAR II, consolidado como un artista de culto. Durante estos viajes Bowie se enamoró de Japón, por lo que volvió al país en 1980, pero esta vez de vacaciones. Sin seguridad, sin itinerarios, solo Bowie como un turista adentrándose en las tradiciones locales. Durante su estancia, Sukita captó una gran variedad de tomas cándidas increíblemente memorables, que muestran a un Bowie fascinado por su entorno. Bailando en clubes nocturnos, probando comida callejera, visitando templos y viajando en transporte público. Bowie encontró tiempo para trabajar, filmando su parte para el comercial de Crystal Jun Rock y también una sesión de fotos formal con Masayoshi Sukita en Tokio. Aquí un ejemplo de las imágenes de Bowie de paseo por Kyoto capturadas por la lente de Sukita:
No sería la última vez que Bowie visitaría Japón. Regresó en múltiples ocasiones con otras giras e inclusive disfrutó otras vacaciones, pero esta vez acompañado de Iman, mostrándole todos sus lugares favoritos. El tema instrumental “Crystal Japan” (originalmente titulado Fujimoto San) es la oda perfecta de Bowie al país del que se fascinó y mantuvo siempre cercano a sus recuerdos.
Rusia
Temeroso a viajar en avión, Bowie atravesó largas distancias entre 1973-1976 en barco y tren, a lado de su inseparable amigo Geoff MacCormack. Juntos, descubrieron Japón, Estados Unidos y Europa en ese periodo de tres años. Sus viajes y tiempo juntos estuvieron repletos de anécdotas fascinantes, las cuales fueron plasmadas por primera (y única vez hasta la fecha) en el impresionante libro “From Station to Station: Travels with David Bowie 1973-1976” publicado por Genesis Publications.
Uno de los lugares más interesantes que figuraron en las paradas de Bowie y Geoff fue Rusia. Bowie visitó el país en dos ocasiones como turista: en 1973 y en 1976. En la segunda visita, con Iggy Pop como otro compañero de paseo. Entre los sitios que captaron el interés y asombro de Bowie figuran El Kremlin y la Plaza Roja. Volvió a Moscú en 1996, para presentarse en vivo por primera vez en el país. La experiencia de ofrecer un concierto en Rusia fue profundamente decepcionante para Bowie, al notar todas las primeras filas del recinto ocupadas por “mesas VIP” para Oligarcas. Tras su partida, Bowie juró que jamás volvería a tocar en Rusia.
Australia
Bowie visitó Australia por primera vez en 1978 como parte de la gira ISOLAR II. Se convirtió en otro destino de amor a primera vista, ya que Bowie regresaría en múltiples ocasiones, para grabar vídeos musicales (1983 con “Let’s Dance”), grabar un álbum (“Tin Machine II”), presentar más giras (Glass Spider, Serious Moonlight y A Reality Tour) e inclusive, comprarse un departamento, el cual estaba ubicado en Elizabeth Bay, el cual conservó hasta 1992.
El departamento fue vendido después de su matrimonio con Iman. A Bowie le encantaba pasar temporadas en ese departamento y con frecuencia se resguardaba en él, alejado de todo y todos. Se puede percibir por ese hecho y otras experiencias, que Australia brindaba una sensación de tranquilidad a Bowie, un anhelo que seguramente sentía cuando la fama lo abrumaba.
Tomando ventaja de la ubicación, Bowie también tocó en Nueva Zelanda, dónde acudió a una ceremonia tradicional Maori en la que interpretó una breve canción propia titulada “Waiata” la cual se transmitió en la radio ¡25 años después de su visita!
Escucha la canción aquí:
Berlín
Hablar de Bowie y Berlín es referirnos obligadamente al tiempo que paso en la ciudad como residente, en vez de turista. Este periodo en su vida fungió múltiples propósitos: limpiar a Bowie de adicciones, cambiar su entorno sombrío de Los Ángeles por un lugar con perspectivas nuevas, escabullirse en un contexto en el que su fama no representase un impedimento para disfrutar las cosas simples de la vida (en Berlín podía caminar por la calle, entrar a tiendas de discos o pasar tiempo en cafés sin ser abordado ni molestado a pesar de ser reconocido), así como empaparse e inspirarse con nuevas influencias, sonidos y corrientes musicales y artísticas. Berlín también se convertiría en el epicentro de la creación de algunas de las obras más icónicas de Bowie en términos de pintura. Por resaltar al menos una, la mítica “Child in Berlin” dónde el escenario era el edificio en el que vivía con Iggy Pop, quien también quedo plasmado en diversos retratos incluyendo “Potrait of J.O.”
Pero la inspiración se extendía también a escenas de la vida cotidiana, un ejemplo siendo los contingentes de inmigrantes turcos que poblaban las zonas, en ocasiones durmiendo de pie en departamentos en los que no cabían ya. Escenas como estas se colaron a la obra de Bowie tanto en sus pinturas como en su música (“Neuköln” de “Heroes”). Las corrientes artísticas que Bowie e Iggy pudieron ver también se plasmaron en su estética, siendo “Roquairol” de Erich Heckel, un pionero del movimiento expresionista Die Brücke, la inspiración directa de las portadas “The Idiot” de Iggy Pop y “Heroes” de Bowie respectivamente.
En 1987 Bowie interpretó una de sus versiones más emotivas y memorables de la canción “Heroes” en Platz der Republik. Fans se congregaron al otro lado del muro para cantar la canción, conmoviendo tanto a Bowie como a sus músicos y bailarines de la gira.
La nostalgia por el tiempo vivido en Berlín se coló al sencillo con el que Bowie sorprendió al mundo en 2013, “Where Are We Now?” en el cual Bowie hace un repaso de todos los lugares que marcaron sus recuerdos en Alemania.
Kenya
En 1978 Bowie llevó a su hijo Duncan de viaje a Kenya. De lo poco que se sabe sobre este viaje es que disfrutaron un Safari y que los pilotos que Bowie observaba beber y platicar por las noches en los bares fueron una inspiración directa para la canción “African Night Flight” de Lodger.
Asia, Europa y Oriente Medio
Las giras más ambiciosas y taquilleras de Bowie son las que lo llevaban a los lugares más exóticos. Con la gira “Serious Moonlight”, Bowie pisó Singapur, Tailandia y Hong Kong. Este último siendo un concierto notoriamente emotivo, en el que interpretó un homenaje a su amigo John Lennon. La visita de Bowie a estos destinos asiáticos fue plasmada en el vídeo documental “Ricochet” y en las inolvidables fotografías de Dennis O’Regan.
Con la gira “Outside”, Bowie se presentaría (en algunos casos por primera y única vez) en sitios como Helsinki en Finlandia, Liubliana en Eslovenia, Reikiavik en Islandia, Atenas en Grecia y Tel Aviv, Israel. Por fortuna varios de estos conciertos fueron grabados para la posteridad por los asistentes y si bien la calidad no es la mejor posible, son documentos importantes de las fugaces visitas de Bowie a aquellos destinos.
En 2004 con la gira “A Reality Tour”, Bowie volvería a visitar Asia con paradas por Singapur, Japón y Hong Kong (siendo su última presentación en China durante su carrera). El paso por este continente se vio plasmado en una “Asian Tour Edition” del álbum Reality.
Italia
Bowie visitó con frecuencia múltiples destinos en Italia, tanto de gira, como turista, como residente temporal y notablemente, como la cede de su boda religiosa con Iman.
El hecho de que el público italiano siempre fue particularmente receptivo al trabajo de Bowie, combinado con la rica y extensa cultura, fueron factores decisivos en que siempre figurara el país en sus planes.
Una de las anécdotas más memorables tuvo lugar durante la gira “It’s My Life” para promocionar el álbum Tin Machine II. El fotógrafo Brian Aris relató en su libro “Bowie Memories” que David llevaba a la banda de paseo por diversos puntos de interés arquitectónicos y artísticos, inundándolos con información en cada parada. Brian recuerda que el conocimiento de Bowie en términos de arte era casi enciclopédico, a tal grado que cuando visitaron el Vaticano, diversos turistas extranjeros comenzaron a seguir al cantante para escuchar lo que decía sobre las obras, pensando que era el guía turístico oficial. Bowie también llegó a pasar temporadas en el lado más rural y campirano, dónde escuchaba de primera mano por parte de los residentes toda la historia del país, la cual escuchaba con toda su atención, atesorando cada detalle.
México
La gira Earthling llevó a Bowie por lugares típicos de sus giras en Estados Unidos y Europa, pero visitó también lugares inusuales como Budapest, culminando con su primera y única visita para dar un concierto en México. Durante su estancia el fotógrafo Fernando Aceves documentó los paseos del británico que incluyeron las pirámides de Teotihuacán, la CasaAzul de Frida Kahlo, Palacio Nacional y Bellas Artes. Bowie se maravilló con murales, arte, tradiciones e historia. Todo quedó plasmado en las ya icónicas imágenes de Aceves, de las cuales es muy difícil escoger una sola favorita.
Contrario a la opinión popular de que esta fue la única visita de Bowie a México, me gustaría hacer hincapié en que de hecho, Bowie disfrutó de unas vacaciones en Acapulco en 1982, estancia durante la cual aprovechó para filmar su aparición en el filme “Yellowbeard”.