
Han sido días así: nublados, raros, con esa sensación de que el sol ya ni se acuerda de nosotros. La lluvia cae tan seguido que, por momentos, parece que el cielo solo sabe llorar.
Y en medio de tanto gris, suena “Future Lover” de Thee Sacred Souls en la radio. Una canción que habla de lanzarse a lo incierto, incluso sabiendo que quizá no podremos recorrer el camino completo.
Porque, ¿qué objeto tiene empezar algo que no podremos terminar? Quizá ninguno. O quizá todo.
La canción comienza casi como una escena de película:
“Ah, who is it? (It’s your future lover). Come on in.”
(“Ah, ¿quién es? (Es tu futuro amor). Adelante.”)
Hay algo profundamente dulce en esa invitación. A veces la vida toca la puerta de la forma más inesperada, trayendo personas o momentos que podrían cambiarnos la ruta. Y aunque sabemos que lo hermoso puede durar solo un suspiro, siempre queda en nosotros esa chispa que quiere creer que quizá esta vez sea diferente.
Luego aparece ese instante en que dos miradas se cruzan y el mundo parece suspenderse:
“There she goes at the door, with her girls / She looks at me, I look at her, and in that moment I think that both of our hearts know.”
(“Ahí va ella en la puerta, con sus amigas / Me mira, yo la miro, y en ese momento creo que ammbos corazones lo saben.”)
Es solo un segundo. Una chispa. Pero basta para hacernos sentir que algo nuevo está por nacer.
La letra sigue con un diálogo sencillo y lleno de curiosidad, como quien tantea la orilla antes de lanzarse al agua:
“She looks around, says she likes what she sees. I say, ‘The same it goes for me.’ I ask her, ‘Do you have a man where you stay?’ She says, ‘I don’t, but won’t you be?’”
(“Ella mira alrededor y dice que le gusta lo que ve. Yo digo: ‘Lo mismo digo yo.’ Le pregunto: ‘¿Tienes a alguien allá donde vives?’ Ella dice: ‘No lo tengo… ¿pero no podrías ser tú?’”)
No es solo coqueteo: es esa esperanza de encontrar a alguien dispuesto a quedarse, aunque sea por un rato. No hay promesas eternas, solo dos personas preguntándose si podrían ser algo más que desconocidos.
Musicalmente, “Future Lover” envuelve como un abrazo suave. La voz, los coros, y ese ritmo tranquilo crean un soul que reconforta, que hace latir el pecho con la posibilidad de que, incluso en días grises, algo hermoso puede estar a la vuelta de la esquina.
La canción insiste:
“It’s your new love, baby. Open up your heart.”
(“Es tu nuevo amor, cariño. Abre tu corazón.”)
Y aunque sabemos que nada es para siempre, hay algo profundamente humano en querer intentarlo igual. Quizá eso sea lo verdaderamente valioso: atreverse a empezar algo, aunque solo dure un suspiro. Porque incluso los amores breves pueden dejar una luz encendida para los días raros, cuando el cielo parece no querer abrirse.
“Future Lover” nos recuerda que siempre existe la posibilidad de que algo lindo esté por llegar. Aunque sea solo un instante.