Hay canciones que uno no escucha: te caen encima. Como una ola fría. Como un golpe en medio de la noche.
“Lovestruck” de Starvue es eso. Un puñetazo disfrazado de canción.

No se trata de amor bonito. No hay promesas ni finales felices. Se trata de ese momento tan jodidamente humano en el que te das cuenta de que estás sientes algo que no te hace bien. Pero no puedes soltarlo. Porque una parte de ti todavía lo quiere, lo necesita, lo desea con rabia.

Starvue canta desde ese lugar. Desde el corazón apretado. Desde la piel que tiembla. Desde el nudo en la garganta.

“You fuck me up, you pull me in”
Me haces mierda, y aún así me arrastras contigo.

¿Quién no ha estado ahí alguna vez? Queriendo escapar de alguien y, al mismo tiempo, desear que esa persona te toque una vez más. Sólo una. Aunque te rompa. Aunque te deje peor.

En “Lovestruck” el amor no es tierno. Es tóxico, adictivo, eléctrico. Pero real. Y eso es lo que la hace tan poderosa. Porque no habla de cómo debería ser el amor. Habla de cómo a veces es. Confuso. Violento. Incontrolable.

Starvue no necesita grandes palabras. Solo dice la verdad. Y esa verdad quema.

“I’m lovestruck, not lucky”
Estoy enamorado, pero no tengo suerte.

Esa frase es una daga. Todos conocemos esa sensación: creer que encontraste algo, que esto sí, y darte cuenta de que es un espejismo. Que te tiene, pero no te cuida. Que te quiere, pero a su manera. Que te arruina, aunque tú lo sigas llamando amor.

Hay mucho “fuck” en esta canción. Pero no suena vacío. Suena sincero. Suena como cuando estás solo en tu habitación, mentando madres contra el mundo, contra la otra persona, contra ti mismo.
Ese “fuck” no es vulgar: es humano. Es dolor. Es desesperación.

“Touch me like you hate me”
Tócame como si me odiaras.

¿Sabes lo que duele escuchar eso? Porque hay noches en las que uno ya no busca ternura. Sólo busca algo. Algo que te haga sentir que todavía estás vivo, aunque duela. Aunque sea a través del contacto equivocado.

La voz de Starvue no canta: sangra. No está tratando de gustarte. Está tratando de sobrevivir.

Y lo más jodido es que, al escucharlo, te das cuenta de que tú también.

Porque “Lovestruck” no es solo una canción: es un espejo. Nos muestra esa parte que no siempre queremos ver. La parte rota. La parte que sigue mandando mensajes a las dos de la mañana. La parte que ama, aunque ya no debería.

Y, sin embargo, esa parte también merece ser escuchada. También merece tener una canción.

“Lovestruck” es para los que alguna vez dieron demasiado. Para los que se quedaron esperando. Para los que sabían que dolía… pero igual se quedaron.

Es una canción que te agarra del pecho y te dice: no estás solo en esto.
Y a veces, solo con eso… alcanza.

A esta canción llegamos por recomendación de @TheHowll, a quien le pagamos como corresponde  con letras

 

Comentarios

Comentarios