No estaba consciente del tiempo que nuestra historia ha durado: 3 lustros más dos años. Ha sido una historia por demás tormentosa en donde, de alguna forma, siempre hemos estado.

Hemos disfrutado fábulas personales o sufrido tragedias que ni alcanzan a ser colectivas. Un total de 17 años de manera intermitente que no puede ser permanente, que se aleja mucho de ser pasajero, que roza en lo enfermizo y seduce a la pureza de una relación. El tiempo, lo sabemos, ya no lo dirá.

Leales a nosotros mismos, leales a ambos, somos más leales a los fantasmas, esos que nos impiden saber que es real. Los fantasmas juegan crueles bromas: siempre son inmortales, son pacientes y a veces, por momentos, son los parásitos de nuestra mente.

Conté la historia completa a una amiga de mi más alta confianza y me dijo de forma sincera que lo que en 17 años no había existido… no existirá jamás; aunque, paradoja, existe por el hecho de cumplir 17 años.

El tiempo avanza, cada día que pasa nos queda menos tiempo. Yo estoy muy consciente, ella no: en el escape del ahora la mantiene en la frontera de los días futuros. Todo es ambiguo.

¿La conexión será posterior? ¿Sólo en otra vida? ¿En el “otro lado”?

“See you on the Other Side” es una de mis canciones favoritas de Ozzy Osbourne, su cadencia, su súplica, su congruencia con la pérdida, su esperanza de encontrarse en una conexión que no pertenece a este mundo.

“Hold me, hold me tight I’m falling
Far away, distant voices calling
I’m so cold, I need you darling, yeah
I was down, but now I’m flying
Straight across the great divide
I know you’re crying, but I’ll stop you crying

When I see you, I see you on the other side
Yes, I’ll see you, see you on the other side”

 “See You On The Other Side”, del álbum Ozzmosis, reflexiona sobre la mortalidad, la pérdida y la esperanza de un reencuentro en el más allá. La letra de la canción transmite un profundo sentimiento de añoranza y aceptación de lo inevitable.

¿Y qué es lo inevitable? La separación ¿Cuál es la esperanza? La creencia en una existencia más allá de esta vida, donde los seres queridos se reunirán.

Somos voces, el paso del tiempo y las estrellas en el cielo que evocan una sensación de eternidad; a pesar de ello la convicción no es suficiente, pero es esperanzadora hasta una introspección que trasciende la vida.

¿La reconexión? Sólo estoy seguro de que será a la 1:30. Uno de estos días, nos encontraremos en otro lado, lejos de las mil sombras.

 

 

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