Las portadas de los álbumes de David Bowie siempre me cautivaron y fascinaron, desde la primera vez que vi cada una. Pero había otro aspecto que me interesaba de igual forma: las contraportadas. ¿Qué resguardaban aquellos discos en sus lados menos vistos, dónde las listas de canciones aguardaban a ser leídas?

Desde que tuve en mis manos por primera vez el segundo álbum de estudio de Bowie, quedé hipnotizado por su contraportada. Me encantaba mirar a los personajes mientras escuchaba las canciones, tratando de hacer coincidir las historias de las letras con los símbolos que proyectaban.

Contraportada Space Oddity

 

Contraportada Space Oddity

Bowie realizó un bosquejo de como imaginaba la pintura final que le comisionó a George Underwood, su viejo amigo y colaborador musical desde la infancia. George se especializa en un estilo muy original, en el que se combina el realismo con la fantasía, las escenas épicas y los personajes majestuosos.

Boceto para la portada: David Bowie

Era evidente la razón por la que Bowie quería sus servicios, George es increíblemente talentoso. Pasé infinidad de tardes escuchando el álbum David Bowie 1969 (o Space Oddity) mientras les daba vida en mi mente a los personajes de aquella pintura al reverso del disco. La pintura y el álbum se fusionaron por siempre en mi mente. Nunca imaginé que un día podría contemplar la obra original de George y el boceto de Bowie, lado a lado en la exhibición Bowie Is.

George Underwood frente a uno de sus cuadros: 1stDibs.

Años más tarde descubrí el sitio web de George Underwood y quedé asombrado por sus obras. Simplemente, me encantó su estilo y la forma en que lo utilizaba para ilustrar la música de Bowie. Noté que su correo electrónico estaba disponible para consultas. Nuestras primeras correspondencias fueron, entre, otras cosas, sobre mi admiración por sus piezas, así como para mostrarle mi tatuaje, el cual fue extraído de su pintura para el álbum.

Elegí al arlequín que camina junto a la anciana, ubicado en la esquina inferior izquierda del cuadro. Modifique un poco el diseño para mi tatuaje y en vez de la anciana, el personaje sostiene en sus manos un casco de astronauta, el cual proviene de un episodio de la Galería Nocturna de Rod Serling. Me pareció la mejor elección para plasmar mi afición por la música de Bowie de manera original, asegurándome de que no hubiese otro igual. No solo pertenece a una pintura que me encanta, sino que también es referencial, ya que años después Bowie retomaría el concepto para el videoclip de “Ashes to Ashes”, una de mis canciones favoritas de su catálogo. ¿Y el caso? La referencia perfecta a Major Tom.

Tatuaje realizado por Pedro Alvarez, Neoazteca.

Le mostré mi tatuaje a George por correo y me respondió con un mensaje que aún atesoro a la fecha:

“Hi Frankie,

Hey, that’s a good one!

Thanks for sending me the photo – I have quite a collection now of my 
artwork on people’s bodies, but yours is the most tasteful and well painted.

Take care,

George

No fue hasta 2015 que le envié un mensaje de nueva cuenta a George preguntándole sobre la posibilidad de comprar una litografía de su pintura. Me respondió con una cotización y le dije que le respondería pronto, convenciéndome a mí mismo de que la compraría eventualmente.

 

Después todo cambió.

Colección Francisco Beristain

Tras el fallecimiento de Bowie en 2016, recordé mi pregunta a George y me dije que había sido una tontería dejar pasar la oportunidad de comprar la impresión, ya que seguramente me daría una cotización más alta dadas las circunstancias. Lo intenté de todos modos y me sorprendió cuando me respondió diciéndome que el precio seguiría siendo el mismo que habíamos discutido anteriormente. Entonces no lo pensé dos veces y le dije que estaba listo para hacer un pedido.

Elegí “The Depth of the Circle” porque fue un amor a primera vista hace años y también pensé que quedaría increíble en gran formato. Debo confesar que también había visto un ejemplo de esta litografía en la colección de Bert Slapendel, uno de los coleccionistas de Bowie más admirables a nivel mundial y eso me inspiró a querer tener una también… Así que más o menos le copié. Si el título suena familiar, es por qué la pintura debía titularse “The Width of a Circle” tal como la canción que aparecería en The Man Who Sold The World un año más tarde, pero las fallas en la comunicación entre Bowie, su representante y la compañía discográfica resultaron en un título distinto siendo impreso en la carátula interior del álbum.

George me dijo que firmaría y numeraría la impresión y le dije que tenía dos solicitudes adicionales: primero:

¿Podría escribirme un mensaje personalizado en la impresión? Dijo que sí, seguro.

Y en segundo lugar:

¿Sería tan amable de tomarse una foto firmando mi impresión? Él no respondió a esa solicitud, así que pensé que probablemente era un no.

Por eso, me quedé sin palabras cuando recibí un correo electrónico de George unos días después con una foto adjunta y una confirmación de que mi litografía había sido enviada. Cumplió todos mis pedidos: escribió un mensaje encantador y se tomó una foto mágica. Aprecio el conjunto de la impresión y su fotografía como uno de mis mayores tesoros. Jamás olvidaré el día que la vi por primera vez en mi correo. Sentí una alegría indescriptible. El artista que había creado esa obra, que para mí era íntegra y fundamental en cuanto al segundo disco de estudio de Bowie, se había tomado el tiempo para hacer un gesto por mí.

Colección Francisco Beristain

También me sorprendió notar que me dio un A/P en lugar de una litografía numerada. El término “A/P” indica que la impresión es “Artist’s Proof” es decir, una impresión que el artista realiza para comprobar como luce el color, la textura y la calidad de la imagen. Estas piezas no son numeradas y por lo general son retenidas en el acervo de los artistas o los impresores, por lo que son aún más raras y valiosas que una impresión numerada.

Colección Francisco Beristain.

Y justo cuando pensaba que eso era todo… un pequeño regalo también salió volando del tubo de envío.

Colección Francisco Beristain.

Le estaré eternamente agradecido a George Underwood por enviarme uno de los objetos más maravillosos y especiales de mi colección.

Colección Francisco Beristain.

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