Del 29 de abril al 4 de mayo de 1992, Los Ángeles, California fue escenario de disturbios, protestas y saqueos que dejaron 63 muertos y 2 mil heridos aproximadamente.
Fueron conocidos como “Los Disturbios de Rodney King” e iniciaron cuando un jurado, compuesto en su mayoría por blancos, absolvió a cuatro policías, que aparecieron en una grabación amateur de George Holliday golpeando al taxista negro Rodney King.
King no había querido detener su auto y fue perseguido por patrullas. Cuando fue finalmente detenido, agredió a los uniformados, se resistió al arresto por estar bajo el efecto de drogas y alcohol. Sin embargo, las imágenes mostraban que, ya derribado, los miembros de la Policía de los Ángeles lo golpeaban estando esposado.
Cuando los elementos fueron liberados, miles de personas, especialmente afroamericanos y latinos, se lanzaron a las calles a asaltar tiendas, golpear a gente inocente e incendiar edificios. Hubo tiroteos y asesinatos, por lo que se decretó toque de queda. Incluso Rodney King dijo al tercer día “¿Podemos llevarnos bien juntos?” El caos fue alimentado por las tensiones raciales de americanos, coreanos, afroamericanos y latinos.
Ante el desorden, el poeta, novelista y cantante canadiense, Leonard Cohen, vio el futuro.
“The Future” es el nombre del noveno álbum de Cohen y el nombre de una canción que dio su visión del apocalipsis convertido en porvenir.
Cohen es altamente profano en la canción: aborda el apocalipsis desde la tradición cristiana y la budista para describir la naturaleza perversa del ser humano. El castigo de la humanidad no será morir sino sufrir.
El ritmo de “The Future” es por demás sarcástico. Un ritmo pop con coros gospel que hacen que el apocalipsis de Cohen sea de una elegancia elemental. Su voz tiene, como la letra de la canción pide, un control absoluto. También se expone como las personas anhelan las malas acciones y se vuelve un círculo vicioso.
Basta escuchar la letra para conocer la mejor poesía de Cohen. Hay frases cuya retórica es única:
“Dame crack y sexo anal, toma el único árbol que queda y llévalo por el agujero de tu cultura. Devuélveme el muro de Berlín, devuélveme a Stalin y a San Pablo. He visto el futuro, hermano, es asesinato.
“(…) La ventisca del mundo ha cruzado el umbral y se volcó el orden del alma (…) Soy el pequeño judío que escribió la Biblia, he visto a las naciones surgir y caer, he oído sus historias, las he oído todas (…) Y ahora las ruedas del Cielo se detuvieron sientes la fusta del demonio. Prepárate para el futuro: es asesinado”, dice la letra.
Cohen ha definido la canción:
“’The Future’ es la canción que el futuro llora, que el futuro me sacó. No es política, es una especie de psico-geopolítica que el futuro saca de mí estas exclamaciones, de mi corazón.
“Parece la situación que tenemos ahora y las actitudes que se toman allí, que son todas extremistas, todas defensivas en extremo. Parece ser el paisaje mental de la gente, paseando hoy. No hay comodidad en el centro. De hecho no hay centro”, expresó Cohen en sendas entrevistas.
Cohen ya no está en este mundo, el futuro se presenta a cada segundo y el apocalipsis persiste en la locura de cada cerebro. La memoria es corta pero su agonía es prolongada.