Desde unas nubes en forma de rostros, llegamos a un hangar donde dos hermanos construyen un cohete que viajará a la luna. Cada uno vive a un lado del lugar, la metáfora perfecta de que ambos están en direcciones opuestas.
Al principio sonríen entre ellos, pero uno de ellos comienza a llorar. En la nostalgia y deseo de tener a alguien a su lado, roba los planos de la fuente de energía que, en forma de corazón, los llevará fuera de la Tierra. Con los planos construye a su pareja y a su hijo. Una fantasía por demás cruel.
Por ello, su hermano lo mata con una almohada. Su arrepentimiento hace que su proyecto cambie y que, en la la muerte y su locura, encuentre la paradoja de lo que destruyó.
Es “Rocket Brothers” la canción más conocida del grupo de Dinamarca Kashmir que pertece a su cuarto álbum “Zitilites” de 2003. El video en blanco y negro de dibujos animados ganaría un premio al mejor video del año en los Danish Music Award.
La historia detrás de la canción trasciende la cruel demencia del video. Es la historia de separación de dos hermanos, el dolor de uno de ellos al ver que, de pronto, las familias se comienzan a volver amables conocidos y hasta extraños en el tiempo.
La fábula comenzó en 2002 cuando los hermanos Jacob y Kasper Eistrup, este último vocalista de la banda Kashmir, comenzaron a tomar direcciones diferentes en sus vida.
El hermano mayor, Jacob, iba a ser padre por primera vez y se había mudado a España. Su hermano menor disfrutaba del éxito musical de “The Good Life”, un antecesor de “Zitilites”. No hubo una ruptura definitiva, simplemente, como la naturaleza humana es, se distanciaron. Sin llamadas de por medio, se pensaron enfadados.
Un día, Jacob invito a Kasper a una boda. Cuando el músico danés llegó le dijo que tenía algo para él.
“Bueno, tengo algo para ti que solo tienes que escuchar”, le dijo Kasper y le mostró el demo de “Rocket Brothers”. La canción los unió inevitablemente en la lejanía de sus planes de vida y a la distancia de sus proyectos.
“Hemos tenido un vínculo estrecho y aún lo tenemos. En su juventud salíamos mucho juntos y lo he seguido mucho a lo largo de su carrera. Y luego sucede algo en la vida. De repente, formo una familia y él tiene una carrera. Fue solo un momento de ruptura.
“’Rocket Brothers’ puede devolverme fácilmente a esa época, y si vengo a escuchar la letra, también pensaré en mi hija Selma, quien fue la primera niña en venir, y quien también menciona en el texto”, expresa Jacob.
Es como comprendemos un lamento velado en la canción:
“Esos Hermanos Cohete se encuentran en el borde, ser cuidadosos porque podría estallar
Y ya no estamos solos nunca más, como lo estábamos antes. Ahora hay alguien a quien proteger, alguien a quien no puedes rechazar, alguien a quien no descuidaré”, dice la melodía del grupo que alguna vez se hizo llamar Nirvana.
“Zitilites” nace de un bloqueo creativo de Kasper que puede observarse en “Surfing The Warm Industry”, en la que habla de tomar un trabajo en el cual la rutina sea la ganadora y se eviten preguntas sobre la creatividad. El álbum es íntimo, acústico en la mayoría de sus partes y tiene un gusto muy fino por su simpleza.
La distancia física es una parte fundamental del olvido y el reconocimiento mutuo varía ante la ausencia. “Rocket Brothers” nos recuerda sobre la fraternidad y cómo también a ella llega la locura, el entendimiento y, a veces, la devastación.
No todos somos hermanos, pero algunos nos reconocemos al mirarnos.