“¡Musha ring um a do um a da!”
“¡Levántate y entrégame todo… o el diablo puede llevarte!”, dijo el bandolero sin nombre mientras apuntaba al Capitán Farrell, oficial del ejército británico, que no tuvo más remedio que entregarlo.
El bandido, que merodeaba las montañas Cork y Kerry en Irlanda, contó el dinero y se dirigió a la casa de Molly… a la fecha nadie sabe si era su esposa o su amante ¿Importaba? No mucho; ella juró amarlo y no abandonarlo.
“¡Pero el diablo poseyó a esa mujer!”, canta el bandolero en sus recuerdos.
Por la noche, Molly puso agua en la pólvora de su arma para que fuera inservible, lo que ayudó a tenderle una trampa. Cuando se despierta al día siguiente, el bandolero cae en una emboscada por el mismo capitán Farrell y sus hombres. Intenta dispararles pero el arma no funciona… trata de alcanzar su sable, pero la mujer también se lo ha quitado.
Es capturado y hecho prisionero… nada la preocupa al anónimo personaje. Con una bola y cadena amarrada a sus pies, piensa en el futuro: su hermano lo ayudará a escapar y ambos volverán al estilo de vida de los salteadores de caminos.
“¡Musha ring um a do um a da!”, canta a cada momento.
En la jerga irlandesa, la frase significa “whiskey made me the fool” (“El whiskey me hizo un tonto”). Nunca se sabe si la bebida ayudó a que cayera en la trampa… o que celebre su retorno a las andadas con una buena jarra de ella.
Es “Whiskey in the Jar” una vieja canción irlandesa de la que se desconocen sus orígenes. En su libro “The Folk Songs of North America”, el historiador Alan Lomax sugiere que se originó en el siglo 17, en los tiempos cuando los bandoleros eran héroes al robar a los terratenientes ingleses; de hecho se los consideraba patriotas nacionales.
Aunque nadie lo ha comprobado, hay versiones de que la letra está inspirada en alguien que vivió en la época llamado Patrick Fleming, que al final de su vida fue detenido y ejecutado. Se han escrito numerosos poemas al respecto de este personaje. La canción llegaría a América con cambios en su letra y hay versiones dedicadas al Tío Sam.
La leyenda musical llegó hasta el grupo de rock Thin Lizzy, quien le hizo una versión en 1972. La historia del bandolero anónimo, además de múltiples artistas de folk, ha llegado a las voces de Bryan Adams, Belle & Sebastian, Grateful Dead, Pulp y U2.
La versión que encumbró la anécdota del bandolero fue la de Metallica en 1998 que forma parte de su álbum Garage Inc. La canción está inspirada totalmente en la versión de Thin Lizzy y fue el segundo sencillo luego de “Turn the Page”.
“Whiskey in the Jar” de Metallica fue premiada con un Grammy en 2000 por Mejor Interpretación de Hard Rock y alcanzó buenas posiciones en Inglaterra y Estados Unidos. El video musical fue dirigido por Jonas Åkerlund.
El video es orgiástico: una fiesta exclusiva de mujeres bebiendo y fumando al tiempo que destruyen una casa; los únicos invitados son los integrantes del grupo que interpretan la canción, todos ellos ataviados para fiestas que nada tienen que ver con lo que hay a su alrededor.
Las imágenes poco tienen que ver con la leyenda del bandolero… aunque hace honor a la locura del momento, al eterno retorno de la destrucción, al sexo, a la pasión, a la guerra y a la religión, partículas de la devoción que nos profesamos a nosotros mismos… un poco héroes, un poco villanos.
¡Musha ring um a do um a da!