El resultado electoral en Estado de México abre lecturas: Alfredo del Mazo visto como un gobernador que no lo fue, traicionó a su partido, dejó sola a Alejandra del Moral que salió fortalecida, la llegada del Grupo Texcoco y unos comicios marcados por las trapacerías y la operación del narco.

de-PRI-mente

Alfredo del Mazo es calificado por colaboradores de su primer círculo como un hombre perezoso que no le gusta trabajar tarde y menos los fines de semana… ahora carga el sustantivo que lo acompañará el resto de sus días: traidor. A su linaje, a su gobierno, a su partido y a su candidata.

Y es que el mandatario mexiquense no entendió, decidió culminar su sexenio desde el momento en que tomó protesta. Dejo la creatividad institucional a un lado para dedicarse de manera recalcitrante a la entrega de su “Salario Rosa”, programa clientelar que ni resultados le dio.

No solo ello. Dedicó su vida a solapar y hasta alabar a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, y su autodenominada Cuarta Transformación. No fue una relación institucional, fue de arrodillamiento, sumisión y alabanza.

¿Qué ganó? Palmaditas en la espalda del tabasqueño, los últimos lugares de la calificación entre los gobernadores de México y la suspicacia durante seis años de la plantilla de empleados gubernamentales, que conjuraron sus sospechas con los resultados.

Alfredo del Mazo Maza pasará a la historia como el priista que le dio la espalda a todo… para cuidar la suya, inocente no es.

“Valiente”

Alejandra Del Moral comenzó tarde y mal: Del Mazo le “prestó” a su equipo de comunicación que lo mantuvo en los peores lugares de calificación y se hizo allegar de viejos personajes que no entusiasman solo de escuchar sus nombres: Alejandro Ozuna, Erwin Lino y el impresentable vocero Jorge Pérez Zamudio.

Mientras Delfina Gómez tenía eslóganes como “La Batalla Maestra” y “Se Acabaron 100 años de Corrupción”, la exfuncionaria estatal decidió elegir la palabra “valiente” y el complejo “Unir es resolver”, palabras que no entusiasmaron e hicieron levantar la ceja a más de uno.

Del Moral desaprovechó la infinita lista de debilidades de su contrincante para centrarse en propuestas recicladas del Programa Estatal de Desarrollo, engancharse en imposibles como limpiar el Río Lerma o prometer lo que ya estaba hecho.

Desde la desventaja de arrastrar la marca PRI, debió ser precisa… optó por la lentitud; vaya hasta desaprovechó dos debates, uno de ellos manipulado por Morena por poner una moderadora y esquema a modo.

Alejandra Del Moral perdió como candidata, pero se fortaleció como personaje: mostró que en la soledad, y con la carga de viejos priistas, pudo entusiasmar y subir algunos puntos que con el tiempo fueron insuficientes.

Su candidatura mostró la cara verdadera de los dirigentes nacionales “Alito” Moreno y Marko Cortés y sus partidos. Ya son insuficientes. Si Del Moral quiere seguir en la esfera pública sus logros deberán estar con los ciudadanos, la ola rosa.

¿Competente?

Con 3 millones 272 mil 106 votos, Delfina Gómez Álvarez se convierte en la mandataria con más votos en la historia. Superó los 3 millones 18 mil 588 de Eruviel Ávila, los 2 millones 48 mil de Alfredo del Mazo y el lejano 1 millón 801 mil 530 votos de Enrique Peña Nieto.

La ex secretaria federal tiene el beneficio de la duda sobre cómo será su gestión al frente del Gobierno del Estado de México; aunque su pasado y el de sus colabores no sea el mejor: cobro de “diezmos” en Texcoco, irregularidades a su paso por la Secretaría de Educación Pública y sus problemas para expresarse.

Hay el riesgo de que no sea Delfina quien gobierne, sino Horacio Duarte e Higinio Martínez, quienes la metieron en política a través del Grupo de Acción Política (GAP). Ninguno tiene las mejores credenciales y son afectos a los cacicazgos.

Con ellos al frente, el Estado de México se puede convertir en la “caja chica” de la Federación y comenzar a privilegiar las dádivas, disfrazadas de becas y pensiones, colocar personas sin capacidad y el desmantelamiento institucional.

En palabras de Brozo, personaje de Víctor Trujillo, el PRI es el cáncer y Morena la metástasis.

La otra elección

Dos hechos marcaron la elección de este 4 de junio, uno tan común y el otro preocupante.

El primero fue el demostrado acarreo y compra de votos por parte de Morena: policías obstaculizando a funcionarios de casilla, militares a favor de ese partido, un ex edil detenido por cometer un delito electoral y hasta un alcalde de Michoacán con dinero, armas de fuego y cuchillos.

El segundo es el preocupante: el voto fue inhibido en la zona sur de la entidad por el crimen organizado: de Luvianos, Texcaltitlán, Donato Guerra, Sultepec y Tejupilco hay testimonios de recorridos de automóviles de personas armadas y amenazas. Pocos votos, no hubo violencia.

En el sur de la entidad opera La Familia Michoacana y se han registrado enfrentamientos contra el Cártel Jalisco Nueva Generación. El cambio de gobierno puede detonar reacomodos violentos.

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