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Algunas historias de amor no terminan con una explosión, sino con un susurro, con una acumulación de silencios y distancias que se vuelven irreparables. “Johnny and Mary”, escrita por Robert Palmer en 1980 e incluida en su álbum Clues, narraba ese desgaste con un ritmo acelerado y una sensación de inercia emocional.
Décadas después, el productor noruego Todd Terje la revivió en su álbum It’s Album Time (2014), acompañado por la inconfundible voz de Bryan Ferry. Juntos, transformaron la canción en un lamento pausado, introspectivo, donde cada palabra pesa más, donde cada pausa resuena con un vacío imposible de ignorar.
Desde el inicio, la interpretación de Bryan Ferry se siente como un murmullo confesional. No hay prisa, no hay urgencia, solo un sentimiento contenido que se desliza entre los sintetizadores suaves de Terje. La voz de Ferry suena cansada, casi resignada, como si ya conociera el final desde la primera nota.
Johnny nunca se detiene. Siempre corre detrás de algo, una certeza que nunca encuentra. Su vida es una búsqueda incesante, una carrera sin meta. Mary, en cambio, observa desde la distancia, entiende todo, pero no dice nada. La letra lo expresa con una crudeza sutil:
“Johnny’s always running around, trying to find certainty”
(Johnny siempre corre de un lado a otro, tratando de encontrar certeza)
Cada palabra resuena con el peso de la monotonía. Johnny no cambia, no aprende, solo repite su propio patrón. Ferry lo canta con un tono apagado, como si supiera que no hay redención para él.
Mary, por otro lado, no se opone, no lo detiene.
“But she made her bed, even when the chance was slim”
(Pero ella hizo su cama, incluso cuando las posibilidades eran escasas)
Aquí, la imagen es poderosa: ella acepta su destino, consciente de que no hay esperanza, pero incapaz de huir de él. No espera milagros, solo sobrevive en el espacio vacío que Johnny deja a su paso.
Johnny cree que entiende, pero no lo hace. Dice estar dispuesto a aprender, pero solo cuando se siente un tonto, cuando es demasiado tarde para cambiar.
“Johnny says he’s willing to learn when he decides he’s a fool”
(Johnny dice que está dispuesto a aprender cuando decide que es un tonto)
Es un ciclo sin final, una historia que se repite sin variaciones. Johnny corre. Mary espera. Y el amor, el verdadero amor, se disuelve en la rutina.
La versión de Terje y Ferry enfatiza desde lo que es inevitable. Donde la original tenía urgencia, esta nueva interpretación deja espacio para la pausa, para la incertidumbre. La música flota, se estira en el tiempo, como si tratara de capturar el instante en que todo se rompe sin hacer ruido.
Cuando la canción se acerca a su desenlace, la repetición de un solo verso se convierte en un eco de lo inevitable:
“Running around, running around”
(Corriendo alrededor, corriendo alrededor)
Johnny sigue moviéndose, escapando de sí mismo, sin saber a dónde va. Y Mary, quizás, sigue mirando. O tal vez ya ni eso.
La música se desvanece lentamente, deja solo el vacío de lo que fue. Y en la última nota, con la voz de Ferry perdiéndose en la distancia, la historia gira, se repite, y Johnny sigue corriendo…
Acá les dejamos ambas versiones, usen la que más resuene con su “corasound”…