De vez en cuando aparece.

En algunos objetos que utilizaron cuando estaban en vida y, como si exigieran su lugar en los recuerdos, de pronto son hallados; aparecen en charlas que evocan los mejores momentos de ellos; aparecen en de pronto, sin que nadie los llame, a nuestra mente para recordarnos que sin vida siguen con nosotros.

¿Cómo viven los seres queridos que partieron antes que nosotros? En un lugar invisible que apenas alcanza a materializarse como los ecos persistentes en la mente, una huella de lo que una vez fue tangible.

Son nuestros fantasmas, que aún están con nosotros en su dimensión misteriosa.

De vez en cuando aparece.

La frase es de Robert Plant cuando fue entrevistado en 2018 y habló sobre la muerte de su hijo Karac Pendragon en 1977.

En febrero de ese año, Led Zeppelin tenía unas 50 presentaciones en Estados Unidos y Europa y la banda no estaba en forma: Plant acaba de sufrir un accidente automovilístico, no habían ensayado por una laringitis del cantante y el consumo de alcohol y drogas se había incrementado en la agrupación inglesa.

El 26 de julio de 1977 Led Zeppelin se encontraba en Nueva Orleans. Llegaron al hotel de madrugada. En la recepción le dijeron Robert Plant que había un mensaje para él urgente de su esposa Maureen:  Karac había muerto a causa de un extraño virus intestinal.  La gira de Led Zeppelin se detuvo.

Plant sentía culpa. Creía que había abandonado a su familia, que si él hubiese estado Karac estaría vivo.

 “Yo trataba de ser un buen padre, pero al mismo tiempo me sentía realmente atraído por lo que estaba haciendo con Zeppelin y por su mundo. Pero cuando te pasa algo así, algo insoportable, que nunca imaginaste, te preguntas si valía la pena, si las cosas hubieran sido diferentes, si yo hubiese estado allí, con mi familia”, dijo posteriormente.

Lo cierto es que para Robert Plant ya no tenía sentido seguir en Led Zeppelin. Grabaron In Through the Out Door  y con John Paul Jones, Robert Plant compuso la “All My Love” en homenaje a Karac. Quince años después, en su sexto disco solista, le dedicaría otro tema: “I Believe”.

Con la muerte de Bonham en 1980, Led Zeppelin se desintegró.

“I Believe” pertenece al álbum Fate of Nations de 1992, 15 años después de la muerte de su hijo, le dedicó esa canción que de manera sublime explora la pérdida, la esperanza y las conexiones con las personas. Es poesía pura y un lamento elemental de un hombre maduro.

En 2018, cuatro décadas después de la pérdida, Robert Plant se refirió a ella.

“Nos mantuvimos unidos y tanto mi esposa como yo, teníamos familias fuertes. Y un buen apoyo, quiero decir, John Bonham de Zeppelin y su esposa Pat, fueron magníficos con nosotros y nos ayudaron mucho.

“Vivimos bastante cerca, muy lejos de Londres. Entonces, éramos gente local. Escribí otra canción sobre él llamada ‘I Believe’ que estaba en un álbum en 1992. De vez en cuando aparece en las canciones sin ninguna otra razón que lo extraño mucho”, dijo sobre la canción.

Somos nuestros fantasmas: ellos se expresan y se manifiestan en nuestras palabras, gestos y enseñanzas que persisten como fantasmas… a veces también nos atormentan.

La ausencia es inevitable, pero el amor hace que, de vez en cuando, aparezcan. Es un amor muy puro.

 

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