“Today, today, is the 1st of may”, anuncia David Bowie al abrir el primer verso de la canción “I’ll Take You There”, uno de los lados B de The Next Day, presente en la edición de lujo del álbum.

La edición no ostenta ninguna diferencia radical en cuanto a la edición estándar, salvo un acabado cromado en la portada y la presencia de otras dos canciones adicionales: “Plan” y “So She”. Sin embargo, estas tres canciones se han mantenido inaccesibles de las plataformas digitales por alguna razón, convirtiéndolas en pequeños secretos solo para quienes poseen los formatos físicos de The Next Day o The Next Day: Extra. Como tal, canciones que son relativamente nuevas y estuvieron disponibles en un periodo de tiempo en el que la fiebre por Bowie revivió de manera contundente, terminaron siendo igual de desconocidas que tantas otras piezas oscuras del catálogo del artista.

Arte del álbum The Next Day. Fotografía de Jimmy King. Diseño de Jonathan Barnbrook)

Grabada en el extinto The Magic Shop de Nueva York en 2011, concluida en Human Worldwide en 2012. Una de varias composiciones Bowie/Leonard del álbum. Musicalmente, “I’ll Take You There” es sumamente frenética, quizás un poco más que algunas canciones con las que no logró compartir espacio en el disco. Acentuada por la guitarra de Gerry Leonard que suena como una alarma de toque de queda, este motif se hace presente tanto al principio de la canción como al final, insinuando que la calma nunca llega, la historia se mantiene pendiendo de un hilo.

La pieza es breve, contundente y creada de manera espontánea. Encapsula a la perfección el sonido de rock de Nueva York que Bowie venía trabajando desde Heathen, una década atrás. Soy un notable detractor de la idea de que se le llame a Low“Heroes” y Loder “la trilogía de Berlín”; pero si estoy a favor, de la teoría de que Bowie realizó una trilogía menos comentada durante la última fase de su carrera. La trilogía de Nueva York: Heathen, Reality y tras una pausa de una década, The Next Day. Estos tres álbumes comparten temáticas, músicos, sonido, estilo y la producción de Tony Visconti.

Bowie en The Magic Shop durante las grabaciones de The Next Day, fotografiado por Jimmy King

The Next Day era un periodo tan fértil, que Bowie ya no tenía la necesidad de recurrir a covers o remanentes de álbumes anteriores. Se encontraba una vez más en un momento de su carrera en el que disponía de tanto material nuevo, que podía darse el lujo de relegar canciones asombrosas como esta, a un mero bonus track. Una práctica que recuerda mucho a las grabaciones de Young Americans, cuando Bowie era tan prolífico que canciones como “Who Can I Be Now?”, quedaban en el olvido mientras Bowie exclamaba en el estudio “grandioso, justo lo que necesitaba… otra maldita canción.”

Con una ubicación tan injusta, la canción nunca tuvo una oportunidad. “I’ll Take You There” nació en el olvido. ¿Pero vale la pena descubrirla y analizarla? Por supuesto. Es, en mi opinión, el bonus track de Bowie por excelencia: misteriosa, efímera y apenas documentada. Nos remonta a los acertijos de las canciones adicionales de las ediciones de Ryko, aquellas canciones asombrosas que nos dejaban perplejos en cuanto a por qué fueron desplazadas, relegadas y a veces inclusive mal catalogadas.

Bowie trabajando en el espacio en el que grababa sus demos. Fotografiado por Jimmy King

En cuanto al significado de la canción, “I’ll Take You There’”está informada por varias de las preocupaciones que rondaban la lírica de Bowie durante la época de The Next Day: la unión soviética, la guerra, el raciocinio, la migración y el exilio. Estas historias habitan en canciones como “I’d Rather Be High”, “You Feel So Lonely You Could Die” y “The Informer”. En efecto, Bowie parecía estar completamente fascinado con condimentar sus canciones con villanos de la cortina de hierro.

Caricatura de Leslie Illingworth, publicada en el Daily Mail del Reino Unido, después de que Winston Churchill dio un discurso sobre la cortina de hierro.

La fecha a la que hace alusión el primer verso es de suma importancia para entender la historia que “I’ll Take You There” quiere plantear. El 1 de mayo es el día del trabajador. Un día sumamente controversial en la historia rusa, ya que era ilegal hasta 1917.

“Everything around us, everything a lie.

Your heart’s beating fast as we race through the dark

Past the really good people who do what they’re told”

El narrador de nuestra historia y su compañera se encuentran en medio de las celebraciones del día del trabajador en lo que podría ser un desfile de gente en la plaza roja. El ambiente festivo parece no haberse impregnado en nuestros personajes, quienes perciben al evento como una farsa y miran con desdén a sus asistentes.

Día del trabajador en Moscú, 1959. National Guardian Photographs.

“What will be my name in the USA?
Who will I become in the USA?
Hold my hand and
I’ll take you there”

En el coro descubrimos la verdadera motivación de los personajes. La razón por las que los festejos son motivo de turbación para ellos. Es debido a que ellos ya no quieren vivir allí. Deseos de escapar de la opresión, se refugian mentalmente en la promesa de una vida nueva en América. La incertidumbre es excitante. Las posibilidades infinitas. ¿Cuáles serán sus nuevos nombres, sus nuevas identidades en Estados Unidos? Los protagonistas se sujetan de las manos y ejecutan el escape que parecen haber estado tramando durante un largo tiempo.

“A mile to the future where tomorrow is King”

Una frase espectacular. La distancia hacia el éxodo es cada vez menor. Queda una milla. El futuro comienza a medirse en días. En cuestión de horas estarán encarnando sus nuevas vidas.

Plaza Roja, 1 de mayo de 1960; National Guardian Photographs.

“I’ll Take You There” envuelve su propio enima. La identidad de nuestros protagonistas es revelada por Bowie en el refrán:

“Sophie and Lev are running away
These are the days
The days of gloom”

La edición japonesa de The Next Day tiene un apartado en el ensayo del libreto adicional, en el cual se menciona que Sophie y Lev son personas de la vida real. Lev Grossman es un novelista y columnista para la revista TIME, dónde contribuye reseñas de libros. Entre sus obras se encuentran CODEXThe Magicians; de los cuales Bowie era admirador. Su esposa, Sophie Gee, también es una novelista y trabajada en la facultad de Princeton. Sus obras incluyen The Scandal of the Season y Making waste: Leftovers and the eighteenth-century imagination. Bowie parece haber tomado prestados los nombres de estos autores como recursos literarios para las nuevas identidades de los protagonistas en su canción. Sophie y Lev están huyendo. Están corriendo por sus vidas. ¿Se encuentran en la unión soviética? ¿Detrás del muro de Berlín? ¿En algún otro país sumergido en conflictos políticos o de ideología?

Edición Japonesa de The Next Day, colección Francisco Beristain.

A la vez, es imposible no considerar que los personajes de Bowie son nada más y nada menos que León Tolstói Sofía Behrs, mejor conocida como Sophia Tolstói, una sobreviviente de la revolución rusa y esposa del aclamado novelista.

Desde esta perspectiva, los personajes de Bowie parecer ser un compuesto de diferentes personas reales, pero a su vez, también son anónimos. Podrían ser cualquier pareja de migrantes. Una vez más, la lírica de Bowie es compleja y abstracta. Toda esta odisea es encapsulada en tan solo tres minutos de narración.

El último refrán de la canción, sin embargo, revela la trágica conclusión de la historia:

“I don’t need to know
Know where you are
Only that you are safe in this world

Then I’ll be content
To get on with my life
Eat, drink and sleep, look up at the stars”

El escape no salió como había sido previsto. Por motivos desconocidos, uno de los protagonistas se ve forzado a quedarse mientras el otro huye y le deja atrás. Uno de los personajes podrá comenzar su nueva vida, mientras que el otro deberá quedarse y afrontar las consecuencias de su plan. Deberá vivir el resto de sus días como desertor, conspiracionista y traidor. Algunos de los castigos por intentar escapar, o ayudar a alguien más a hacerlo, incluían la remoción de artículos como teléfonos y la confiscación de todo tipo de correspondencia, para efectivamente anular cualquier tipo de contacto entre las dos personas. El resto de sus vidas se volvía un misterio perpetuo para cada uno.

El otro castigo, quizás menos despiadado que esto, era la ejecución, tras o una investigación o bien, a manos de las autoridades fronterizas, en el momento en el que el escape estaba siento llevado a cabo. Quizás fue precisamente en este punto, en el que Sophie y Lev debieron despedirse. Uno de ellos pudo haber creado una distracción para que el otro escapara tras ser descubiertos. El desdichado que fue dejado atrás tiene un solo deseo: no necesita actualizaciones constantes sobre las nuevas circunstancias de su exiliada pareja, ni siquiera necesita saber dónde se encuentra precisamente, solo necesita saber una cosa: qué está a salvo.

Al saber eso, puede resignarse a pasar el resto de sus días bajo el yugo del que tanto soñaban escapar, pero con la satisfacción de que esa otra persona logró pisar la anhelada América. Limitado por la ausencia de cualquier tipo de recursos para establecer contacto, la única opción que le queda al protagonista es mirar las estrellas y esperar que su pareja lo esté haciendo al mismo tiempo.

¿Quién logró escapar y quién se quedó atrás? ¿Sophie o Lev?

Nueva York, primero de mayo de 1955; National Guardian Photographs.

Si “I’ll Take You There” nunca te había merecido un instante de reflexión, este artículo habrá cumplido su cometido cuando la historia de sus personajes cobre vida en tu mente la próxima vez que la escuches.

 

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