Hace una semana conté la odisea de seis años que viví para descubrir el nombre de una canción de Kiss. Mencioné que había ido a una vieja tienda de discos en mi ciudad, con la esperanza de tener suerte.

En aquellos días solo había dos lugares para comprar música: Discolandia, el sitio por excelencia para adquirir los discos de moda, y la tienda conocida como “RCA Víctor”. Ignoro por qué tenía ese nombre, pero todos la identificaban así, como el sello discográfico estadounidense.

El local había visto tiempos mejores. Las vitrinas estaban semivacías, el polvo cubría las repisas y apenas había luz en la parte frontal; el fondo permanecía en penumbra. Atendía un hombre de unos sesenta años, delgado, de barba y raya de lado. Era hosco, fumaba dentro del negocio (aún se podía entonces) y se sorprendió cuando le pedí un disco de Kiss. Corría 1988, y yo tenía apenas doce años.

—¿Te gusta el rock? —me preguntó.
—Sí, el de los sesenta —respondí, con orgullo infantil.

Tras venderme el vinilo, me lanzó una invitación:

—Si te gusta el rock, ven en la semana.

Y volví.

El hombre ya no estaba interesado en vender discos nuevos. Sabía que su negocio había sido superado por la competencia y que, sin discos compactos, su cierre era cuestión de tiempo. Cada semana me vendía un álbum de su colección o de los pocos que quedaban en la tienda, siempre bajo su recomendación: el disco solista de Peter Criss, Gone Troppo de George Harrison, You Better You Bet de The Who y el sencillo Don’t Cry de Guns N’ Roses, con un demo que jamás volví a escuchar.

También me vendió It’s Only Rock ’n Roll (But I Like It) de los Rolling Stones, aunque aquel vinilo tenía una curiosidad: una etiqueta que decía “Muestra no negociable”. En ese momento me molestó; años después comprendí que aquel ejemplar era único, y que el hombre solo intentaba sobrevivir.

Aún disfruto ese álbum. En aquellos días no dejaba de escuchar “It’s Only Rock ’n Roll (But I Like It)”, grabada a finales de 1973 y terminada en la primavera de 1974. La canción se registró originalmente en el estudio casero de Ronnie Wood. David Bowie hizo los coros de Jagger; Willie Weeks tocó el bajo y Kenney Jones, la batería. La versión del disco es casi idéntica a esa toma original.

Sobre su significado, Mick Jagger lo explicó en las notas del recopilatorio Jump Back (1993):

“La idea de la canción tenía que ver con nuestra imagen pública de entonces. Estaba cansado de que nos compararan con cada disco anterior. La portada del sencillo mostraba una foto mía con un bolígrafo clavándose en el pecho, como una espada. Era una crítica desenfadada al periodismo musical”.

Jagger sabía, desde que la compuso, que sería un sencillo. Era su respuesta a quienes se tomaban demasiado en serio lo que la banda hacía.

“… If I could dig down deep in my heart
Spill it all over the stage
Would it be enough for your cheating heart?
Or would it help to ease the pain?
Ease the pain

… If I could win ya, if I could sing
A love song so divine
Would it be enough for your cheating heart?
Or would I break down and cry?
Would I cry?

… I said, “I know it’s only rock ‘n’ roll, but I like it”

(… Si pudiera cavar profundo en mi corazón,
derramarlo todo sobre el escenario,
¿sería suficiente para tu corazón infiel?
¿O ayudaría a aliviar el dolor?
Aliviar el dolor.

“… Si pudiera conquistarte, si pudiera cantar
una canción de amor tan divina,
¿sería suficiente para tu corazón infiel?
¿O me derrumbaría y lloraría?
¿Lloraría?

“… Dije: “Sé que es solo rock and roll, pero me gusta).

La tienda cerró poco después. Me encontré al hombre una vez más: había abierto un pequeño local donde vendía sus últimos vinilos. Le compré un par, aunque ya no recuerdo cuáles. Nos saludábamos en la calle con afecto cada vez que lo veía; siempre prometía que llegaría “mejor material”.

Dejé de ir. Por salud, él también. La tienda finalmente cerró.

Sé que es solo rock and roll, pero nos gusta. Gracias a él.

 

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