Este martes fueron asesinados “El Gallo” y “Morita” como se les conocía a Javier Campos, de 79 años, y Joaquín Mora, de 80; en Cerocahui; los sacerdotes jesuitas estaban asentados en la Sierra Tarahumara que por décadas ha sido olvidada por las autoridades, pero jamás por el narco que encontró una tierra de oportunidades.
Los primeros reportes datan de 1977 cuando José Fontes Valdez, comisario de la policía, fue asesinado por oponerse a desmontes para la siembra de amapola y marihuana. El siguiente reporte llegó en 1990 cuando el comisariado de bienes comunales Lucio Carrillo Torres fue asesinado por unos pistoleros, ahora sicarios, por no responder a sus intereses.
El 3 de junio de 2014 la palabra Narcotráfico en la Sierra Tarahumara fue asentada por primera vez en un documento oficial del Senado de la República cuando 35 gobernadores indígenas de ocho comunicades Rarámuri se acercaron a la Cámara Alta para denunciar despojo en sus territorios, acoso del gobierno y homicidios por el narcotráfico.
“En su mayoría los homicidios fueron cometidos con armas de fuego en donde hubo enfrentamientos, ejecuciones con tiro de gracia, acribillados con más de 50 balazos, degollados o decapitados, asfixiados y algunos fueron muertos a cuchilladas.
“En la mayoría de los casos las víctimas fueron detenidas y asesinadas en los caminos, sacados de sus casas, del velorio o de alguna fiesta de graduación. Los homicidas actuaron en grupo encapuchados, uniformados e inclusive equipados con chalecos antibalas”, consigna la Gaceta del Senado LXIII/1SPO-113/61470.
Los municipios más violentos son Balleza, Bocoyna, Carichi, Cusuhuirichi, El Tule, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Guerrero, Madera, Matachi, Nonoava, Rosario, San Francisco de Borja, Temósachi, Batopilas, Chínipas, Guazapares, Maguarichi, Morelos, Moris, Ocampo.
Un año después, el portal Insight Crime le puso nombre a la violencia: confrontación de grupos armados conocidos como “Gente Nueva” y “La Línea”, refuerzos del Cártel de Sinaloa y Cártel de Juárez, respectivamente, por tener el control de las rutas principales para el tráfico de mariguana y metanfetaminas rumbo a la frontera y, posteriormente, a Estados Unidos.
En la Sierra Tarahumara vive el 90 por ciento de la población indígena de Chihuahua que, según Vice, enfrentan retenes del narcotráfico, secuestros, homicidios y expulsión de sus pueblos.
“Lo que está sucediendo es que los cárteles se multiplican. Son dos (Sinaloa y Juárez) pero se atomizan y están en todos lados. Empieza a haber más armas, más droga y la siembra de estupefacientes no para. ¿Cuál combate al narcotráfico? Todo esto se hace a la luz del día con presencia policiaca y del Ejército. No puedes tú imaginar que no haya colusión con tanta impunidad”, sostiene Isela González, directora de la asociación Alianza Sierra Madre.
No es asunto de partidos… quienes también han sido ligados con organizaciones criminales.
“Estos abusos son parte de un sistema de gobierno, que inherentemente, está entretejido con el crimen organizado. Para gobernar en la Sierra Tarahumara, los partidos políticos hacen arreglos con los representantes de grupos locales con poder, incluso cuando estas personas no tienen una lealtad partidista y tienen lazos conocidos con grupos criminales”, explicó Patricia Mayorga en su artículo “La Narcopolítica de institucionalizó con la Tarahumara”.
Agrega que son los capos de la vida serrana y ellos mismos imponen a algunos de los candidatos.
De acuerdo con el Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en Chihuahua operan por lo menos 12 grupos criminales: Gente Nueva, El Jaguar, Cártel del Poniente, Artistas Asesinos, Los Mexicles, Los Salazar, Nuevo Cártel de Juárez, Cártel de Juárez, La Güera, La Línea, Los Cabrera y Los Salgueiro.
Un integrante de “Los Salazar”, brazo del Cártel de Sinaloa, José Noriel Portillo, es señalado como el asesino de “El Gallo” y “Morita”. Quizá sea detenido. Hay una condena del del papa Francisco.
Por su orografía propia, una cadena de montañas casi laberíntica y cercana al llamado Triángulo Dorado, la Sierra Tarahumara seguirá siendo escenario de la violencia, no hay, ni ha habido, gobierno capaz de enfrentar a la delincuencia organizada quien tiene el mejor regalo histórico: la impunidad.
FUENTES:
https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_del_senado/documento/61470
https://www.vice.com/es/article/8xj4zp/asi-expulsa-crimen-organizado-raramuris-territorios-mexico
https://www.mexicoviolence.org/votingamidviolence/narcopolitica-tarahumara
