El ejercicio de revocación de mandato fue transformado por Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores en una pasarela de violaciones a la ley para cumplir el capricho del Presidente de México: emboscar al Instituto Nacional Electoral (INE).
La Revocación de Mandato es un derecho constitucional de la ciudadanía en caso de que se busque terminar el sexenio del jefe del ejecutivo federal en caso de no dar los resultados esperados. Está contemplada en los artículos 35 y 85 de la Carta Magna.
La consulta de este 10 de abril no fue solicitada por la ciudadanía… sino por el mismo Presidente y apoyada por Morena, su partido. Desde su inicio estuvo amañada.
El tabasqueño comenzó con la idea desde que fue candidato presidencial: el de marzo de 2018 ofreció someterse a la revocación de mandato. Incluso aseguró que la consulta se haría cada dos años. Los ejercicios de este tipo no son nuevos, se realizaron en Venezuela y Bolivia en los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales, respectivamente. En la década de los sesenta en la España de Francisco Franco.
El 5 de noviembre de 2019, la propuesta de López Obrador fue aprobada por el Pleno de la Cámara de Diputados con la apabullante mayoría de Morena. Fue modificada la constitución para ello.
Y la trampa comenzó: la consulta por la revocación de mandato se convirtió en ratificación, palabras cuyo fondo es completamente diferente. La autodenominada Cuarta Transformación convirtió el ejercicio en un movimiento de apoyo a la figura presidencial.
Ante el mandato constitucional, el INE valuó la consulta en 5 mil millones de pesos aproximadamente para instalar 160 mil casillas. La Cámara de Diputados decidió recortarle 4 mil 913 millones de pesos al organismo electoral en su presupuesto de 2022, a pesar de un mandato legal el Gobierno Federal no le quiso otorgar recursos.
La embocada al INE comenzó al atarlo de manos.
Morena se negó a utilizar una aplicación propuesta por el INE para recabar las firmas de apoyo a la consulta y optó por el mecanismo físico. Fueron detectadas 28 mil firmas de personas fallecidas y 700 presos correspondientes a la organización morenista “Que Siga la Democracia”.
Con la fecha del 10 de abril para realizar la consulta, los seguidores de la 4T recrudecieron dos discursos: el INE, que maniataron, debe desaparecer; y, que el Presidente “no está solo” … en un ejercicio que ellos pidieron, trabaron y llevan a cabo en honor al ego de uno.
Gobernadores, funcionarios públicos de todos los niveles, senadores, diputados federales y locales de Morena han desdeñado hasta el cansancio la exigencia y las medidas cautelares del INE para que servidores públicos, incluyendo el Presidente, no se pronuncien o interfieran en el proceso de revocación. Reglas que ellos mismos aprobaron.
La violación a la ley ha sido tal que han usado aviones militares de la Guardia Nacional y con respaldo de generales del Ejército para promover la consulta. Este sábado 2 de abril, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, estuvo acompañado por el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, en actos proselitistas a los que asistieron uniformados federales.
En los últimos días, el apoyo a la consulta ha rayado en una pasión ridícula, de mal gusto y una exhibición de violaciones al marco legal. Basta ver las calles con espectaculares y propaganda de todo tipo. Y es que también hay un riesgo que los morenistas saben: pocos votos y comprobar que su movimiento decae. Hay desesperación por convencer.
“Y que no me vengan a mí de que la ley es la ley, no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley”, aseguró este miércoles el Presidente de México sobre la Reforma Eléctrica y su manejo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Expuso su manera de pensar y, por supuesto de su actuar. Viene a la mente su frase “al diablo las instituciones”.
Ante la pudrición ocasionada por el partido en el poder, la obligación es dejar las urnas vacías pues los votos son sencillamente el conteo de los devotos.
Fuentes: Diario Oficial de la Federación, Presidencia de la República, Dices, Reforma, Reporte Índigo.