“No hay una sola mujer que no te ocasione derramar una lágrima”, dijo antes de seguir viendo la carretera, “Sin la mujer, el llanto no existiría”.

Mi copiloto era un fotógrafo y durante algunas horas fue mi compañero de viaje antes de llegar a una cobertura deportiva. Al regreso, la petición fue suya: pidió “No Woman No Cry” de Bob Marley and The Wailers.

No solo me llamó la atención la frase de mi compañero, sino su actitud. La alegría con la que comenzó el día, amenizado con un par de cervezas, se había convertido en un silencio taciturno y en una mirada de su parte hacia el vacío del horizonte limitado que ofrece una carretera.

Me enteré meses después, luego de que la cena que compartimos después del viaje se convertiría en la última vez que conviviríamos: había engañado a su esposa, la mentira había sido detectada y la relación había terminado de forma fulminante. A su manera, en mi automóvil, había reconocido que había derramado algunas lágrimas por ella.

La frase me quedó durante años antes de saber que la intención de la canción no era esa.

La línea original de la canción es “No, Woman, Nuh cry”: “Nuh” en jamaicano “no”; por lo que lo que lo que significa la letra es “No, mujer, no llores”. De hecho, la letra de la canción va más allá de la simpleza cruel de un desamor.

 La canción habla de la pobreza en la que vive Jamaica en relación con el resto del mundo; las letras hablan sobre la vida en el gueto de Trenchtown sin describir la injusticia social… solo describe recuerdos, observaciones, consuelo y esperanza. El desamor también se expresa en el exilio obligado, en la ruptura a la que conmina el desgobierno.

Trenchtown es un barrio localizado en Kingston, ciudad capital de Jamaica, en la que los habitantes viven entre suciedad y la mortalidad infantil es muy alta. Desde la década de los cincuenta, hace 70 años, nunca ha cambiado de aspecto.

“No Woman No Cry” se convirtió en el primer éxito de Marley cuando se lanzó como sencillo de su álbum “Live!”, que se grabó en el Lyceum de Londres en 1975. El reggae apenas se estaba presentando al mundo y tenía como embajador principal al cantante.

La canción tenía una particularidad: trascendía las razas pues la multitud se unía para cantarla pues los coros eran fáciles de interpretar.

Hay un detalle curioso: Marley le dio crédito de composición a Vincent “Tartar” Ford, uno de sus amigos en Jamaica que le ayudó cuando era muy pobre. Al colocar su nombre, el cantante desviaba el dinero de las regalías hacia él. Esta práctica sería una constante en Bob para ayudar a sus compatriotas.

Aston Barret, bajista de los Wailers, daría una nueva vuelta al significado en 2012.

“La canción trata sobre la fuerza de la madre, por supuesto; la fuerza de las damas. Y amamos a una mujer con columna vertebral. (…) ¡Tienen que ser como una leona! Mujer fuerte, ya sabes, que no depende del hombre. Por supuesto que el hombre está ahí para ayudarte, entonces por cada hombre exitoso, hay una buena mujer”, relató.

¿Al final? Derramar una lágrima puede ser una bella esperanza.

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