Éramos demasiado inocentes para ser adultos y muy jóvenes siquiera para intentarlo. Teníamos 13 años.
A David, de quien no recuerdo su apellido, lo había conocido en segundo de secundaria por otro amigo. Ambos ingresaron a la escuela ese año, pues venían del norte. Nos presentaron y David se enteró de que me gustaba mucho la música. Cuando nos veíamos en el patio platicábamos sobre nuestros grupos favoritos.
Para esos días me gustaba mucho la música de los años sesenta, inculcada por mi padre y mis gustos que se extendían. Él me prestó un primer casete Serious Hits… Live de Phil Collins. Estaba de moda “Another Day in Paradise”, que me fascinaba.
Su segundo préstamo fue, también casete, Sleeping with the Past de Elton John. En este caso me recomendó “Sacrifice” y acompañó todo con una frase:
“Me tuve que mudar al centro del país y mi primera novia se quedó allá. Sé que esos amores no trascienden, pero ni siquiera tuve la oportunidad de trascender algo malo, todo era bueno. Esta canción me recuerda a ella y no creo que la vuelva a ver”, me dijo.
Era una ironía que hubiera elegido esa canción. “Sacrifice” fue escrita por Bernie Taupin y es una canción dedicada completamente a un amor adulto: trata sobre lo difícil que es mantenerse fiel y devoto en un matrimonio.
La obra desafía el gastado cliché de que una unión exitosa requiere “sacrificio”. Elton John canta que no es ningún sacrificio: son sólo “dos corazones que viven en dos mundos separados”. Es una de las composiciones más tristes del repertorio del compositor y el letrista.
“Es una letra simple, pero es una letra inteligente para adultos. Básicamente, trata sobre los rigores del amor adulto, y está a un millón de millas de distancia de ‘Your Song’. A Elton se le ocurrió una melodía brillante, y su interpretación le da mucha integridad y significado. No es una canción superficial”, explicó Bernie Taupin.
Es la canción de un hombre de 40 años, siguió narrando, que ha pasado por matrimonios fallidos y conquistas sexuales desastrosas. Fue inspirada en la música de Aretha Franklin y Percy Sledge.
La canción no fue un éxito inmediato, su lugar en la historia de la música lo ha tomado poco a poco: apenas en 2021 “Sacrifice”, el estribillo de “Rocketman” y fragmentos de “Kiss The Bride” y “Where’s the Shoorah?”, sirvieron para “Cold Heart” una pieza cantada por Elton John y Dua Lipa. La canción toma su inocencia de nuevo para nuevos oídos jóvenes.
Jamás volví a ver a David. Ignoro si él, en algún momento, volvió a ver a su novia. Su historia sólo la sabe él; aunque estoy seguro de que el amor maduro lo sigue viviendo a su estilo, como todos en nuestros sacrificios personales.
Historia con historia, paso a paso, caricia con caricia, construimos una breve historia de lamentos por ser insensible a lo que sacrificamos a veces.