En 1999 no imaginé que escribiría estas líneas dedicadas a él 23 años después.
Cuando se analiza un año en particular comienzan a surgir los hechos que en su tiempo fueron intrascendentes pero que crean pequeños ángulos en la vida que, al paso del tiempo, dan la justa dimensión a los hechos.
Aquel año había concluido amistades largas que se habían vuelto monótonas y se habían convertido en lastres: día tras día, las mismas anécdotas, las mismas historias en las mismas bromas. Los laberintos no necesariamente tienen paredes, pero algunos se caracterizan por cerrar puertas entre las relaciones.
En 1999 no esperaba dedicarme a escribir… me interesaba dominar una cámara de video, o en su defecto fotográfica, para plasmar lo que había alrededor. En agosto de ese año comencé a analizar si era mejor escribir sobre el entorno.
En esos momentos no pensé en que 23 años después pensaría que cada día somos más mortales. Justamente en estos momentos, estamos muriendo un poco.
Los recuerdos vinieron a colación por “Summer 99”, canción de The Mad Ones, un grupo que circula por las redes sociales, pero hay pocos datos sobre ellos. Lo cierto es que la canción hace viajar a ese año.
Los recuerdos de la banda describen aspersores que estropean pantalones, ventanas traseras donde es posible escabullirse y una puerta trasera rota que arruinaba todas las escenas. La letra de la canción es muy sugerente, pero envía un mensaje que puede expandirse cada día que pase.
“Lejos, es difícil de explicar, pero es solo un momento de nuestra vida. Está lejos, pero es muy difícil de escapar, es solo un momento de nuestra vida”, dice la letra.
Al final de la canción el vocalista reconoce que extraña esos días del verano de 1999.
El sonido nostálgico de la canción obliga a detenerse un poco sobre esos momentos que fueron únicos y que no volverán. Recuerdos que están escondidos en algún lugar recóndito de la mente y se mantendrán en la sombra de los olvidos.
Raramente podemos recordar las cosas de manera exacta: nuestra mente juega el cruel truco de olvidar detalles, pero crear otros de la misma situación. Tristemente todo lo que recordamos está distorsionado por nosotros. Nuestras memorias son reconstrucción, no recuerdos.
No creo que seamos unos mentirosos compulsivos… simplemente tendemos a crear nuestra propia realidad.
¿Qué pensaremos de 2022 en algunos años? Estoy seguro de que tendremos algunos remordimientos por algunas situaciones, algunas personas que amamos a nuestro alrededor no estarán más y quizá algunos de quienes lean estas líneas trascenderán a otros planos de la inexistencia.