Elvis Presley estaba feliz de regresar a su viejo estudio en Memphis en 1969. Llevaba 14 años de no grabar ahí, así que se sentía muy cómodo y caminaba por los pasillos cuando escuchó una canción.

Se trataba de “Suspicious Minds”, escrita por Mark James, quien también había compuesto el éxito de BJ Thomas “Hooked on a Feeling” y tenía una oficina en el American Sound Studio de Chips Moman.

“Elvis estaba en el estudio y nuestro amigo Mark James, que escribió ‘Suspicious Minds’ tenía una oficina en ese lugar. Elvis pasó por ahí y escuchó el demo que habíamos hecho con las voces femeninas de fondo. ‘El Rey’ entró y dijo simplemente ‘Quiero esa canción y quiero a esas chicas”, refirió Donna Jean Godchaux, quien cantó en la grabación original de la canción.

Las “chicas” a las que hacía alusión Presley eran Jeanie Greene y las hermanas Ginger Holliday, quienes también participarían en otro éxito del cantante: “In The Ghetto”.

Elvis Presley la grabó desde las 4:00 hasta las 7:00 horas del 23 de septiembre de 1969 en las históricas sesiones de Memphis que ayudaron a recuperar el título de “El Rey”. Como se sabe la canción tiene un falso final: el volumen baja y vuelve a subir; la intención fue que, en vivo, esta pausa fuera más dramática.

Para variar, hubo un problema con el coronel Tom Parker, mánager del artista, quien quería obtener parte de las regalías de la canción.La mayoría de los artistas cedían a esta petición pues era más lucrativo compartir las ganancias con Presley a no obtener nada. No fue el caso de Mark James.

La canción se lanzó y llegó al número 1 en Estados Unidos, lugar que no obtenía el cantante desde 1962; su carrera no iba bien: había hecho muy malas películas y su música no brillaba como antaño. “Suspicious Minds” fue el último primer lugar de su vida.

La canción llegó a las nubes en las presentaciones en Las Vegas.

En 1968 Elvis había grabado el llamado “Comeback Special” que lo había convencido, junto con su mánager, de que se podía hacer lo mismo, pero con grandes audiencias y el lugar elegido fue Las Vegas, donde dio su primer concierto luego de 8 años, el 31 de julio de 1969.

“Suspicious Mind” formó parte del set de canciones que desarmó a los críticos que aseguraban el declive de “El Rey”: Elvis mantenía una voz perfecta, el control del escenario y, pocas veces lo hacía, interactuaba con el público. El viejo rock, nuevos temas y una producción especial para él.

El cantante se presentó dos veces por noche durante cuatro semanas, recibió 100 mil dólares a la semana, lo vieron 101 mil 500 personas, firmó para repetir cinco años más y cambió para siempre el concepto de espectáculo: lejos de show íntimo para pocas personas, lo hizo extravagante y para miles de asistentes.

Las Vegas languidecía en materia artística y “El Rey” la revivió.

Solo tuvo dos años de total esplendor pues, con trajes de lentejuelas, capas, gafas de sol y canciones patrióticas, el espectáculo de Presley se fue degradando al igual que su persona, quien comenzó a depender aún más de las drogas para dormir y actuar. Murió el 16 de agosto de 1977.

“Suspicious Minds” sigue vigente en el dolor de las relaciones a punto de sucumbir: la confianza que desaparece y es reemplazada por una sospecha tóxica que hace que la pareja se sienta miserable. Quien la canta pide un nuevo comienzo para construir un nuevo sueño. La canción es ambivalente pues no hay claridad si realmente le ha sido infiel o si ha sido acusado injustamente.

Porque toda mirada es una sospecha.

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