Grabada entre febrero y abril de 1980, en los estudios Power Station de Nueva York y Good Earth de Londres, “Up The Hill Backwards”, fue el cuarto y último sencillo del álbum Scary Monsters; la canción fue producida por Tony Visconti y David Bowie. Con las contribuciones de la banda fiel de Bowie desde la década pasada, la mítica DAM (Dennis Davis, Carlos Alomar y George Murray) en batería, guitarra y correspondiente bajo, Roy Bittan en el piano, más la intervención de Robert Fripp en la guitarra y las aportaciones de Lynn Maitland y Chris Porter en los coros. Bowie era notoriamente impaciente cuando se trataba de espera a que llegaran personas al estudio, por lo que con frecuencia reclutaba de manera espontánea a quien estuviese presente en el momento. Chris era el ingeniero de sonido en Good Earth, ¡mientras que Lynn tan solo estaba presente como invitada!

Duffy, 1980.

“Up The Hill…” se destaca como una de las canciones más inusuales en un álbum de por si fuera de lo ordinario. Funge como un excelente y melódico respiro tras la cacofonía de “It’s No Game Part 1”. Bowie sabía perfectamente como secuenciar sus discos. Cada tema tenía un propósito. “Up The Hill…” es un tema coral que parece recitado por un grupo anónimo más que por Bowie en sí. La guitarra acústica de Tony Visconti (quién reveló que fue notoriamente complicado interpetarla) es implacable pero cede el reflector cuando es necesario al riff de Robert Fripp, el cual toma por completo el protagonismo en sus pasajes. La batería de Dennis Davis tiene un prominente trabajo de tambores, creando una base sólida y sumamente rítmica en mancuerna con George Murray. La tarola resalta las frases más contundentes de la letra, creando una especie de preámbulo para las siguientes. El resto del tiempo, marca un ritmo insistente. El bajo de Murray busca espacios entre estocadas para decorar la pieza con su línea tan melódica. La coda de la canción retoma el motif Bo Diddley de la introducción, creando una sensación de perpetuidad.  El guitarrista Chuck Hammer también estuvo presente en las sesiones, contribuyendo a la canción,  pero su aportación no fue incluida en la pieza final.

Duffy, 1980

¿Qué puede decirse de la mezcla? Ningún otro álbum suena como Scary Monsters. De una época, pero a la vez atemporal. Frecuentemente imitado… jamás igualado. Este panorama sonoro es el acompañamiento de una lírica densa y sarcástica. “Up The Hill…” encuentra a un Bowie tan sardónico como el de “Teenage Wildlife” o “It’s No Game” 1 y 2.

Duffy, 1980

La pieza originalmente se titulaba “Cameras in Brooklyn” y tenía una letra completamente distinta. Mientras que “Cameras…” permanece un misterio al igual que el resto de los demos iniciales de Scary Monsters, tenemos acceso a un demo más tardío, en el cual la esencia de “Up The Hill…” ya estaba desarrollada:

Técnicamente Bowie jamás tocó “Up The Hill Backwards” en vivo, pero el tema si fue usado como parte de la secuencia de introducción de la gira Glass Spider de 1987. Los bailarines de la gira (Viktor Manoel, Melissa Hurley, Constance Marie, Spazz Attack y Skeeter Rabbit) realizaban una coreografía mientras el ritmo de batería de la canción sonaba al fondo acompañando algunas frases de la canción. El tema servía como preámbulo y conclusión de la canción “Glass Spider”. Lo más cercano a la obra en vivo que alguna vez se tuvo.

Polaroids por Edward Bell, 1980

“Up The Hill…” fue el último sencillo que David Bowie lanzó bajo el sello RCA, por lo que la disquera conmemoró la partida incorporando la clásica etiqueta naranja (la más representativa, introducida en 1968) en algunas copias del vinilo.

Greg Gorman, 1980

El sencillo fue lanzado en tres formatos: vinilo de siete pulgadas, de doce pulgadas y casete en funda estilo paquete de cigarrillos. Originalmente Bowie planeaba que “Teenage Wildlife” fuese el lado B del lanzamiento, pero se modificó a “Crystal Japan” cuando se enteró de los elevados precios que los aficionados debían pagar para importar el sencillo desde Japón.La portada ostentaba un curioso diseño, mostrando una ilustración de un obrero chino portando un cubre bocas.

“Up The Hill Backwards” cigarette-box single, de la colección de Francisco Beristain.

El vinilo de doce pulgadas ostenta una portada magenta con una fotografía de Bowie enfundado en su disfraz de Pierrot, tomado de la sesión de fotos de Duffy para Scary Monsters y para los sencillos de “Ashes to Ashes”. El empaque también incluía una planilla completa de estampillas, las cuales previamente estaban esparcidas de manera aleatoria en los diferentes sencillos de “Ashes to Ashes”. Ningún video musical o alguna otra forma de promoción fueron financiadas para el lanzamiento.

“Up The Hill Backwards” comienza:

“The vacuum created by the arrival of freedom and the possibilities it seems to offer…

La llegada del anhelado libre albedrio (desde la perspectiva de cualquier generación oprimida de algún modo) y la promesa de infinitas posibilidades plantea un vacío existencial. El panorama carente de estructura y reglas no es tan idílico después de todo. El narrador lo encuentra deprimente.

Es importante resaltar que dicha frase proviene del libro “Dada: Arte y Anti-Arte” de Hans Richter:

“Y, finalmente, el vacío creado por la repentina llegada de la libertad y las infinitas posibilidades que parecía ofrecer si uno podía captarlas con suficiente firmeza”.

El Dadaismo surge en 1916 en Europa, fundando por Hugo Ball, quién entre sus obras crearía un poema en un idioma inventado, el cual años después sería musicalizado por David Byrne para la canción “I Zimbra” del tercer álbum de estudio de Talking Heads. Catalogado como un movimiento “anti-arte” los exponentes buscaban cuestionar y replantear las convenciones sociales y replantear las expectativas de lo que podía considerarse pintura, literatura y cualquier otra forma de expresión artística. El interés de Bowie por la corriente es evidente en varios aspectos de su obra como el uso de frases carentes de significado pero con excelente prosa en sus canciones, por ejemplo.

Mary Ellen Mark

“Up The Hill…” comienza a develarse como una canción repleta de trasfondos literarios, artísticos y personales, como veremos a continuación.

“It’s got nothing to do with you, if one can grasp it”

El narrador le recuerda a quién sea que se sienta identificado con la línea de pensamiento, que el mundo y sus eventos son ajenos a él o ella. Nuestra existencia al final del día es inconsecuente a gran escala.

Dean Chamberlain

“A series of shocks – sneakers fall apart”

Cabe destacar que en el demo de la canción, Bowie canta “Skylabs are falling”. Skylab fue una estación espacial que cayó sobre la tierra en 1979. La estación ni siquiera había logrado llegar en buen estado al espacio, perdiendo partes cruciales de su estructura desde el lanzamiento. Parce que Bowie estaba haciendo una oda al fracaso.

“Earth keeps on rolling – witnesses falling , It’s got nothing to do with you, if one can grasp it”

Como se mencionó antes, la vida sigue su curso y el tiempo jamás se detiene. El narrador hace hincapié al oyente en asimilarlo.

Dean Chamberlain

“Yeah, yeah, yeah – up the hill backwards, It’ll be alright”

Es en el coro donde Bowie plantea la gran paradoja de la canción. No es una canción motivacional que incita al oyente a correr cuesta arriba. Es una canción realista, hasta cierto punto derrotista, en la que el narrador invita al escucha a aceptar las dificultades de la vida con la certeza de que algún día terminarán, pero sin ofrecer ningún consuelo o alivio. Vamos cuesta arriba de espaldas, solo podemos contemplar el camino que ya hemos recorrido e identificar nuestros errores, aciertos y fortunas pasadas, pero el resto del camino cuesta arriba es perpetuamente un misterio. Habrá piedras…pero nunca podremos verlas.

 

“While we sleep they go to work
We’re legally crippled it’s the death of love
It’s got nothing to do with you, if one can grasp it”

¿Quiénes duermen mientras el resto del mundo va a trabajar? Podrían ser infinidad de personas: trabajadores con horarios asíncronos, adolescentes, gente en edad de trabajar que se queda todo el día en casa. El narrador parece hablar desde la perspectiva de cualquiera al margen de las rutinas o expectativas de una sociedad funcional. “Legally crippled” parece más una referencia a la incapacidad emocional que la física, por el contexto de la canción. Curiosamente, hoy en día “crippled” se ha convertido en una de esas palabras que ya no son consideradas aceptables.

En todo caso, el narrador podría estar describiendo a un inválido emocional. “The death of love” parece reafirmarlo. En el borrador de la letra de la canción exhibido en Bowie Is, se podía apreciar un pie de página en el que Bowie escribió “Death of love – black holes” lo cual nos remonta a su interés por los agujeros negros con respecto a la creación de la narrativa y personajes del álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust:

“Ziggy is advised in a dream by the infinites to write the coming of a starman, so he writes ‘Starman,’ which is the first news of hope that the people have heard. So they latch onto it immediately. The starmen that he is talking about are called the infinites, and they are black-hole jumpers”, expresó Bowie durante su charla con William Burroughs para Rolling Stone en 1974.

Anton Corbijn

More idols than realities

La idolatría siempre ha sido peligrosa y no sería la primera vez que Bowie haría alusión al tema. Él mismo sería el objeto de idolatría, la cual siempre tenía en él un efecto de distanciamiento.

I’m OK, you’re so-so

Esta es una de las frases más curiosas de la lírica de “Up The Hill…” Bowie está mofándose del popular libro de auto-ayuda “I’m Ok – You’re Ok” de 1967, escrito por Thomas Anthony Harris. El libro permeó la cultura popular y el inconsciente colectivo, siendo referenciado, citado y parodiado por años. La publicación se basa en las teorías de análisis transaccional, las cuales plantean que el comportamiento que mostramos en cada interacción que tenemos en nuestras vidas diarias está informado por un trasfondo de patrones de conducta que son parental (lo critico), adulto (lo racional) e infantil (lo intuitivo y dependiente). El análisis de estas transacciones sociales busca comprender el comportamiento del sujeto de estudio y guiarlo hacia la autonomía y la resolución de problemas. De particular interés, es el hecho de que Harris proponía abiertamente el uso de terapia de electro choques en pacientes psicóticos o con trastornos bipolares. Es evidente que esta es la fuente de la letra “A series of shocks. Sneakers fall apart” de Bowie.

El análisis transaccional plantea estos posibles estados:

  • Yo estoy bien, tú estás bien: El estado ideal, donde el sujeto se siente satisfecho consigo mismo y con las personas que lo rodean.
  • Yo estoy bien, tú no estás bien: El sujeto está satisfecho consigo mismo pero percibe a los demás como dañados.
  • Yo no estoy bien,  tú estás bien: El sujeto siente que él es el problema y por ende tiende a inconscientemente tolerar abuso.
  • Yo no estoy bien, tú no estás bien: El sujeto considera que él y el mundo en general están en terrible estado.

Los psicólogos debaten en qué estado se desarrollan las personas (partiendo de la infancia como la perspectiva inicial, analizando la transacción de padres – hijos) o que herramientas son las mejores para alcanzar el estado idílico de Ok – Ok. El análisis transaccional tiene tantos partidarios como detractores y la obra de Harris no eludió diversas críticas. Hoy en día se considera que muchas de sus referencias culturales son obsoletas.

Un conocido devorador de libros, es altamente probable que Bowie haya leído I’m Ok – You’re Ok o que estuviera interesado en el tema del análisis transaccional, en términos de interés por la psicología o como una herramienta para desarrollar su rol de padre. Muchas personas están convencidas de que la canción hace alusión al divorcio de Bowie de su primera esposa, finalizado en aquel año. El tema sin duda pudo haberse colado a la lírica colectiva de Scary Monsters, ya que Bowie siempre dejaba entrever algo relativamente autobiográfico en todas sus canciones.

Yo estoy bien. Tú….más o menos.

Bowie en Nueva York, 1980.

Al respecto, Bowie comento:

“That’s a very odd piece of music because it’s… what happens by the end of it is that it actually makes some kind of commitment, but on first hearing it sounds as though it’s a very sort of shrugged, almost cynical, there’s-nothing-we-can-do-about-it kind of attitude. So it really sort of sounds like the epitome of indifference, but in fact I blocked it from beginning to end with the extraordinary high-energy Fripp quasi-Bo Diddley thing that happens in the beginning and the end, which sort of bookended, and give it another kind of switch.

It has far more power than it would at first seem, as a commitment. In fact it has a very strong commitment, but it’s disguised in indifference.”

“Up The Hill Backwards” es uno de los sencillos que menos concesiones se permite en el increíblemente extenso catálogo de Bowie. Un himno a la perseverancia cara a cara con la adversidad, disfrazado de una oda a la indiferencia. Descubre o (re)descubre el particular encanto de la canción.

Bowie en Nueva York, 1980.

 

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