Con una ventaja cómoda de las encuestas, Delfina Gómez busca no meterse en problemas, se sabe una candidata con nulos conocimientos; su rival Alejandra Del Moral no sabe cómo conectar con el electorado y se nota contenida. Es el día 8 de las campañas en el Estado de México.

Para quien la conoce, Alejandra Del Moral es una mujer de amplio léxico y conocida por sus exabruptos en público hacia su personal… algunos la recuerdan salir de una reunión de gabinete encabezada por Alfredo del Mazo para exigir un teléfono, de quien fuera, para hacer una llamada.

Como lideresa estatal del PRI, con un parche en el ojo, ofreció declaraciones no controladas e impacientes ante la caída de la llamada “Ley Issemym”.

Esos gritos son tardíos. Lejos está la Alejandra Del Moral que, en su arranque de campaña al Senado, literal, mentó madres, ahora la “valiente candidata” se disculpa con la audiencia si se le sale una mala palabra, así sucedió en febrero en el municipio de Villa Victoria.

No es la mala palabra… es la arenga mínima.

No sabe avanzar cuando en sus manos tiene el secreto: deslindarse de una vez por todas del pasivo que es Alfredo del Mazo, quien es más guinda que tricolor, señalar las comprobadas irregularidades de Delfina por dependencia donde pase y dejar a un lado el sabor provinciano de sus eventos.

Ella quiere ser gobernadora ¿no es cierto? No está actuando como tal pues no dimensiona que el PRI puede pulverizarse después de junio y Morena tendría el botín político que representa el Estado de México.

Delfina Gómez aprovecha eso: su campaña está armada para no meterse en problemas, con la comodidad que le dan los números sabe que su principal enemigo es la ausencia de conocimientos, su léxico y su terrible servicio público.

La “maestra”, como le gusta autodenominarse, aprovecha lo que le ha servido a su jefe Andrés Manuel López Obrador: lanzar un discurso cargado de ideología entre “los buenos”, ellos, y “los malos” …los que llevan 100 años en el Estado de México.  Dividir es sencillo, se sabe.

Gómez, a quien se le comprobó pedir “diezmos” a trabajadores en Texcoco cuando era alcaldesa y pérdidas millonarias a su paso por la Secretaría de Educación Pública, sí ha podido conectar con la gente, especialmente los adultos mayores.

A diferencia de la organización de los eventos de Del Moral, en los de Delfina se observa menos gente, pero mucha presencia de adultos mayores. Conecta con ellos porque la entienden, su lenguaje es muy simple y… nada más. Hasta presume “gatitos” y “perritos”.

Su pasivo es Higinio Martínez; quien fuera su padrino político en Texcoco: no deja de meterla en problemas, opinar por ella y quien, según el periodista Juan Gabriel González, suma varias inasistencias por tomar protesta a supuestas estructuras territoriales.

Delfina Gómez sabe que debe mantener la boca cerrada para no cometer una pifia, Alejandra del Moral debe trabajar para no perder y ganar. Si hoy fueran las elecciones ganaría la “maestra”.

Vaya… hasta prometió continuar con el programa del “Salario Rosa”, emblema de la administración de Del Mazo.

“Habrá un programa de apoyo a las mujeres, ya saben cuál, ampliándolo y fortaleciéndolo”, dijo en su arranque de campaña en el Teatro Morelos en Toluca.

Ambas se verán las caras el 20 de abril y el 18 de mayo en los debates organizados por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM). En su mente llevan que ganar el Estado de México es abrir la puerta a lo que suceda en 2024 en la Presidencia de la República.

Comentarios

Comentarios