“Es un retorno a la inocencia”, sentenció mi amigo con quien comparto la actividad de ser cuidador de nuestros progenitores. Salí de su casa y, manejando, su frase me daba vueltas en la cabeza.

¿La vejez es un retorno a la inocencia?  Las tribulaciones de mi mente no me han permitido analizar la frase en su totalidad, pero en ese momento vino a mi mente uno de los momentos más felices de niño.

Normalmente, salía a la 1: 30 horas de la primaria, que estaba frente a mi casa, así que solo cruzaba la calle y estaba ahí; la regla era hacer la tarea antes de comer y luego ver televisión. Yo me tenía que apurar, pues la programación de las “caricaturas” en el Canal 5 comenzaba exactamente a las 3 de la tarde.

Mi papá llegaba del trabajo una hora después… con un regalo; más tarde contaré de él.

La programación iniciaba en punto con una canción que yo conocía en ese momento como “la canción de las ranitas”. Para esos días, mi formación musical era apenas el casete que he mencionado que contenía música de The Beatles.

Pues, me gustaba “la canción de las ranitas”: se me hacía muy tierna, con muchos animales cantando, cartones animados. La canción nunca me aburrió, al contrario, buscaba estar puntual para ver a las ranas locas, los gatos que interrumpían, el señor búho y demás linduras.

En esos días leía “Fábulas” de Esopo así que ver la coreografía del reino animal era que el libro se convirtiera en realidad. En realidad, sigo esperando en estos días que un mapache me hable y me dé una lección de vida… quizá quizá llegue la moraleja hacía mi ser a veces muy animal.

 Quizá dos décadas después compré el álbum Pipes of Peace y ¡sorpresa! La “canción de las ranitas” no era otra que “We All Stand Together” de Paul McCartney, ya como solista, pero el mismo protagonista de mi casete viejo de The Beatles.

McCartney escribió esta canción para un cortometraje en el que él y su esposa Linda trabajaron llamado Rupert and the Frog Song, que se basaba en el personaje del programa infantil británico Rupert Bear.

En la película, Rupert se adentra en una cueva después de seguir a su cometa extraviado. Se encuentra con un lago lleno de ranas y se esconde para ver cómo todas comienzan a cantar.

Rupert Bear comenzó como una tira cómica y se convirtió en una serie de televisión que se emitió en Inglaterra entre 1970 y 1974 y de nuevo entre 1985 y 1988. La canción de McCartney se inspiró en que sus hijos adoraban al personaje del oso… tanto como él.

Esta canción apareció por primera vez en el álbum Pipes of Peace de McCartney de 1983 y se publicó como sencillo en 1984, acreditado a Paul McCartney y Frog Chorus, cuando se estrenó la película.  Obtuvo una nominación al Grammy como Mejor video musical de formato corto.

La canción terminaba y comenzaba yo a ver las demás “caricaturas”, mi padre llegaba con una bolsa de papel de estraza y sacaba de ella alguna golosina de postre para mí. ¿Retorno a la inocencia? Estaría dispuesto… volvería a emocionarme con la música, ranas cantando y la vida sería un poco más dulce.

 

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