Ninguno de los compañeros de grupo de Eddie Van Halen estaba en la ciudad y la tecnología de 1982 no permitía saber su ubicación. En ese momento el guitarrista recibió una llamada que pensó que era broma.
Preguntaron si era el teléfono de Eddie, le llamaba un tal Quincy. Luego de mandarlo a diablo en todo enfadado, Eddie le respondió que no conocía a nadie con ese nombre.
“Quincy Jones, hombre”, dijo la voz al otro lado del teléfono.
“¡Oh, lo siento! ¿Qué puedo hacer por ti?, le respondió Eddie Van Halen.
El productor musical le explicó que, para el nuevo disco de Michael Jackson, quien para ese momento no tenía ni por asomo la fama mundial. Había tenido algunos éxitos menores con su álbum Off The Wall, pero sólo era escuchado en el sector que escuchaba blues.
Van Halen le dijo, sin creer aún que era el productor, que lo vería en el estudio. Cuando llegó vio que estaba Quincy, Michael Jackson y unos ingenieros de sonido. Mientras que Michael abandonó el lugar para hacer otra cosa, Eddie le preguntó a Jones qué quería.
“Lo que quieras hacer”, fue la respuesta que obtuvo el guitarrista.
Van Halen escuchó por primera vez “Beat It”, una canción que trata sobre la vida en las calles y la actividad de las pandillas, y no le gustó: pidió al ingeniero de sonido que cambiara algunas partes, que cortara otras. Le tomó 10 minutos hacer eso y luego comenzó a improvisar dos solos de guitarra.
“Estaba terminando el segundo solo cuando entró Michael. Y ya sabes, los artistas son un poco locos. Todos somos un poco extraños. No sabía cómo reaccionaría ante lo que estaba haciendo. Entonces le advertí antes de que escuchara. Le dije: ‘Mira, cambié la sección central de tu canción’.
“Ahora en mi mente pensé que haría que sus guardaespaldas me echaran por destrozar su canción. Entonces la escuchó, se volvió hacia mí y dijo: ‘Vaya, muchas gracias por tener la pasión no solo de venir y tocar un solo, sino de realmente preocuparte por la canción y mejorarla’”, narró Van Halen en una entrevista posterior.
Y ahora viene lo extraordinario: Van Halen no solicitó pago alguno por su aparición, quizá lo único que podía tomar como “pago” fueron dos paquetes de seis cervezas cada uno. Grabó su parte en media hora, mientras que Jackson estaba grabando otros fragmentos de “Billie Jean”.
Tampoco el nombre de Eddie Van Halen apareció al principio en Thriller, el álbum más vendido en la historia de la música y que catapultaría a Michael Jackson a la fama mundial.
“Ni siquiera creo que esté acreditado en el disco. Simplemente, dice “Solo de guitarra: Question Mark” o “Solo de guitarra: Frankenstein” (el nombre de su guitarra)”, dijo Eddie.
Es una verdad a medias: si bien en la primera edición del álbum no salió su nombre, actualmente sí se le da crédito al guitarrista.
La última ironía: cuando el álbum de Van Halen de 1984 alcanzó el puesto número 2 en Estados Unidos durante tres semanas en marzo de 1984, Thriller lo mantuvo fuera del primer puesto.