El tiempo del coronavirus covid-19 es inflexible, empedernido y latente. México se aleja de él… está dispuesto a seguir el propio.
Este jueves, el país amanece con 78 mil 023 enfermos y 8 mil 597 muertos: México ocupa el lugar 16 a nivel internacional de casos totales, el octavo en materia de fallecidos y el primer lugar de la tasa de letalidad de América Latina. El martes pasado murieron 501 personas por el virus: 20.8 cada hora.
El Gobierno de México decidió seguir los tiempos económicos que se han vuelto políticos. Dio a conocer un semáforo de reapertura en plena Fase 3 de la pandemia con número de contagios creciente y que, desde el anuncio, fue para muchos una invitación a salir y relajar las medidas de confinamiento.
La Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienn, fue tajante el pasado 26 de mayo en relación con la situación que enfrenta América Latina.
“Ahora no es el momento de relajar las restricciones o reducir las estrategias preventivas. Ahora es el momento de mantenerse firme, permanecer vigilante y aplicar agresivamente medidas probadas de salud pública”, dijo.
Pero en México todo son “otros datos”.
Andrés López Obrador, Presidente de México, ha negado las cifras de la pandemia a nivel internacional y de la Secretaría de Salud mexicana. Aseguró que el aumento de muertos fue por “ajuste” del procedimiento médico, ya da por terminada la llamada “sana distancia” y anunció giras a partir de la próxima semana.
“Tengo que estar aquí hasta el domingo, cumplir a que se termine la etapa de sana distancia, pero a partir del lunes es muy probable que, con todos los cuidados, inicie una gira por el país”, expresó en la conferencia matutina de este miércoles.
Para el Presidente de México la “nueva normalidad” se hace por decreto, sigue ignorando los tiempos del virus. La logística para las giras implica movilización de personas en cada estado. López Obrador solo reconoce lo que él dice.
En niveles inferiores, Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación, asegura que hay un solo semáforo federal… y 24 horas después afirma que hay varios y serán regionales. Algunos gobernadores ya rechazaron terminar con el confinamiento. La contradicción entre los actores públicos es evidente. Para muestra: el uso del cubrebocas por parte del Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, que tardó dos meses en asegurar que servía. Sus cifras siguen siendo cuestionadas.
Hay oportunismo que raya en lo grotesco: diputados y alcaldes de todos los partidos entregando apoyos en plena pandemia y promoviendo su imagen. Hordas en redes sociales mantienen esa rudimentaria forma de actuar. Su embrionario pensamiento polariza.
Un ejemplo: el Gobierno Federal difunde una imagen cuyo texto asegura que “pronto saldremos a realizar actividades como salir de compras” con una imagen de una mujer y un semáforo que asegura “vamos bien” para rematar con un #QuédateEnCasa. La contradicción es ya una premisa.
La población ha recibido mensajes encontrados. Algunos de sus sectores han respondido con golpes a personal médico, quema de automóviles y patrullas, acusaciones de que el gobierno quiere contagiarlos o desechar simplemente el virus por ese falso sentido de inmortalidad que presume el humano.
Oaxaca: este miércoles el municipio de San Baltazar Loxicha cierra sus accesos y nadie sale o entra de la demarcación, en San Antonio de la Cal trabajadores de salud fueron detenidos por sanitizar calles de la población y en San Mateo del Mar policías municipales detuvieron a una caravana religiosa que llevaba bebidas alcohólicas y música que derivo en una balacera. Es la sublimación de la réplica a lo inexistente.
La ignorancia es furiosa, pues no comprende razón. Agrede al conocimiento porque aquella es estructural en México. No todo el pueblo es sabio, no todo el pueblo es adversario y algunos siguen luchando con fantasmas.
En este contexto, y con una economía lacerada, las condiciones para una apertura son de riesgo. ¿Es necesaria? Sí, siempre y cuando sea basada en la realidad y no en ideas que toman formas de desafíos a la lógica. Hoy México debe mantener el distanciamiento físico no el intelectual.