El acto masivo de Morena en la capital del Estado de México, conocido como “El Tolucazo” se llevó a cabo en el patio de atrás del Palacio de Justicia estatal… simbolismo de que el acto violó artículos de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Luego de ganar cuatro gubernaturas, Morena colocó doble bandera de inicio de campaña en el Estado de México. Por primera vez reunió a los tres presidenciables Adán Augusto López, Secretario de Gobernación, Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores; y a las “corcholatas mexiquenses”.

El partido fundado por Andrés Manuel López Obrador llegó a arrebatar: espacios en los puentes, propaganda en las calles y simpatizantes que llegaron desde Tabasco para el acto “Unidad y Movilización para que siga la Transformación”. Asistieron nueve gobernadores en funciones e integrantes del gabinete federal.

No es para menos: es el Estado de México, es la joya de la corona para Morena por el número de votos y porque, para el 2024 en las elecciones presidenciales, necesitan la estructura mexiquense en 2023-

Sabe que lo pueden lograr.  Las tierras mexiquenses son el bastión más fuerte PRI y lo encuentran sin fortaleza: un partido lastimado por la frivolidad y corrupción de Enrique Peña Nieto, los audios reveladores de Alejandro Moreno, “Alito”, y por un gobernador, Alfredo del Mazo, que muestra su lado político más pusilánime al preferir la cercanía con Morena.

Aunque el evento es tradicional, Morena sabe qué decir:

“¿Por qué decidimos ¿A poco creen que es casualidad? No es ninguna casualidad, venimos aquí a festejar que nuestro movimiento sigue creciendo”, arengó el líder nacional Mario Moreno quien incluso lanzó el “Pacto de Toluca”, todos en unidad ante la elección de candidatos.

Y es que saben que los candidatos dependen de la voluntad de uno, del “señor” que menciona el Secretario de Gobernación:

“Ni antes ni después, los tiempos del señor son perfectos”, dijo el funcionario federal alejado del misticismo y más cercano al pragmatismo del único “señor” que Morena conoce: el Presidente de México.

En la normativa, violaron, los artículos 41 y 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el 134 inciso d, 443 inciso e, 445 inciso a y 446 inciso b, todos de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

La ley establece como infracciones a quien realice actos anticipados de campaña, aquellos “actos de expresión que se realicen bajo cualquier modalidad y en cualquier momento fuera de la etapa de campañas, que contengan llamados expresos al voto en contra o a favor de una candidatura o un partido, o expresiones solicitando cualquier tipo de apoyo para contender en el proceso electoral por alguna candidatura o para un partido”.

A Morena no le salgan con que la “ley es la ley” y es necesario medir a aplausos a los contrincantes: para la elección local, la Secretaria de Educación, Delfina Gómez se los llevó y dejó atrás a Horacio Duarte, director de Aduanas, y a Higinio Martínez, cuyo papel raya en la lástima al rogar por la candidatura.

A nivel federal: Marcelo Ebrard se llevó las palmas y, al término del evento, ni siquiera esperó el discurso de Mario Delgado, los gritos a favor del Canciller fueron lanzados a Claudia Sheinbaum que va a menos, el carisma no es una de sus gracias.

La austeridad para los asistentes, un plato desechable con comida; para los dirigentes un corte de carne en uno de los restaurantes más caros del Valle de Toluca.

Al final, como la mayoría de los partidos políticos a su paso solo dejaron basura… en el lugar del evento.

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