El presente en 1991 era bastante divertido. Un grupo de desconocidos se habían unido en torno a la música que era proporcionada por Víctor, quien desde años atrás tenía acceso a más música que lo que normalmente se transmitía en la televisión.
El sentido de pertenencia propio de la preparatoria se sellaba con casetes llenos de selecciones y mezclas que eran nuestras favoritas. No era para menos: tan solo en ese año habían salido a la venta “Use your Illusion” 1 y 2, “The Black Album” de Metallica, “Ten” de Pearl Jam, “Nevermind” de Nirvana y “Badmotorfinger” de Soundgarden.
El grupo de amigos se había decantado por el llamado hard y glam rock. De pronto cientos de canciones que no habíamos escuchado desde 1897 hasta el año de ese presente surgían de las bocinas de nuestros estéreos o nuestros aparatos portátiles. Víctor iba siempre un poco más allá de lo comercial… así fue como llegó Steelheart.
Y mientras MTV y mis compañeros estaban fascinados con “I´ll Never Let You Go” y “She´s Gone” de ese álbum homónimo de 1990, yo no podía dejar de escuchar “Everybody Loves Eileen”. ¿Las razones? Una alegría intrínseca desde los primeros sonidos que se elevaba con el ritmo de la batería, un estruendo progresivo y la magnífica voz de Michael Matijevic.
Pero había una razón escondida ¿podría existir una persona que contara una broma y pudiera hacerte llorar? ¿puede alguien cantar una canción de cuna para amantes y ser al mismo tiempo un ángel de la noche? Tan lejos, tan cerca. Esta última frase no acababa de entenderla.
El presente se volvió complejo, incluso para el propio vocalista del grupo: en pleno éxito por su álbum homónimo y el siguiente “Tangled in Reins”, en 1992, en una presentación en Denver, Colorado, en la que abrían para la banda Slaughter, Matijevic tuvo un accidente que frenó la banda por uno tiempo.
Matijevic sufrió una lesión cerebral traumática y estuvo a punto de morir cuando un armazón de iluminación de mil libras que se dejó sin asegurar en el costado del escenario cayó sobre él.
“Cerré los ojos, todo quedó en completo silencio y lo juro, vi una película de mi vida desde el primer día hasta ese momento. Una voz dijo: ‘¿Qué quieres hacer? Puedes terminar con la música, vivir tu vida como una persona normal, o debes seguir adelante porque necesitas hacer algo grandioso. Fue la puerta número dos de inmediato, ni siquiera fue un pensamiento”, expresó el croata.
A pesar de ello, durante su convalecencia de siete meses, nadie lo visitó, ni sus compañeros. Su carrera la retomó a finales de los años noventa… en otro presente.
A principios del nuevo milenio, el presente se tornaba complicado: trabajo, parejas, amigos que dejaron de existir… y otros que murieron. El principal problema del presente es que solo dura algunos segundos antes de ser arrollado por el pasado.
El 13 de abril de 2019 tuve la oportunidad de ver a Miljenko Matijevic: tuvo un problema técnico con sus instrumentos y humildemente espero sentado al lado de la mesa de una mesa de billar. Mi ídolo de años anteriores estaba a menos de 3 metros. Esa noche el concierto cerró con “Everybody Loves Eileen”.
En 2022, el perfil oficial de Steelheart en Instagram lanzó una pregunta sobre cuál era la canción favorita de la banda. Contesté sin pensar la que ha dado cuerpo a estas líneas; sin esperarlo la cuenta me contestó “¿Ya encontraste a tu Eileen?”, para cuando conteste el presente estaba a punto de volverse pasado… no lo sabía.