Ante una figura tan mala como Delfina Gómez, quien además carga el peso de delincuente electoral, “Ale” del Moral, precandidata de la oposición, ha decidido una campaña simplona por la gubernatura del Estado de México. Tal parece que el PRI no solo quiere perder… está dispuesto a humillarse ante Morena.

¿Por qué Delfina es un pésimo personaje? Además de la dificultad que tiene para articular enunciados en el idioma español y bajísimos conocimientos generales, está comprobado que ejecutó descuentos a los sueldos de los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco de 2013 a 2015.

Su paso por la Secretaría de Educación Pública fue errática; prefirió la política a la educación, orientar el presupuesto de la dependencia a las dádivas, cierre de escuelas y caída de matrícula; además, la Auditoria Superior de la Federación comprobó que en su gestión se “perdieron” 27 millones de pesos en becas.

Delfina Gómez nunca será actriz principal, sino de reparto: en Texcoco estuvo a la sombra de su padrino político Higinio Martínez, en la SEP de Andrés Manuel López Obrador y en su precampaña, de Horacio Duarte, quien lleva la voz cantante en toda la organización y estructura. Es peona.

Una ventaja tiene. Publicidad que enardece el más escéptico al consignar que “se acabaron 100 años de corrupción en el Estado de México” y que es la “batalla maestra”. Los eslóganes son excelentes, directos y duros ante los gobernantes mexiquenses unos malos y otros peores.

Así, “la maestra” es vista como una salvadora del Estado de México, esa figura necesaria para transformar la vida de la entidad; una falacia, a cuatro años de la administración de López Obrador, está más que comprobado que son incapaces de gobernar, pero son excelentes actores de campaña y en sembrar ideologías facilonas.

Ante una candidata de baja calidad, la oposición eligió a Alejandra del Moral que está desaprovechando cada segundo en mensajes cursis que parecieran de hace 4 o 5 décadas cuando el PRI era hegemónico. Hoy el tricolor es el partido más odiado y representa lo peor de la política mexicana… y eso que Morena los supera.

Alejandra se convirtió en “Ale”, diminutivo ridículo y excesivamente delicado para los tiempos actuales; no solo ello, bardas de toda la entidad han puesto mensajes como “Ale te quiere”, “Bienvenida Ale”, “Ale del moral, Gracias por tu visita (sic)”y (¡!) “Cásate conmigo Alejandra del Moral”.

En su precampaña eligió la palabra valiente; es decir, de entrada, reconoce que la situación, la elección, es arriesgada y difícil. Es un sustantivo inocuo pintado en el brazo de una precandidata para una entidad como el Estado de México.

Del Moral está tardando mucho en señalar los errores de Delfina Gómez, de la administración a la que pertenece y los delitos que la persiguen. Eso sería más valiente que calificarse como “valiente” y lanzar mensajes fáciles sin gancho mediático.

Por cierto, el equipo de “Ale” tuvo a bien filtrar un video a sus simpatizantes y empleados de gobierno, un día antes de que se registrara como precandidata y abrir los ojos a Morena por actos anticipados de campaña. De ese nivel es el “bunker” de quien puede ser la primera gobernadora del Estado de México. El PRI se mantiene confiado, soberbio y ciego ante su entorno.

¿Su jefe Alfredo del Mazo? Lejos están los tiempos donde a Arturo Montiel y Enrique Peña eran calificados como “el primer priista del Estado de México”. Del Mazo traicionó su linaje en aras de cuidar su relación con el Presidente. En palabras de una persona de su círculo cercano “al jefe no le gusta trabajar, salió flojito”; ese es el nivel de la gubernatura actual mexiquense.

Para Alejandra: no basta ser valiente… hace falta ser inteligente.

Para Delfina: ¿cómo evitar llamarla delincuente?

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