El 26 de mayo de 1969 John Lennon y Yoko Ono decidieron quedarse en cama durante ocho días como un esfuerzo para promover la paz mundial. El llamado “bed-in” recibió mucha atención de los medios de comunicación que era lo que la pareja quería.

Cuando algún reportero preguntaba qué estaban haciendo, él respondía “dale una oportunidad a la paz”, lo continúo diciendo hasta que nació la idea de musicalizar la frase.

Al sexto día fue grabada la canción “Give Peace a Chance”, que fue el primer éxito de Lennon lejos de The Beatles; compuesta en su totalidad por él, los créditos fueron dados en un principio a Lennon y Paul McCartney por motivos comerciales.

En la sesión de grabación cantaron personajes como Timothy Leary, Allen Ginsberg y Petula Clark, además de reporteros, visitantes y personal del hotel. El inglés tocó su guitarra mientras el resto golpeó puertas y mesas para mantener el ritmo. Ya en el estudio se agregaron una batería y percusiones Hare Krishna.

La letra fue escrita por Lennon en el “Bed-in” de ocho días y le regaló la hoja a la escritora Gail Renard, de 16 años, que se había colado en el Hotel Queen Elizabeth con un amigo. Los adolescentes se hicieron amigos de Lennon y Yoko.

El ex Beatle le dio varios recuerdos, incluida la letra, y le dijo: “Algún día valdrán algo”. En 2008, ese pedazo de papel fue vendida en 834 mil dólares.

La canción, a pesar de su sencillez, fue un éxito rotundo y se convirtió en el himno del movimiento contra la guerra pues muchos estadounidenses consideraron que su país no debía de intervenir en Vietnam.

El 15 de octubre de 1969, en una manifestación contra el conflicto bélico en el país asiático, la melodía fue cantada por medio millón de personas. “Este es uno de los momentos más importantes de mi vida”, dijo Lennon cuando vio que su canción era coreada.

John Lennon siempre fue muy claro en su postura ante una guerra.

“No pelearía en una guerra en absoluto. Nunca tuve la intención de pelear (…) Simplemente no puedo matar a alguien”, dijo en una entrevista posterior y agregó que la hizo específicamente para que la Guerra de Vietnam se detuviera.

Agregó que quería reescribir la canción “We Shall Overcome”, una melodía antigua que fue actualizada y dio un rostro musical al movimiento de los derechos civiles de dos décadas antes. Actualizó un himno para la paz.

Es imposible entender los laberintos originarios de un conflicto bélico: posiciones encontradas, geografía, política y miles de bemoles que impiden claridad, pero permiten siempre más oscuridad. En estos momentos hemos visto gente huyendo de una posible guerra de escala mundial.

Nada en este mundo justifica el dolor humano… menos si es causado con premeditación.

La guerra es infierno, es obsoleta tal como la mente de quien la crea, es la negación absoluta de todo en aras de la nada. La guerra también es universal: se vive en las naciones, en pueblos olvidados o en la mente de quien todavía cree en ella. Nadie está exento.

¿Aún podemos dar oportunidad a la paz?

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