Nuestro maestro de Geografía de la preparatoria tenía la mejor forma de enseñarla: con una excursión a algún estado colindante para aplicar los conocimientos que impartía en el aula a la realidad que nos rodeaba.

Era apenas el primer semestre y las amistades que iniciaban aquellos días, y que ni siquiera trascendieron más de tres años… otras sí, apenas nacían. El mejor pegamento de una relación, cualquiera que sea, es la música, gustos en común que derivan en nuevos sonidos.

Las excursiones eran en autobús rentado. Estaban de moda los walk-man, de todos los colores y formas, y los disc-man eran apenas una novedad.  Pero lo que verdaderamente fue una novedad fue la grabadora de “Chuchis”, un compañero que se hizo acreedor a las palmas por su aparato que se caracterizaba por usar unas 6 u 8 pilas D.

“Chuchis”, de quien no recuerdo el apellido, ni siquiera sé dónde esté y solo estuvo un semestre, fue el héroe: su grabadora con disco compacto y casetera superaba en sonido a una pequeñísima que llevaban en la parte delantera del autobús con música español de moda. Motley Crue, Guns and Roses, Metallica, Nirvana y Bon Jovi estallaban en sus bocinas.

Así que de Cuernavaca a nuestra escuela (un viaje de 4 horas) el hard rock no dejó de sonar… hasta la petición de Miguel (de quien sí recuerdo el apellido, pero es mejor que se quede en mi mente).

Miguel era uno de los compañeros que llamaba la atención: muy alto para el promedio de los demás, peinado a la moda, el único que, a esa edad, 16 años, llevaba un Volkswagen sedán azul impecable y era novio de una de las niñas más bonitas de la escuela. Se sabía que ellos llevaban años de novios y que, para esas fechas, habían terminado.

Miguel se acercó a “Chuchis” y le pidió con toda educación poner una canción, luego le permitiría seguir con lo demás. Aquel no se pudo negar y la obra que comenzó a sonar fue “(I Can’t Help) Falling In Love With You” en la versión de UB40.

Pongámonos en contexto antes de seguir: el tema apareció en la película de Elvis de 1961 Blue Hawaii. Fue escrita por el compositor George Weiss, quien afirmó que ni a los productores de la película ni a los asociados de Elvis les gustó la demostración de la canción, pero Elvis insistió en grabarla para la película.

Fue la balada más popular de “El Rey” pero no se la dedicó ningún interés sentimental sino a su abuela por su cumpleaños. La canción está basada en la francesa “Plaisir D’Amour” de Jean-Paul Egide-Martini. Era común que la cantara al final de sus conciertos.

A principios de los Noventa, se le pidió a UB40 que grabara una melodía de Elvis de su elección para una nueva película llamada “Honeymoon In Vegas”. El baterista de la banda, James Brown, sugirió grabar esta melodía porque era una de sus favoritas. Ni entró en esa película, sino en “Sliver”, protagonizada por Sharon Stone y William Baldwin.

“La íbamos a desechar porque estábamos trabajando en nuestro nuevo álbum ‘Promises and Lies’ en ese momento. (…) La mayoría de la banda estaba en contra de incluir la pista en el álbum, pensaron que no era representativo del álbum, pero los convencí de que sería inútil no hacerlo, ya que probablemente sería un éxito”, dijo el guitarrista Robin Campbell.

Ha sido el mayor éxito de UB40.

¿Y Miguel? Al comenzar las primeras notas de la canción comenzó a bailar solo en el pasillo del autobús, todos guardaron silencio y lo veíamos. Cuando terminó estaba llorando, dio las gracias por ponerla y se sentó. Nunca regresó con ella.

 

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