Tuve la experiencia de presentar mi libro esta semana en una universidad. Por la mañana del martes me vi frente a unos 50 estudiantes de diversas carreras quienes escucharon un poco sobre mis estudios, mi carrera y el proceso de escritura del libro.

Siempre he odiado esas presentaciones arrogantes de publicaciones donde el autor se la pasa hablando y sus presentadores se la pasan hablando maravillas de él y su nuevo libro… aunque no haya leído más allá de la mitad.  Prefiero un diálogo circular donde podamos charlar y aprender entre todos, nada es más valioso para mí que saber qué piensan generaciones nuevas.

No sucedió.

Me di cuenta de que eran los profesores los más interesados y, sólo al final, de la presentación tres alumnos se interesaron por ciertos detalles de vida y escritura.

“Sonará a cliché, pero las nuevas generaciones son muy complicadas: por un lado, quieren seguir en línea… y no se conectan; quieren venir a la escuela… pero no ponen atención. Nada parece interesarles, nada les emociona y tienen mucho miedo del futuro”, fue la explicación que me dio la profesora que me había invitado.

Las nuevas generaciones temen vivir su realidad ante el pavor de su futuro: no hay oportunidades, nada de lo que hagan hará cambiar la decepción que han sido sus padres que tampoco han logrado algo y saben que la escuela no ofrece el conocimiento inmediato del internet. Viven con ese tipo de ideas que roen su cabeza.

Su rebeldía no se basa en la confrontación, sino en la apatía… imaginé aquel cuento de “El Flautista de Hamelín”, donde la ciudad estaba llena de ratas y solo un músico con su instrumento haría alejarse a todas ellas. Consideré que los cerebros actuales de muchos jóvenes se han convertido en esa ciudad.

Y eso me llevó a lo demás.

Sobre “Rebellion (Lies)” de Arcade Fire, el vocalista de la banda canadiense Win Butler ha dicho que se siente aquel flautista cuando la interpretan. De hecho, es la favorita de la banda para cerrar los conciertos.

“El 90 por ciento de la gente se ve obligada a escuchar lo que alguien intenta obligarlos a comprar, algo que no necesitan. En cierto punto, tienes que decir, ‘cállense la boca.’ Es como si alguien te golpeara en la cara todo el tiempo.

“Puedes simplemente ignorarlo y tratar de vivir tu vida de cierta manera o decir: ‘deja de pegarme’. Tienes que decir: ‘¡Para! ¡Para! Deja de pegarme. Deja de empujarme’. Creo que eso es rebelión”, expresó sobre el concepto que encierra la canción.

Hay una frase que me fascina de esa canción contenida en el álbum “Funeral”: “Sleeping is giving in”.

Entiendo que la frase implicaría que una persona adopte un estado mental dócil, que Arcade Fire concluye que lo somos.  La canción procede a arremeter contra el miedo mismo, rebelarse ante esos estados dóciles, aquellas ideas que roen el cerebro, la infección de las ratas.

Escondernos, aun en nuestra mente, no ayudará en nada, es parte del problema.

La rebelión es experimentar.

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