Sorprendió a todos por ser uno de los gobernadores más jóvenes de Nuevo León, de remontar desde un cuarto lugar y la posibilidad de algo diferente para su entidad; hoy Samuel García se ofrece como un político delirante, rijoso y ambicioso de poder. Puede el próximo Alfredo del Mazo por su docilidad cercana a Andrés Manuel López Obrador.

Podemos conocer un poco de su personalidad desde que era Senador por Movimiento Ciudadano cuando, en redes sociales, su esposa Mariana Rodríguez publicó en Instagram el video “Cena Covid Style” y él la reprende por “enseñar mucha pierna” y le lanza la frase “pues me casé contigo para mí, no para que andes enseñando”.

La polémica no fue menor, aunado a muchos dislates que solo mostraron lo alejado que estaba de la realidad: cuando aseguró que hay gente valiosa que vive con un “sueldito” de 40 o 50 mil pesos o cuando su papá lo condicionaba a ir los sábados al golf para que lo asistiera.  García como realidad paralela.

Y ganó. En mucho ayudado por su esposa en una campaña montada en redes sociales y porque la candidata de Morena, Clara Luz Flores, se le relacionó con la secta de explotación sexual NXIVM . Samuel García lo había logrado, hubo confianza y se convirtió en un joven gobernador.

Siendo electo lanzó una promesa en el programa de Brozo, personaje de Víctor Trujillo: él no se distraería con el 2024.

“Sí me preocupa el 24, no como participante, sino para el país y para Nuevo león. Qué es lo mejor que le pueden convenir. Lo que te puedo decir es que a Nuevo León le voy a cumplir, no me voy a distraer como ‘El Bronco’. Voy a estar seis años completos”, aseguró ante el histrión.

Su gestión no ha estado exenta de polémicas: la polémica “adopción” de un bebé por un fin de semana, proyectar una nueva Constitución y encarcelar 36 horas a quienes no lo obedezcan o le falten al respeto e “instruir” a que una nube diera lluvia en la Sierra de Santiago.

El problema de la inocencia es que la credulidad es más alta. Más allá de su carácter bravío y tono de voz imperativo, lo que a Samuel García lo movió fue el coqueteo de Andrés Manuel López Obrador para que se lanzara a buscar la candidatura presidencial por Movimiento Ciudadano.

El movimiento del tabasqueño no es gratis: sabe que el joven gobernador puede dividir el voto, mantener las preferencias que hasta el momento lleva Claudia Sheinbaum y bajar el porcentaje de preferencias de Xóchitl Gálvez.

Lo peor no es el juego maquiavélico de López Obrador, sino que García lo haya aceptado y, desde ese espaldarazo, se haya vuelto más delirante en sus decisiones y acciones: nos recuerda a ese Senador que vivía en una realidad paralela.

Mientras diputadas y alcaldes del PAN y PRI en Nuevo León ha acusado de “terrorismo político” al mandatario, él, ya montado en el tema de las campañas, quiere a su esposa y a Luis Donaldo Colosio para una fórmula en el Senado.

El Gobernador asegura, por su parte, ser víctima de acoso político y promovió amparos para impedir órdenes de captura contra él y su familia, inauguró sin que funcionara la Presa El Cuchillo y sigue cometiendo dislates al calcular el recorrido de 100 kilómetros. En su entidad la violencia escala.

Samuel García, se sabe, solo busca “likes”; ya logró el de Andrés López Obrador y el del líder de su partido Dante Delgado. Las redes sociales seguirán siendo su hogar mientras se presta al juego del gran elector, al final sí salió muy parecido a Jaime Rodríguez “El Bronco”.

 

Comentarios

Comentarios