Hay instantes que marcan nuestra vida y que, al momento de leer esto, están llegando a nuestra mente… imagino por momentos como hace apenas unos días ardió un poco de madera ante una chimenea que no ofrecía luz, pero cumplía la misión de brindar muchas sombras y un ambiente cálido.

En la oscuridad se puede escribir absolutamente todo. Los recuerdos son una hoja negra que cada vez, inconscientemente, miramos con nuevos ojos. Los recuerdos exactos no existen, los creamos, los revivimos y pensamos en esos lugares que son instantes.

Regresemos a la chimenea: el vino estaba agotado, la madera espera ser consumida por el fuego y su luz se rendía ante la iluminación perfecta, pero finita, de un celular que iniciaba “Thinking of a Place” del grupo The War on Drugs… la canción llegó de manera aleatoria.

El sonido era muy sutil y casi espectral al brindar por la nostalgia.

The War on Drugs es una banda estadounidense de indie rock originaria de Pennsylvania, Estados Unidos, que fue fundada en 2005 por Adam Granduciel y Kurt Vile, quienes se habían conocido dos años antes en una fiesta y comenzaron a componer canciones.

Los padres de Granduciel no entendían por qué hizo lo que hizo. Nunca les había importado la música rock. Vieron a su hijo dejar pasar un trabajo perfectamente bueno en carpintería para mudarse a Filadelfia y llegar a la mitad de los 30 sin ninguna señal de que había tomado la decisión correcta.

A sus 85 años, el padre de Granduciel está orgulloso de su hijo y comenzó a comprar discos de Bruce Springsteen, Tom Petty y Dire Straits, que son influencias del grupo de su hijo.

“Thinking of a Place” pertenece al album “A Deeper Understanding” de 2017 y tiene una duración de 11 minutos y 10 segundos, es la más larga del álbum. Es una canción muy tenue que recuerda a una amante que desapareció en la noche.

La música trasciende la letra que habla sobre recuerdos del Río Missouri, amantes que se pierden y el riesgo de ser fantasmas el uno del otro. Los sonidos son ambientales y por momentos los sintetizadores y la guitarra aumentan la intensidad que parece perpetua.

Sobre las letras, Granduciel asegura que han sido un poco de improvisación y hay un poco de ira en ellas.

“Thinking of a Place” es una melodía que se vuelve hipnótica y comienza a volverse personal. Cada uno de nosotros comienza a pensar en un lugar, a nuestra manera de volverlo real, en cada ilusión.

Volvamos al instante: como seres imperfectos vivimos en el momento que no ha sucedido, cuando sucede lo tratamos de recuperar y cuando, cuando lo hacemos, es de forma imperfecta pero satisfactoria. Siempre somos el tiempo perdido que alteramos.

Pero la idea seduce… ese instante, ese sonido, está dentro de nosotros, se funde y se reinventa. Nunca es tarde para elegir nuevos ecos.

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