Escuché por primera vez a Pink Floyd en “Knebworth: The Album” (1990), un álbum de varios artistas ingleses que colaboraron para la fundación Nordoff Robbins dedicada a la terapia para niños con alguna discapacidad.

“Comfortably Numb” y “Run Like Hell” me llevaron a otra grabacion en vivo: “Delicate Sound of Thunder” (1988), en la cual el sonido del grupo, ya sin su bajista fundador Roger Waters, se podía apreciar en largas melodías alejadas de las comerciales de 4 minutos de duración.

Años después, una canción fue elegida como mi favorita de ese álbum y, considero, su complejidad sigue vigente en tiempos donde todo incita al seductor atractivo de señalar las diferencias.

“Us and Them” era la grabación elegida para mis viajes largos en mi época de estudiante, estaba grabada en algún casete que sería manipulado en algún Walkman. Para que los audífonos emitieran sus sonidos, había un rito: era necesario ponerla en vigilia, en ese estado mental donde se está despierto a pesar de que la hora es destinada al sueño; abrir la cortina del autobús y, en la velocidad constante, buscar la luz más alejada en el paisaje en los arpegios de David Gilmour.

El saxofón introductorio servía para imaginar lo que había detrás de esas luces: más humanos, más vidas, más historias que serían arrastradas por el olvido del instante ¿Cómo conocerlas en nuestra perpetua ignorancia ante la vastedad del territorio? ¿Cómo recrearlas? Solo nosotros, solo ellos.

“Us and Them” es un sencillo que pertenece a “The Dark Side of The Moon” (1973) y es la canción más larga del álbum con 7 minutos y 51 segundos. Fue escrita en 1969 por Richard Wrigth y Roger Waters.

Fue compuesta originalmente como banda sonora de la película “Zabriskie Point” de Michelangelo Antonioni. Llamada al principio “The Violent Sequence”, fue rechazada y fue retomada por el álbum que vendería 50 millones de copias y estaría en la lista Billboard 200 durante 19 años.

Según “The Space Between The Notes” (1992) de Sheila Whiteley, la canción usa dicotomías simples para describir las relaciones personales. Roger Waters, con su última gira llamada precisamente “Us and Them” la ha llevado a la cúspide de la desavenencia: la guerra.

Nosotros y ellos, tú y yo: la aparente tranquilidad de la música sirve para enfrentar cada divergencia para sentenciar que, siempre al final, somos (a veces demasiado) ordinarios.

En la polarizada actualidad, nadie podría conocer realmente el origen de lo que hemos elegido ser y hacer.  Las guerras actuales más fuertes son las de los argumentos que muestran que vivimos de la permanente competencia.

En los últimos años, “Us and Them” me acompaña poco en las vigilias; sin embargo, sigo tratando de imaginar, de manera inasequible, la historia detrás de cada luz lejana. A veces, es más la oscuridad.

Los rasgos comunes de la existencia actual nos colocan en la frontera de la indiferencia, “Us and Them” nos recuerda que somos la línea de un solo mapa.

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