Tomaba café con flores de cempasúchil, la Catrina
cuando una llamada le hizo tener una duda genuina
¿Le estaba bajando la chamba, el viejito Andrés Manuel?
Sus maletas a México hizo y montó su esquelético corcel.

Por equivocación en el Estado de México aterrizó,
desorden,feminicidios y contaminación, la huesuda vio
“¿Cómo llego a Palacio Nacional”, a Del Mazo preguntó.
“Derechito que, todo mi ser, a mi AMLO ya alfombró”.

En CDMX, se perdió, por despistada, la honorable huesuda,
“¿Dónde estará mi amigo Barlett, para pedirle ayuda?”
Pero no localizó al de la CFE en ninguna de sus 26 casas,
“¡Ay mi Manolo! Se me olvida que en todo te propasas”.

Caminó la parca y notó que parecía que no hubiera pandemia:
toda la gente sin cubrebocas era casi una blasfemia,
en fiestas y bares, nadie se acordaba de Susana Distancia.
Pensó “Esa 4T fomentó la política de la ignorancia”.

¡Y que se encuentra al mismísimo Doctor López-Gatell!
La huesuda le reclamó porqué se estaban comiendo su pastel:
“Aquí la única que se causa muertos soy yo merengues,
y no salga con fuerza moral y argumentos blandengues”.

Dijo el doctor “Que sí, que no, que cómo rebrotes no,
aquí aplanamos la curva desde que apenas esto inició”.
La Calavera se llevó al médico presidencial zalamero,
no soportó que el covid-19 fuera un político chismero.

La Huesuda preguntó, pero nadie sabía del Presidente,
sus feligreses-morenistas se salían por la tangente.
“A lo mejor le dan razón del presi por allá por Sinaloa,
con El Señor Guzmán, al de Palacio se le hace agua la canoa”.

La Muerte se sulfuraba y para colmo llegó Mario Delgado,
buscaba más fideicomisos pero ya el país había secado.
“Mi amo no anda en Sinaloa, anda en Estados Unidos,
acuerdate, amiga, que a Trump le gustan los cumplidos”.

En eso andaba cuando vio llegar a López con un penacho,
“Y ahora qué mosca le picó que se lo puso sin empacho”.
Lento caminaba Andrés Manuel, olía a quemado carbón
“Mi Flaca ¡Te vendo un boleto de la rifa de un avión!”

La Catrina le reclamó de tanto muerto por la pandemia,
“No te enojes, Calaquita, que estamos en la bohemia,
seguro te mandó Calderón, muerte conservadora y neoliberal;
aquí mandó yo, ni la muerte se me sale del huacal”.

Ni tarda ni perezoza sacó la Muerte dos guadañas,
así terminó la vida de López Obrador, por tanta mañas
“Pero ni de loca lo mando al panteón, me hará una gansada,
derechito mejor lo mando a su rancho “La Chingada”.

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