Con el acuerdo para que las Fuerzas Armadas participen en funciones de seguridad pública, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, institucionaliza, hasta 2024, la militarización del país que comenzó su antecesor Felipe Calderón y continuó Enrique Peña.
Este lunes, en el Diario Oficial de la Federación, se publicó el acuerdo por el que se dispone de la Fuerza Armada para llevar a cabo tareas de seguridad pública hasta marzo de 2024, seis meses antes de que termine la actual administración.
“Que si bien el 27 de mayo de 2019, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el que se expide la Ley de la Guardia Nacional (…), la conformación y el desarrollo de las capacidades de dicha institución de seguridad pública, requiere de un período de implementación, a efecto de cumplir cabalmente con las funciones a su cargo”, dice el documento.
No es algo nuevo para México.
Felipe Calderón inició la “Guerra contra el Narcotráfico” que dejó 122 mil 448 homicidios. Fue una batalla concentrada en estados y municipios. Incluso, Estados Unidos apoyó luego de firmar, en 2011, el “Plan Mérida”.
Enrique Peña Nieto heredó la violencia de Calderón y en su sexenio hubo 118 mil homicidios. El mexiquense nunca pudo presentar una alternativa coherente para sacar a los castrenses de las calles y creó la Gendarmería Nacional con 40 mil elementos y las mismas tácticas militares.
El ejército en las calles dejó, en 12 años, casi medio millón de víctimas.
Durante esos dos sexenios, López Obrador criticó la presencia de los militares y aseguró que los sacaría de las calles: el 21 de marzo de 2011 en el Auditorio Nacional, López Obrador presentó 50 puntos de su llamado “Proyecto Alternativo de Nación”, con el que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se constituyó como partido político y lo mencionó.
“Gradualmente se retirará el Ejército y la Marina del combate al narcotráfico”, dijo en esa primera ocasión López Obrador quien, posteriormente, el 6 de febrero de 2012, aseguró que en medio año los militares regresarían a los cuarteles.
“Tenemos que ir regresando al Ejército en la medida que se va profesionalizando la policía. Ese es mi plan, creo que nos va a llevar seis meses ir regresando al Ejército”, expresó ese año.
Su discurso cambió con su llegada a la Presidencia de México. El 30 de junio de 2019, cuando se dio a conocer precisamente la Guardia Nacional, justificó su presencia.
“La Marina y el Ejército, tienen elementos suficientes, tienen instalaciones (…) Podemos darle un giro a esas instituciones para que se puedan orientar, dedicar a lo que más preocupa actualmente al pueblo: a garantizar la seguridad pública”, dijo en el Campo Marte.
El pasado 24 de abril, el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, informó que la nueva agrupación tenía ya 100 mil 756 elementos, de los cuales 5 mil 980 son de la Secretaría de la Defensa Nacional, 18 mil 240 de la extinta Policía Federal, el resto han sido reclutados específicamente para ella.
Actualmente, el Ejército, La Fuerza Aérea y la Marina Armada de México tienen 250 mil militares, aproximadamente. Según la Ley de la Guardia Nacional, y con el nuevo acuerdo, los castrenses ayudarían en 44 tareas de seguridad pública.
Los militares en actividades de seguridad pública en México ya merecieron una opinión de Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en nuestro país.
“(La Guardia Nacional) abonaría a un proceso de militarización de lo que hoy es civil, en sentido opuesto y regresivo a lo que desde los organismos internacionales hemos planteado (…) El mantenimiento del orden público interno y la seguridad ciudadana deben estar primariamente reservados a los cuerpos policiales civiles”, señaló en enero del 2019.
La decisión de López Obrador no es nueva y solo continúa con el legado de sus antecesores. Rompe, al estilo del tabasqueño, lo que él había prometido. Con su decisión también cuestiona la actuación y resultados de la Guardia Nacional.
En casi 14 años ninguna de las estrategias ha servido: en la administración de López Obrador ha habido 46 mil 085 homicidos y el sexenio se perfila para ser uno de los más violentos.
Felipe Calderón inició la "Guerra contra el Narcotráfico" que dejó 122 mil 448 homicidios. Fue una batalla concentrada en estados y municipios. Incluso, Estados Unidos apoyó luego de firmar, en 2011, el "Plan Mérida".
Felipe Calderón inició la "Guerra contra el Narcotráfico" que dejó 122 mil 448 homicidios. Fue una batalla concentrada en estados y municipios. Incluso, Estados Unidos apoyó luego de firmar, en 2011, el "Plan Mérida".
Enrique Peña Nieto heredó la violencia de Calderón y en su sexenio hubo 118 mil homicidios. El mexiquense nunca pudo presentar una alternativa coherente para sacar a los castrenses de las calles y creo la Gendarmería Nacional con 40 mil elementos y las mismas tácticas militares.
Enrique Peña Nieto heredó la violencia de Calderón y en su sexenio hubo 118 mil homicidios. El mexiquense nunca pudo presentar una alternativa coherente para sacar a los castrenses de las calles y creo la Gendarmería Nacional con 40 mil elementos y las mismas tácticas militares.
El discurso de López Obrador cambió con su llegada a la Presidencia de México. El 30 de junio de 2019 cuando se dio a conocer precisamente la Guardia Nacional, justificó la presencia del ejército en las calles.
