Las protestas contra Andrés Manuel López Obrador escalan cada vez más: en nueve ocasiones ha enfrentado manifestaciones que evidencian que el Presidente de México no tiene garantizada su seguridad.

El 24 de enero de 2019, en Huachinango, Puebla; un joven logro burlar las vallas metálicas y se subió al escenario. En julio, en Ciudad Valles, en San Luis Potosí, un grupo de manifestantes le impidió quedarse en el hotel donde se hospedaba. El 2 de diciembre de ese mismo año, en Tepic, Nayarit; en el aeropuerto local, un grupo de simpatizantes buscó una fotografía con el presidente, quien echó abajo su protocolo de seguridad y permitió la llamada “selfie”.

El pasado 1 de marzo, Mientras Ricardo Sheffield Padilla, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), emitía su mensaje en la conferencia matutina, un joven llamado José Luis se acercó a Andrés Manuel López Obrador con su cubrebocas mal colocado. Fue calificado por muchos como un montaje.

Antes el 26 de febrero, en Querétaro, dos mujeres, por separado, burlaron el cerco de seguridad montado en el Hospital General de esa entidad. Una de ellas entró por la puerta principal y otra atravesó los barrotes de la reja perimetral. Afuera dos grupos de manifestantes a favor y en contra de la gestión de López Obrador intercambiaban gritos,

Dos días después, el Presidente de México fue insultado por un grupo de pasajeros que compartieron el vuelo comercial de Guadalajara a la Ciudad de México. Uno de ellos le sacó fotos y, al comprobar que era el mandatario, comenzaron las consignas.

Pero el nivel aumenta: el 16 de julio, Con fuertes medidas de seguridad y protestas de campesinos y personal médico, el Presidente Andrés Manuel López Obrador fue recibido en esta localidad. Médicos y enfermeras se colocaron afuera del hospital, en el Boulevard Eucaria Apreza, para exigir su recontratación laboral y desplegaron pancartas.

En menos de 15 días, el 31 de julio, habitantes sinaloenses le cerraron el paso al convoy en el que viajaba el Presidente Andrés Manuel López Obrador y obligaron al Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, a abrir una mesa de diálogo para resolver el asesinato de dos jóvenes que presuntamente fueron ultimadas por agentes estatales.

El 27 de agosto, el tabasqueño no pudo estar en la conferencia matutina de este viernes en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, luego de que su paso, fue “bloqueado” por integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

“Aquí me quedo, no acepto chantajes (…) me dejan pasar, me respetan y luego hablamos”, expresó el presidente a los maestros en un breve diálogo, para después subir el vidrio de su camioneta y no volverlo a bajar.

Finalmente, la tarde de este domingo, al menos un centenar de personas inconformes con los censos de damnificados por el huracán “Grace” en Puebla, evadieron tres filtros militares y dieron “portazo” en el evento de López Obrador en Huauchinango, Puebla.

“¿Me van a dejar hablar?, grito López desde la mesa mientras los manifestantes ser acercaban sin agredirlo, “¡Espérate! ¡A un lado! ¿Me van a respetar?, dijo luego de hacer a un lado a una mujer.

En palabras de López Obrador son “gajes del oficio”; en la realidad, sostiene la investidura presidencial en su voluntad que lo quiere gobernar todo… y el pueblo no necesariamente es sabio.

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