La Península de Yucatán no solo enfrenta el avance de la industria hotelera y en los últimos años el devastador proyecto del Tren Maya: la frontera con Guatemala es escenario de tala clandestina por traficantes que buscan maderas preciosas.
Según una investigación de Insight Crime, el problema comenzó desde 2014 cuando taladores guatemaltecos comenzaron a cruzar la frontera en la zona para extraer, en las reservas naturales de Petén, granadillo, una madera protegida por la ley.
La madera de granadillo se ha convertido en un preciado objeto de deseo en los países asiáticos en la última década, especialmente en China, por ser materia prima para fabricar tradicionales muebles de color rojizo. El metro cúbico de madera puede costar hasta 790 dólares.
“Pero, según el Ministerio Público de Guatemala, entre 2018 y 2020 se realizaron al menos 62 denuncias que involucran a presuntos taladores, intermediarios e incluso funcionarios”, detalla la investigación realizada por Alejandro Melgoza y Alex Papadovassilakis.
Los taladores ya no tiene nacionalidad: ahora también pueden ser mexicanos que se atraviesan al lado guatemalteco.
“(Se ha podido documentar) la extracción ilegal de aproximadamente 200 árboles de granadillo entre 2018 y 2021 (…) con un valor estimado de 1.4 millones de dólares cuando la madera llega a los puertos de México.
“(…) Aunque se estima que la cantidad de madera extraída de estas reservas naturales es mucho mayor, si se tiene en cuenta que los guardaparques no tienen los recursos necesarios para detectar todas las incursiones de los madereros”, relata la investigación.
La corrupción también se desborda: los guardaparques han detectado que la Mafia de la Madera ha logrado corromper a miembros de las fuerzas de seguridad y funcionarios públicos con transacciones que parten desde 5 mil pesos a cambio de dejarlos trabajar o bien dejarlos libres su llegan a un juzgado.
“La estructura de tala de madera está altamente organizada y, a nivel local, son los lugareños empobrecidos quienes sirven como mano de obra barata para realizar el ‘trabajo sucio’. A esos taladores locales los reclutan para que en las épocas secas del año ingresen a la reserva, busquen los árboles y los marquen con sus iniciales.
“(…) Dos o tres días después llega otro grupo de gente encargada de talar y cortar los árboles marcados y dejarlos listos para el traslado. Cuando ya tienen todos los árboles que necesitan, un tráiler se los lleva”, detalla la investigación a partir de testimonios en la zona”, dice la investigación que agrega que, además de la tala, se abren caminos que dañan la selva.
Cada metro cúbico de granadillo, en la Selva Maya, se paga entre 12 mil y 15 mil pesos, lo que r representa una pequeña fortuna para los jornales en una zona donde hay pocas oportunidades laborales. Si uno solo marca los árboles a talar se reciben 500 pesos. Algunos aserraderos son los encargados de “lavar” la madera.
“En el lado mexicano, los esfuerzos parecen menores en comparación con Guatemala. Esto se debe en gran parte a las restricciones presupuestarias, ya que el gobierno central recortó el presupuesto de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en más de 50 por ciento desde 2016”, según un experto medioambiental de Campeche.
¿El destino?
“En en junio de 2021 la FGR detectó unos 27 contenedores (en Puerto Progreso), de los cuales en 25 había granadillo, a partir de una denuncia anónima vía telefónica que se había recibido días antes. El granadillo, que está legalmente protegido y no puede ser exportado según la ley mexicana, pretendía ser trasladado hacia China y tenía un valor de más de tres millones de dólares”, se detalla.
Uno de los contenedores fue liberado luego de que un bufete de abogados que representa empresarios chinos hizo una visita a la Fiscalía en la Ciudad de México.
Fuentes:
https://es.insightcrime.org/selva-maya-lucha-tala-ilegal-frontera-guatemala-mexico/